Los autónomos ante la revolución tecnológica

AutorAlfonso Arbaiza
CargoDirector general de Fundetec (Fundación para el Desarrollo Infotecnológico de Empresas y Sociedad)

La entrada en el siglo XXI ha confirmado, aún más si cabe, que el avance de las economías y las sociedades está íntimamente ligado al avance y la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Es posible que nuestros predecesores, en un futuro lejano, estudien esta época en que ahora vivimos como la Edad de la Comunicación, o la Edad Tecnológica. Nunca lo sabremos, pero lo que sí sabemos, sin ningún género de duda, es que el desarrollo de las nuevas tecnologías ha dado lugar al nacimiento de nuevas formas de vida, de relación entre las personas, de interacción entre los distintos agentes que conforman una sociedad y, por supuesto, de nuevos modelos de trabajo.

El uso de las TIC en todos los ámbitos de la vida es ya una realidad. Sin embargo, su nivel de aplicación no es homogéneo, existiendo inmensas diferencias entre unos países y otros, incluso dentro del propio mundo industrializado, del mundo occidental, del denominado Primer Mundo. Asimismo, a medida que avanza la globalización son más evidentes las diferencias entre países, que llegan a sacar los colores a más de un gobierno.

En el caso de España, su situación dista de ser la deseable en el ranking europeo de países tecnológicamente avanzados. A pesar de que se han conseguido importantes logros en esta materia en los últimos años, aún quedan muchos esfuerzos por hacer, muchas inversiones que realizar, muchas políticas que implantar para conseguir situarnos a la altura que nos correspondería, teniendo en cuenta que somos la octava potencia mundial en función del Producto Interior Bruto (PIB), pero ocupamos el puesto número 34 en cuanto a la productividad y competitividad de nuestras empresas.

Este preocupante dato está relacionado con los rasgos característicos del tejido empresarial español, constituido en más de un 94% por pymes, de las cuales un elevadísimo porcentaje son microempresas de menos de 10 empleados y trabajadores autónomos (a finales de 2006 había más de tres millones de trabajadores dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos). En España, el nivel de incorporación y uso de las TIC en las empresas es directamente proporcional al tamaño de las mismas, lo que quiere decir que existen una gran cantidad de pymes que se sitúan muy por debajo de los niveles tecnológicos de las grandes compañías, y al mismo tiempo muy alejadas de la media que registran las pymes de la mayoría de los países de la Unión Europea.

Esta situación de...

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