Las telecomunicaciones en la era de Internet
| Autor | Reinaldo Rodríguez Illera |
| Cargo | Consejero. Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones |
| Páginas | 23-32 |
S U M A R I O
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Y GUTEMBERG INVENTÓ... ¿INTERNET?
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SERVICIOS DE TELECOMUNICACIÓN O SERVICIOS DE INFORMACIÓN.
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EL CONTENIDO ES EL REY.
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REDES DE ACCESO Y REDES DE TRANSPORTE.
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EL MERCADO DE LA VOZ. EL FIJO HA MUERTO, VIVA EL MÓVIL.
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LA SALVACIÓN EN EL ANCHO DE BANDA.
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Y GUTEMBERG INVENTÓ... ¿INTERNET?
En 1445 Johannes Gutemberg inventó la imprenta y a partir de ese momento nada volvió a ser igual.
A este respecto, la Enciclopedia Británica indica: «Las imprentas recibieron una demanda enorme para sus productos, de forma que la técnica se extendió rápidamente y el mundo de lo impreso se convirtió en un medio esencial para las comunicaciones políticas, sociales, religiosas y científicas, así como un medio de difusión de noticias e información»; y continúa, «se generó una fuerte demanda sobre la industria del papel que se había establecido en Europa en el siglo XII pero cuyo desarrollo fue muy lento hasta la invención de la imprenta y el subsiguiente desarrollo del mundo impreso»; terminando, «pocos inventos individuales han tenido unas consecuencias de tan largo alcance».
Cualquiera que haya seguido el desarrollo de Internet desde su época de Arpanet, pasando por el desarrollo del lenguaje html y más recientemente del lenguaje Java, no puede obviar el paralelismo entre dos tecnologías de comunicación, una renacentista y otra post-moderna, cuya incidencia en el cambio de la sociedad fue, en el caso de la primera, y está siendo, en el de la segunda, absolutamente determinante.
Aunque está fuera del alcance de este artículo el análisis del impacto de Internet en nuestra sociedad (algo que por prudencia es mejor dejar a los historiadores futuros), no puedo dejar de continuar el paralelismo que sugiere la cita de la Británica en relación con el impacto que la imprenta tuvo sobre la industria del papel y el que la propia Internet está teniendo sobre la de telecomunicación. A ese respecto, los que llevan hablando desde hace veinte años sobre «el fenómeno de la explosión de las telecomunicaciones» podrían estar equivocados en cuanto a la magnitud de dicha «explosión», ya que si el paralelismo se mantuviera, lo que le ha sucedido a las telecomunicaciones hasta hace cinco años, pertenecería todavía a «la fase de desarrollo lento» a que hace referencia la Enciclopedia Británica cuando se refiere a la industria papelera anterior a la imprenta y estaríamos iniciando ahora la gran explosión de la industria de las telecomunicaciones.
Sin embargo, la industria de las telecomunicaciones no es sólo el sujeto pasivo de la influencia del nuevo medio, sino que ha aportado otro invento con un impacto social comparable al de la propia Internet y me refiero a la Telefonía Móvil. La conjunción de ambas tecnologías va en mi opinión a producir un nuevo renacimiento cuyas consecuencias no me atrevo a prever en lo que se refiere a cambio social, pero que en lo que respecta a lo que hoy consideramos la industria de las telecomunicaciones, como diría el castizo, «no va a dejar títere con cabeza».
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SERVICIOS DE TELECOMUNICACIÓN O SERVICIOS
DE INFORMACIÓN
Tradicionalmente, las telecomunicaciones se han constituido como una actividad de servicios, las operadoras venden servicios utilizando para ello una serie de infraestructuras técnicas que en su conjunto quedaban englobadas bajo el término de la red. El valor añadido está en la red y en su capacidad para configurar servicios que permiten la comunicación entre personas (telefonía, televisión) o entre máquinas (servicios de datos). Los contenidos han sido, hasta recientemente, algo ajeno a la cadena de valor de las telecomunicaciones, ya que los suministraban los usuarios de forma ajena al negocio. Incluso en lo que se refiere a la televisión, una actividad en la que el suministro de contenidos es determinante, no debemos olvidar que en el concepto de negocio tradicional de la televisión generalista, los contenidos generan ingresos de forma indirecta, ya que la base de estos no son los propios contenidos sino la cuota de pantalla que inducen. De hecho, hasta hace bien poco, e incluso ahora en muchos casos, el servicio de telecomunicación no es la televisión en sí misma, sino el transporte y difusión de las señales de televisión. Y, de hecho también, si se analiza asépticamente la actividad televisiva, los actuales concesionarios de televisión son...
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