El tratamiento ético en la información y la educación de los inmigrantes

AutorIsidoro Arroyo Almaraz
CargoProfesor de Comunicación en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y Orientador psicopedagógico del I.E.S.

Introducción

El objeto de estudio de este artículo es reflexionar sobre los parámetros que permitirían definir una ética para los mediadores sociales, instrumentales y educativos que intervienen en el tratamiento de la información sobre los inmigrantes.

Para ello, se ha de partir de la premisa básica que determina la necesidad de un tratamiento ético en la información sobre los inmigrantes.

En este sentido, hemos de valorar que vivimos inmersos en conflictos que surgen como consecuencia de la colisión de intereses entre los que producen imágenes y los que las consumen; entre los que crean imágenes y los que las comercializan, en definitiva, entre los medios generadores de realidad social y los ciudadanos de un mundo global que construimos con imágenes.

Hemos de considerar, además, que esta hostilidad se reproduce en la información sobre inmigrantes, faltando los medios a la obligación de informar objetivamente a sus públicos, perpetuando tópicos respecto al grupo étnico, el color de la piel, la religión o la cultura que se menciona frecuentemente en una noticia donde aparece un inmigrante.

Podemos inicialmente concluir que es necesario que se desarrollen hábitos éticos entre los actores que participan en la tarea de informar y de educar.

¿Cuál debe ser el sentido de la ética para los profesionales de la comunicación y de la educación como personas individuales? O dicho de otro modo ¿ Cómo debo comportarme para asumir mis responsabilidades como creador y formador de opinión?

La respuesta a estas preguntas nos conduce a una reflexión acerca de la moral, acerca de la conducta humana sujeta a valoración moral y, por ende, nos exige conocer los sistemas éticos o las éticas concretas, nos emplaza a realizar una reflexión o estudio sobre la moral y a escrutar las razones que hacen que un comportamiento sea moralmente bueno o malo. Hemos de atender por ello a l as propuestas éticas heredadas; por dos hechos: porque todas las personas participan de la moral vigente y porque muchas personas tienen una visión global de la vida (ética comprensiva) que se ha formado con la ayuda de las grandes éticas.

CLASIFICACIÓN DE LOS SABERES

TEÓRICO (científico especulativo). Sin control de la voluntad: Ej. Ciencias de la naturaleza.

POÉTICO (poético y técnico). Con control de la voluntad: Técnica y arte.

PRÁCTICO (ético-moral). Con control de la voluntad. Sirven para tomar decisiones: Tratamiento minorías étnicas.

( NO INCLUYE TABLA )

Debemos ser conscientes de que en la sociedad global en que vivimos prevalece el dilema del relativismo ético, es decir, la duda ética que determina que si la situación y las circunstancias son cambiantes, el enjuiciamiento ético debe ser también cambiante.

Esta perplejidad ética ante cuestiones morales nos obliga a adecuar las actuaciones a principios morales de cierta permanencia. Pero, curiosamente, nos paraliza cuando la realidad nos sobrepasa, por lo que no es raro escuchar: - Que las decisiones las tomen otros-.

No basta con tener una ética personal o profesional para evitar tener conflictos morales. Estos pueden aparecer en el ejercicio de nuestra profesión, si entramos en colisión con otros intereses ajenos a nuestra empresa o ideología. Es por ello que debemos reivindicar también una ética para las empresas de comunicación.

Las empresas de comunicación tienen una personalidad moral, tienen responsabilidad porque toman decisiones, pero tienen también una identidad ( ethos propio), una identidad moral (valores y principios morales), una identidad corporativa (original y distinta) y una identidad social (reconocimiento del público). El responsable no es cada uno de los miembros de la organización, sino la organización en su conjunto. La organización asume alguna moral que justifique sus decisiones y permita evaluar sus consecuencias. Eso determina que exista una filosofía de toma de decisiones mediante la que las empresas educan a los miembros de la organización, les asignan responsabilidades especiales, etc.

Alguien puede pensar que todos los conflictos derivados de sus responsabilidades se resuelven a través de las leyes. Es verdad, pero entonces debemos plantear el primer dilema ético: el de la responsabilidad legal. Las leyes son vinculantes bajo la amenaza de coacción del aparato político y por tanto, a veces la legalidad no encaja con la moral; otras veces la legalidad encaja con la moral, pero no con la ética. Estas circunstancias podrían esclarecer por qué el derecho positivo puede discriminar por omisión al no regular algún aspecto concreto de la realidad y favorecer un abuso de derecho bajo el principio de que todo lo que no está legalmente prohibido, está permitido.

De este ejercicio de la responsabilidad legal de las empresas surge la necesidad de la h eterorregulación , que en el ámbito de la Comunicación se concreta en las siguientes leyes:

- Ley de televisión sin fronteras.

- Ley general de publicidad.

- Ley del derecho a la información.

- Ley del derecho a la intimidad

- Ley de libertad de expresión.

El segundo dilema ético que se plantea es el de la responsabilidad moral. La moralidad es un fenómeno humano universal y ello es apreciable en que la ausencia de moralidad convierte a cualquier comportamiento en inhumano ¾ baste recordar el reciente atropello de los derechos humanos en el tratamiento de los presos en las cárceles iraquíes ¾ . Sin embargo, aunque la moralidad es universal, los códigos morales son fenómenos locales que rigen el comportamiento de los miembros en un tiempo, en un espacio y que se transmiten de generación en generación, siempre bajo la fatua pretensión de universalidad. La diferencia entre la moralidad y los códigos morales es que la ausencia de comportamiento moral o de respeto a un código moral concreto, transgrede los usos y costumbres sociales sin que por ello movilice a toda la humanidad. Ello nos faculta para hablar de malas prácticas o malas artes, no de comportamiento inhumano.

Por último, planteamos un tercer dilema ético, el de la conciencia moral. Se fragua en la reelaboración personal del código moral a través de la socialización, es decir, el código moral personal que nos llevaría al dilema de la responsabilidad ética. En este punto es conveniente recordar que Êthos tuvo dos sentidos: Residencia, morada, lugar donde se habita y modo de ser o carácter de una persona o grupo social. El Êthos se va adquiriendo por la práctica de ciertos actos, procede de la teoría y conduce a la especulación; mientras que la Ética profesional es una forma de ser profesional modelada por los códigos deontológicos, por el valor de lo inmediato frente a lo importante.

Del ejercicio de...

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