El registro de la propiedad y las actuaciones urbanísticas

AutorNarciso de Fuentes Sanchiz
CargoRegistrador de la Propiedad
Páginas1357-1370

Ponencia presentada al I Congreso Internacional de Derecho Registral, Buenos Aires, 1972.

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I El urbanismo
1. ° Consideraciones generales
  1. El Registro de la Propiedad, en definición de Roca Sastre, es la «institución jurídica que tiene por objeto la inscripción o anotación de los actos y contratos relativos al dominio y demás derechos reales sobre bienes inmuebles».

  2. Se ha definido el urbanismo como la ciencia de la organización del espacio para una convivencia mejor. Es, más que una disciplina, la suma de ellas. En el urbanismo intervienen o deben intervenir en equipo: los políticos, los arquitectos, los ingenieros, los economistas, los sociólogos, los docentes, los hombres de negocios y, sobre todo, los juristas.

  3. El urbanismo vivo ha de ser urbanismo jurídico. El urbanismo a secas es pura irracionalidad, fantasía, cuando no daño. Lo que no significa, claro está, que el urbanismo sea exclusivamente Derecho. Si las decisiones urbanísticas no plasman en un instrumento jurídico de primer orden son puro romanticismo.Page 1358

2° La ciudad
  1. El primer objetivo del urbanismo-no el único-es la ciudad, de la que se lee en la Política, de Aristóteles (IV, 7.°), que es una asociación de seres iguales que aspiran en común a conseguir una existencia dichosa y fácil. La historia de la ciudad se pierde en la niebla de los tiempos, entrevista hace más de cinco mil años en las llanuras del creciente fértil. Se dice de ella que ha sido la cuna de la civilización y del progreso humano, de la vida total.

  2. La ciudad es, debe ser, un gran desvelo. Decía Pericles, en su discurso a los atenienses: «Unimos en nosotros la preocupación por la casa y por nuestra ciudad, y aunque cada uno tenga diversa actividad, en asuntos de la polis nadie puede quedar al margen, pues al que no toma parte en ellos nosotros no le llamamos un ciudadano tranquilo, sino un mal ciudadano.»

  3. La ciudad está en perpetua mutación. Recuerda Ortega, en La rebelión de las masas, que cuando en los comienzos del Imperio algún fino provincial llegaba a Roma-Lucano, por ejemplo, o Séneca-y veía las majestuosas construcciones, símbolo de un poder definitivo, sentía contraerse su corazón. Ya nada nuevo podía pasar en el mundo, Roma era eterna. Y, sin embargo, afirma Le Courbusier, los romanos, fija la atención en su Imperio, se dejaron ahogar por un crecimiento desordenado de la Roma Quadraia; el centro comprendido entre el Tíber y las siete colinas se congestionó excesivamente; el morbo que destruiría la ciudad para iniciar un eclipse. Comienza la ruralización de la vida, el éxodo hacia el campo; la invasión bárbara acabará con la urbe. Más tarde, las ciudades, según las épocas, van a ser corte de los príncipes, burgos militares o mercados. Y sólo vuelven a surgir, lentamente, hacia el siglo xiv.

  4. La ciudad cobra su nuevo empuje, que hoy vivimos y sufrimos, con la primera revolución industrial. La aparición de la máquina de vapor, la mejora de los medios de comunicación, un nuevo espíritu de división del trabajo, produjeron el fenómeno. Los núcleos, hacinados, crecieron. La industria ocupó grandes extensiones de terreno. Se despreciaron, en aras de la improvisación y del interés material, las reglas clásicas en el trazado. La fiebre de construcción densificó los espacios. La planificación no existía. La ciudad era ya, según Chombart, «una máquina para vivir».Page 1359

3. ° Lo rústico y lo urbano
  1. El urbanismo moderno comprende en su ámbito lo urbano y lo rústico correlacionados. Su terminología, internacionalmente admitida, lo pone de relieve. Se ha pasado del planning, planeamiento, y zonning, zonificación, referidos a la ciudad, al iown and country planning, de los ingleses, y al city and country planning, de los norteamericanos. Organización conjunta del campo y de la ciudad para que la población rural goce también de los medios que la técnica pone hoy al servicio del hombre.

  2. La organización del territorio y el régimen jurídico del suelo son competencia del Estado. Pero es peligroso aplicarles una técnica aséptica, manejada a veces a distancia del cuerpo vivo en que se va a operar; encerrada en la campana neumática de la Administración central, donde no puede alcanzar el latido palpitante de la vida ciudadana. Pueden surgir decisiones seguramente racionales, pero frías, cerebrales, quién sabe si deshumanizadas.

  3. Una de las actuaciones que en muchos países de Europa preocupan es la defensa del suelo agrícola frente al crecimiento urbano. Paul Lucke, que fue ministro federal de la Vivienda, Urbanismo y Ordenación del Territorio con el canciller Adenauer, estimaba que en la década de los setenta Alemania necesitaría para suelo urbano, de defensa, industrial y de tráfico la séptima parte del territorio nacional. Y, curiosamente, en la Unión Soviética, con motivo de un «proyecto de bases para la legislación del suelo», el académico Udachin afirmaba que en los últimos veinticinco años la superficie de la tierra útil para la agricultura había disminuido en 7,8 millones de hectáreas; si las cosas siguen como ahora-añadía-, para el año 2000 Rusia habrá perdido, inevitablemente, 40 millones de tierra de uso agrícola, una décima parte de la duramente conseguida durante los últimos cincuenta años.

4. ° Gestión colectiva
  1. La redacción de los documentos urbanísticos es, sin duda, labor de equipo de las más variadas técnicas. Pero su preparación y aplicación necesita contar con el apoyo de la colectividad. De lo contrario, quedarían, en el mejor de los casos, como importantes creaciones de laboratorio, cuando no resulten puras lucubraciones. En ambos casos, su futuro es predecible: no se cumplirán.Page 1360

  2. Chombart ha estudiado el proceso de comunicación entre la población y sus dirigentes para conseguir un urbanismo adecuado, lejos del puro cientifismo, tanto como de la improvisación. El planeamiento deberá estar dominado por el deseo de poner la técnica al servicio de las estructuras sociales, no para adaptar las estructuras sociales a un marco abstracto. Desgraciadamente, estamos aún muy lejos de que gran parte de la población se interese por estos problemas; pero es imprescindible que, al menos, lo haga la élite. Gastón Bardet, al relatar la falta de apoyo popular a las reformas de Napoleón III resumía: «De este modo, el arte urbano va a parar a manos de la Administración, y Francia sucumbe bajo el peso de las oficinas.»

5. ° Del urbanismo de salvaguardia al positivo
  1. El urbanismo clásico adopta una postura de limitación, de salvaguardia: no se puede edificar en tales zonas; no se puede elevar más que determinadas alturas; es necesario aceptar las servidumbres de paso, de luces y vistas, etc. Franqois D'Arcy ve, frente a este atrasado urbanismo, otro positivo y actuante. Ello supone un notable esfuerzo para implicar a la iniciativa privada en la gran tarea urbanizadora. Los juristas franceses discuten la clave del arco del nuevo procedimiento; dónde radica, en qué momento se produce y qué efectos determina; la obligatoriedad, la oponibilidad a terceros. Los métodos tradicionales ya no sirven. Los dictámenes se arropan en consideraciones económicas, sociológicas y políticas.

6. ° Racionalización de las decisiones
  1. El conjunto de nuevas normas apunta hacia un método, en manos hoy de especialistas, que comienza a aplicarse en Francia, importado de Norteamérica, y en España. Se trata de la «racionalización de las elecciones presupuestarias». Lo resume, en síntesis brillante, Servan Schreiber, en el Desafío americano, y como juristas, creemos que nos interesa profundamente. Los norteamericanos han puesto en vigor desde 1967 el PPBS...

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