Introducción al estudio de las transiciones en el mercado laboral vasco. 1994-2006

AutorJesús R. Marcos
CargoResponsable de Metodología de Familias e Indicadores Euskal-Estatistika-Erakundea/Instituto Vasco de Estadística-Eustat
Páginas247-291

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1. Antecedentes

Aunque las investigaciones basadas en el seguimiento de los mismos individuos (generaciones determinadas) en períodos prolongados de tiempo tienen una tradición mayor, la utilización de la metodología del análisis longitudinal para el estudio de los flujos o transiciones en el mercado de trabajo comienza su mayoría de edad en la última década del siglo pasado. Entonces, y aún hoy, la centralidad del análisis de la evolución de las fuerzas de trabajo se viene realizando a través de metodologías transversales -comparación de stocks en dos momentos diferentes- con lo que estamos ante saldos o flujos netos.

La Oficina de Estadísticas Laborales norteamericana (Bureau of Labor Statistics, BLS, 2007), utilizando la Current Population Survey, CPS, ha comenzado a difundir amplias series de flujos partiendo de 1994. No obstante, de 1948 hasta 1952 la misma oficina ya había publicado estadísticas de transiciones laborales y dejó de hacerlo por las significativas discrepancias entre los cambios derivados de los flujos y de las estimaciones mensuales de los stocks (Harley 2005, pag. 3). Además de estas estadísticas, la misma institución gestiona las 'National Longitudinal Surveys', NLS, con varias encuestas longitudinales con contenido asociado al mundo laboral, algunas con una antigüedad de tres décadas y que ofrecen y han ofrecido una fuente inagotable de datos a los investigadores (BLS- NLS 2007).

Fueron Davis, S. J. y Haltiwanger, J. (1992) quienes comprobaron y subrayaron cómo incluso con estimaciones de los componentes de la fuerza de trabajo relativamente estables en USA, la movilidad interna medida por flujos brutos era muy alta. Burda, M. y Wyplotz, C. (1994) realizan un análisis semejante en el contexto europeo. Estos y otros estudios demuestran la necesidad de completar la perspectiva transversal con la longitudinal de cara a entender los principales cambios en los mercados de trabajo y sus posibles especificidades en comparaciones a escala internacional (Estrada, García-Perea e Izquierdo 2004, pág. 3).

Sin un excesivo retraso, este tipo de estudios comienzan a realizarse también en nuestro entorno próximo. Fueron pioneros en esta área temática tomando el conjunto de la economía española como marco de estudio: Antolín, P. (1997), Albert, C. y Toharia, L. (2001) y Hernanz, V. (2003).

Una parte de estos análisis no podrían haberse llevado a cabo sin el soporte de operaciones estadísticas complejas y costosas. El Instituto Nacional de Estadística Page 248 utilizando la Encuesta de Población Activa, en 1989, comienza a realizar los primeros análisis de flujos laborales, publicando su metodología en 1996 (INE 1996)1.

Desde la perspectiva territorial, tanto el Instituto Valenciano de Estadística (IVE 2007), como el andaluz (IEA 2007) y el madrileño (IECM 2007) difunden explotaciones de flujos de la llamada EPA encadenada.

Merece ser destacado el estudio para la Comunidad de Madrid de Virginia Herranz y Raquel Llorente (Herranz y Llorent. 2005).

Desde la C. A. de Euskadi podemos citar la elaboración de estadísticas limitadas de flujos laborales enmarcadas en la recopilación de indicadores para monitorizar directrices de empleo de la Comisión Europea (Marcos y Goñi 2003; Marcos y Morán 2004).

Ha sido desde esa misma necesidad de dónde se ha retomado el interés no sólo por continuar elaborando esos indicadores, sino por intentar reconstruir la serie más amplia posible de flujos relacionados con la actividad laboral de la población, en el ánimo de entender la movilidad que se produce en el mercado de trabajo en momentos históricos con situaciones muy diferentes.

2. La metodología de análisis longitudinal Precisiones metodológicas

Para el análisis longitudinal aplicado al estudio de la dinámica del mercado de trabajo se han venido siguiendo dos técnicas distintas: recopilaciones retrospectivas y fusión de ficheros. A veces, como sucede en el caso de la EPA, se vienen utilizando las dos; en el segundo trimestre se ejecuta un cuestionario retrospectivo con cinco preguntas sobre la situación del encuestado un año antes.

Aunque, como se ha visto más arriba, las encuestas de fuerza de trabajo (EFT) no han sido las únicas que han ofrecido información sobre los movimientos de las personas en su relación con la actividad, parecen ser las destinadas a ofrecer la base estadística del análisis longitudinal.

No obstante hay que precisar que estas operaciones de recogida de información no se puede considerar que tienen un diseño longitudinal perfecto. No seleccionan y tratan una muestra que permanece en investigación largos períodos de tiempo y que además no tiene entradas. Page 249

Frente a los diseños longitudinales ortodoxos, las EFT parten normalmente de muestras con individuos que permanecen un período limitado en un panel a los que se les encuesta mensual o trimestralmente, y que, una vez cumplida su estancia prevista, salen de la muestra y son sustituidos por otras personas. Salidas programadas y sustitución por nuevas entradas determina que estemos ante procedimientos seudo-longitudinales.

Este diseño aporta ventajas e inconvenientes a la calidad de la medición de flujos. La primera desventaja se encuentra en que sólo una parte de la muestra, la que permanece en un período concreto, puede ser objeto de análisis de una forma sencilla.

Dado que los turnos de rotación en los que se organiza la renovación del panel suelen ser submuestras representativas, se justifica la representatividad pero aumenta significativamente el error muestral, carencia que se acentúa al tratar de analizar flujos de escaso peso o pretender diseccionarlos por varias características personales o geográficas.

El que las variables objeto de estudio se recojan en momentos concretos (como hemos dicho, habitualmente cada trimestre), con respecto a una fecha o período, limita la detección de cambios e implica siempre una infraestimación. En las encuestas longitudinales se suele inquirir directamente por el número de cambios, independientemente del momento en que suceden. En este sentido resulta ilustrativo la comparación realizada por Ángel Estrada et al. (2004) entre las entradas y salidas al empleo tomando como fuentes el SPEE (antiguo INEM) y la EPA (Estrada, García-Perea e Izquierdo 2004, págs. 9-10).

Obviamente y por definición, la limitada permanencia en observación impide estudiar con más precisión la incidencia de las características personales, asociadas a la generación -verdadero objeto de estudio longitudinal- en la movilidad laboral. En este sentido estamos más ante reflexiones cuasi-transversales.

Por otro lado, las variaciones previstas por la rotación además de las incómodas bajas por rechazo o movilidad de la muestra, si tienen una composición diferente a la muestra común que permanece, significará que nuestras estimaciones serán menos representativas. De hecho, además de las salidas y entradas al mercado laboral para la población común del panel (internas), para el estudio de la evolución habría que tener en cuenta estas otras entradas y salidas al panel (externas). Se suelen obviar y se extrapolan la situación o cambios del conjunto muestral común en dos períodos al total de la población.

En el Cuadro 1 presentamos las distintas transiciones, entradas y salidas (al panel) derivadas de una encuestación pseudo-longitudinal, como es el caso de las EFT, así como las posibilidades de análisis: de permanencia (no-cambio), de flujo o transición, de composición, de procedencia o de destino, de entradas y salidas, de saldos y variaciones poblacionales, etc. Page 250

Cuadro 1

Posibilidades de análisis con tablas longitudinales

A) Análisis de cambios y de composición según origen

(Cuadro en Documento Pdf) Page 251

Las aportaciones del panel rotante también son interesantes; las muestras longitudinales si no parten de tamaños significativos, ya sea por el rechazo o el cansancio de los encuestados, ya sea por su propia movilidad natural o espacial, tienden a perder muchos efectivos; las muestras-panel solventan estas carencias con la renovación periódica de una parte prefijada. Además la no entrada de nuevos miembros, sobre todo en una sociedad muy cambiante y/o con fuertes flujos inmigratorios reduce su representación estadística. En el caso español, un panel longitudinal puro que hubiese comenzado en los años 90, no recogería los cambios producidos por la afluencia masiva de extranjeros en el último decenio.

La rotación permite, además de incorporar las nuevas realidades sociales, disminuir las pérdidas por cansancio.

Otra de las limitaciones que afectan a todo tipo de análisis longitudinales deriva de la aparición de incoherencias o inconsistencias entre informaciones recogidas en diferentes momentos. Aunque se vienen desarrollando distintos métodos más o menos discutibles según el caso (validaciones longitudinales por parte del/la encuestador/a -repregunta si se recoge una respuesta incoherente con la anterior-, ofrecer la respuesta del trimestre previo, etc.), no siempre se pueden detectar los errores a priori. Además, cuando se han producido en el momento antecedente, una vez que se ha publicado la información, ya no se suelen modificar.

Al configurarse el flujo en una nueva información, aunque sea...

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