Colaboración científica europea: el papel de ALLEA.

AutorPieter Drenth
CargoPresidente de ALLEA (All European Academies)

La importancia de promover la ciencia.

A pesar de la gran variedad de funciones y tareas de las Academias de Ciencias y Humanidades, pueden tener un importante objetivo en común, a saber, el deseo de promover y desarrollar una investigación científica y académica excelente. Las academias creen en el valor intrínseco del conocimiento científico, y están convencidas de que una investigación científica adecuada es indispensable para el desarrollo deseable de las sociedades y el bienestar de la humanidad. Como dijo recientemente el Primer Ministro británico Tony Blair ante la Royal Society: 'la ciencia es importante'. Esto se aplica a las ciencias naturales y a la tecnología, pero igualmente importantes para una evolución equilibrada son la filosofía, las letras y la historia, y el estudio de los pilares constituyentes de una sociedad civil: el derecho, la economía y las estructuras sociales y políticas. La cuestión que, por consiguiente, se suscita es cómo las academias de ciencias y humanidades, y en particular las asociaciones de academias como ALLEA, contribuyen al cultivo de la ciencia internacional. Al contestar a esta cuestión prestaremos atención a los aspectos de colaboración, comunicación y asesoramiento en política científica, a lo que seguirán algunas reflexiones sobre la cooperación científica europea.

A pesar de la gran variedad de funciones y tareas de las Academias de Ciencias y Humanidades, todas ellas comparten el deseo de promover y desarrollar una investigación científica y académica excelente

Colaboración

La ciencia ha pasado de ser un esfuerzo individual a ser una empresa colectiva. Actualmente la ciencia no puede existir y crecer aisladamente, sino que requiere cooperación, contactos e intercambio de conocimientos, y la oportunidad de que los científicos critiquen y reinterpreten los descubrimientos de otros. Y, naturalmente, esta colaboración tiene que traspasar las fronteras nacionales. A través de la historia científica, la naturaleza internacional de la ciencia ha sido siempre clara, pero se ha hecho particularmente evidente en los tiempos actuales, no en último término por el uso generalizado de rápidos y potentes medios de comunicación. No sólo para los participantes en programas de investigación cooperativa internacional, sino también para quienes participan en la investigación local o nacional, es indiscutible la necesidad de la cooperación internacional.

La necesidad de la cooperación internacional en investigación es manifiesta tanto para los que trabajan en programas de investigación local o nacional como para los investigadores de proyectos internacionales

La necesidad de la cooperación científica internacional puede estar fundamentada por las siguientes razones:

Responsabilidad mundial en el progreso de la ciencia. Algunas de las (principales) empresas de investigación internacionales (CERN, ESO, EMBL) sólo pueden iniciarse y mantenerse si toman parte suficientes participantes. Esto es una obligación moral para los países que tienen capacidad para contribuir y participar.

La necesidad de estudiar fenómenos y problemas en un contexto transnacional debido a su naturaleza y alcance supranacionales. Áreas de investigación como el medio ambiente, la salud (epidemias o enfermedades contagiosas), la energía, el transporte, el turismo y el comercio, la banca y las finanzas, y la migración sólo pueden estudiarse plenamente desde una perspectiva internacional.

La necesidad de 'mantenerse en contacto'. Es importante que los investigadores de un país puedan mantenerse en contacto con los avances que se produzcan en otros. Esta 'fertilización cruzada' es esencial para la propia motivación de los científicos y para la formación de los científicos más jóvenes.

Interés nacional. Con respecto a ciertas cuestiones internacionales, un país determinado puede tener un interés concreto y tener que desarrollar una capacidad de investigación específica, debido a sus necesidades nacionales. Un país puede dar prioridad a estos temas por razones estratégicas, y ello puede dar lugar a una competencia nacional explícita. Esto puede exigir una distribución internacional de tareas y prioridades, y arreglos internacionales para el acceso y uso.

Apoyo y refuerzo de las capacidades de I+D en los países económicamente menos avanzados. Los países más ricos tienen la responsabilidad internacional de ayudar a los países que están en posición menos favorable y que tienen recursos de I+D relativamente limitados, para contribuir a que aumenten sus capacidades de investigación y desarrollo. Esto puede empezar a menudo en forma de asistencia (ayuda y apoyo) en lugar de colaboración (beneficio mutuo), pero a más largo plazo estos países pueden convertirse en socios más fuertes. Y no hay duda de que a muy largo plazo esa ayuda/colaboración es una contribución potencialmente valiosa para la coexistencia pacífica y el desarrollo económico, y por consiguiente beneficiosa tanto para los países más ricos como para los más pobres.

Puede afirmarse que las academias de ciencias, y por lo tanto las asociaciones de academias de ciencias, pueden ser un buen instrumento para fomentar la colaboración internacional en investigación. Las Academias Nacionales pueden estimular e influir en la orientación internacional de los científicos, pueden proporcionar medios financieros, o sugerir nombres y contactos, pueden recomendar la internacionalización como uno de los criterios para la financiación, pueden internacionalizar la investigación realizada en sus propios institutos o programas, y son a menudo los representantes nacionales en los organismos de investigación internacionales (ESF, ICSU, UAI, IAP y otros). Y, por supuesto, las asociaciones de academias (como ALLEA, véase cuadro 1), que están por definición operando a nivel supranacional, y cuya fundación en muchos casos estuvo incluso inspirada por esta necesidad de colaboración internacional, pueden ser actores clave en el fomento de la orientación internacional y las actividades en colaboración de los científicos.

Comunicación

La función de comunicación es una de las principales razones de ser de las academias (y de las asociaciones de academias). Huelga decir que esta comunicación necesariamente tiene una fuerte dimensión internacional. Las reuniones de científicos e intelectuales, los encuentros, conferencias, coloquios y seminarios internacionales, las visitas recíprocas de intelectuales, las conferencias especiales, los intercambios de revistas y otras publicaciones, y la pertenencia como miembros a organizaciones internacionales, enfatizan la naturaleza internacional de la función de una academia.

Ciertamente, a menudo vemos inevitables diferencias de opinión y a veces incluso agudas controversias. Hay tres cosas que tranquilizan, sin embargo: En primer lugar, estas diferencias de opinión raras veces coinciden con divisiones entre continentes, naciones o alianzas políticas. En segundo lugar, en la mayoría de las discusiones científicas y académicas las diferencias pueden básicamente acortarse; normalmente los problemas nunca se resuelven por medio del poder, la fuerza o las hostilidades. En tercer lugar, no son los generales, los presidentes o los ministros quienes deciden lo que es científicamente correcto o erróneo, sino los científicos mismos.

Está claro que, para ese diálogo y debate, los científicos pueden beneficiarse de una plataforma reconocida e independiente, que se mantiene unida por el sentimiento de pertenencia a una empresa común, y de la que están excluidas las presiones políticas o ideológicas y la influencia del poder. Las academias a nivel nacional, y las asociaciones de academias a nivel internacional, son candidatos adecuados para esa función.

Otra función de las academias es su papel asesor sobre problemas sociopolíticos cuya solución requiere el uso apropiado de los resultados de la investigación, o sobre problemas éticos que se derivan de una investigación científica o tecnológica controvertida

Asesoramiento político

Una tercera función de las academias se refiere a su papel asesor en materia de política científica, sobre problemas sociopolíticos cuya solución requiere el uso apropiado de los resultados de la investigación, o sobre problemas éticos que se derivan de una investigación científica o tecnológica controvertida. En otro lugar (Drenth, 2002) hemos hecho las siguientes distinciones con respecto a la naturaleza de la asesoría:

Asesoría basada en evaluaciones de la calidad: asesoría sobre continuación, terminación o adaptación de programas, evaluaciones de individuos, grupos de investigación o institutos sobre la base de la evaluación de la calidad de su rendimiento o sus logros. La asesoría prospectiva, que se refiere a tendencias y desarrollos en varias disciplinas científicas, para ser aplicada en la formulación de una política científica por gobiernos o instituciones, también pertenece a esta categoría.

Asesoría relativa a la política científica, como el equilibrio entre ciencia pura y aplicada, el equilibrio entre ciencias y humanidades, la priorización de áreas de investigación, las formas de organización o financiación de la investigación científica etc.

Asesoría sobre decisiones políticas, basadas en la investigación científica. Estas decisiones pueden tener una perspectiva a largo plazo (cambio mundial, paz y distensión, consumo de energía, alimentos y hambre) así como un carácter más inmediato y a corto plazo ('vacas locas', enfermedades infecciosas, vacunación contra la glosopeda, radiación debida a los teléfonos móviles).

Asesoría sobre cuestiones éticas y sociales que están relacionadas o surgen como consecuencia de la investigación científica. Esta categoría incluye, en primer lugar, problemas éticos internos que tienen que ver con un comportamiento científico impropio (fraude y engaño, infracción de los derechos de propiedad intelectual, comportamiento impropio o imprudente frente a sujetos de experimentación, comportamiento descuidado con respecto al público en general y los medios de comunicación, o desprecio de la 'buena práctica' en las relaciones con los colegas). En segundo lugar, también incluye problemas que aparecen en el contexto político-social más amplio de la actividad científica, es decir, los que pueden llamarse problemas éticos externos: la cuestión de la justificación de la elección del tema de investigación, la cuestión de si la investigación es suficientemente independiente frente a partes 'interesadas' o patrocinadoras, la responsabilidad del investigador respecto a lo que se está haciendo con los resultados de la investigación, y los problemas éticos generados por la propia investigación (investigación de células madre, xenotrasplante, fisión y fusión nucleares, etc.)

Es evidente que las academias nacionales harían bien en incorporar aspectos internacionales a su asesoría en materia de política científica, dada la fuerte tendencia hacia la internacionalización de la investigación científica en general.

La necesidad de incorporar la dimensión internacional a la capacidad asesora es patente para las asociaciones internacionales de academias que proporcionan asesoramiento científico, por ejemplo la IAP (Inter Academy Panel) a nivel mundial, y ALLEA a nivel europeo. De hecho, ALLEA, que tiene la característica única de reunir a las academias nacionales de ciencias y humanidades en Europa, puede actuar como un importante intermediario entre la ciencia y la tecnología y la política a nivel nacional y europeo. Aquí puede ocurrir un proceso de comunicación de doble sentido: por un lado, ALLEA puede aportar los amplios conocimientos y experiencia disponibles en las academias nacionales miembros. Por otro lado, ALLEA puede también desempeñar un papel en 'traducir' y contextualizar las políticas europeas al nivel nacional.

Cuadro 1. All European Academies (ALLEA)

ALLEA es una red europea de academias nacionales de ciencias y humanidades. Se creó cuando surgieron nuevas oportunidades para la cooperación en los años 90, como resultado del final de la guerra fría, y en el contexto de la creciente importancia de las organizaciones e instituciones supranacionales en el área de la ciencia y la educación superior. Tiene miembros de toda Europa, desde el Atlántico a los Urales, incluyendo países de la Unión Europea y otros. ALLEA también aprueba distinciones claras entre programas de investigación nacionales y europeos ('valor añadido europeo') por una parte, y una mejor sintonía y sinergia entre los dos tipos de programas, por otra. ALLEA además subraya que el Espacio Europeo de Investigación necesita no sólo financiación sino también disposiciones fiscales y legales adecuadas, por ejemplo, con respecto a patentes, impuestos y movilidad de los investigadores.

ALLEA destaca el escenario global en que operan los programas de la UE, y sugiere que la investigación incluida en los Programas Marco puede centrarse útilmente en un valor añadido europeo distintivo, y que los programas nacionales podrían hacer énfasis en las disciplinas de apoyo y en la investigación fundamental adecuada para los marcos nacionales y regionales. ALLEA valora la apertura hacia la participación de científicos e intelectuales de primera fila de todo el mundo. Con el fin de hacer Europa atractiva y eficaz, es de capital importancia utilizar los conocimiento disponibles donde quiera que estén en el mundo.

A largo plazo esto podría conducir a un re-examen del porqué ciertos programas de investigación y desarrollo se llevan a cabo más a nivel nacional que a nivel europeo.

ALLEA también recalca el marco continental más amplio en que opera el programa de la Unión Europea, y da la bienvenida a las oportunidades de participación de investigadores de los países candidatos. Implicar a los estados de Europa Central y Oriental, ya traten o no de incorporarse a la UE, es importante para esos países, por las contribuciones que sus científicos puedan hacer a la investigación, y para fomentar la cohesión y las buenas relaciones en toda Europa. También aumenta el atractivo de la UE como un lugar en el que hacer investigación.

Análogamente, ALLEA destaca la importancia de la cooperación específica con los terceros países del Mediterráneo, Rusia y los nuevos estados independientes de Europa Oriental, y con los países en desarrollo, en apoyo de la política exterior y de la política de ayuda al desarrollo de la UE. Los mecanismos de los Programas Marco pueden favorecer una cooperación científica que beneficie a todos los estados mencionados. En caso de que se considere necesario en último término, se podrían crear programas especiales de la UE con esta finalidad.

ALLEA daría la bienvenida a una mayor participación de investigadores de los países económicamente menos desarrollados, que podrían beneficiarse aún más del Sexto Programa Marco que de los anteriores. Implicar a esos países puede ser importante para estudiar problemas mundiales en los que están fuertemente inmersos (por ejemplo, la energía, las cuestiones medioambientales, las enfermedades infecciosas, la población mundial, la cultura y los problemas lingüísticos, y otros) y puede ser beneficioso para el desarrollo de la ciencia, al abrir la participación a un mayor número de científicos e intelectuales.

Además de aportar la amplia gama de conocimientos y experiencia de las academias nacionales miembros, ALLEA puede también desempeñar un papel en 'traducir' y contextualizar las políticas europeas al nivel nacional

Como ejemplo de ese papel de intermediario, ALLEA ha dado la bienvenida y ha hecho propuestas constructivas sobre la iniciativa de un Espacio Europeo de Investigación (ERA) como una importante contribución para incrementar la calidad de la investigación científica en Europa, destacando, entre otras cosas, tanto el carácter transnacional de la investigación científica en Europa como la importancia de las relaciones entre investigación y sociedad.

Nota

  1. Algunas de las ideas presentadas en este artículo fueron expuestas previamente en un trabajo presentado en el Simposio Internacional "El papel de las organizaciones internacionales en el desarrollo de un Espacio científico-tecnológico Europeo Común" Kiev: Academia Nacional de Ciencias de Ucrania, 22-25 de septiembre de 2001. Este artículo refleja las opiniones de sus autores y no necesariamente las de ALLEA.

Sobre el autor

Pieter Drenth ha sido el Presidente de ALLEA desde el año 2000 y es profesor de Psicometría y Psicología Organizativa en la Vrije Universiteit de Amsterdam. Ha sido profesor visitante en las universidades de San Luis (EE.UU.), Yakarta y Bandung (Indonesia), Washington (EE.UU.), y Hangchou (China). Es coautor y editor de 27 libros y 180 artículos sobre la teoría de la inteligencia, psicometría, psicología educativa, psicología organizativa y política científica. Su experiencia en gestión de la ciencia incluye cinco años como Rector Magnífico de la Vrije Universiteit de Amsterdam, y seis años como Presidente de la Real Academia de Ciencias y Artes de Holanda.

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