¿Hay una política alternativa a la austeridad en Europa?

AutorJoan Coscubiela i Conesa
CargoDiputado Cortes Generales IU-IC-LV (Izquierda Plural)
Páginas233-242

Page 233

1. ¿Hay alternativa?

Los organizadores del Post Grado me han pedido que reflexione en torno a una de las preguntas más trascendentes para los ciudadanos europeos. ¿Hay una política alternativa a la austeridad en Europa?

El enfoque de esta reflexión, en forma de pregunta, tiene una doble y en apariencia -sólo en apariencia- contradictoria respuesta.

Para deshacer esta aparente contradicción comenzaré diciendo que sí existen propuestas alternativas. En el terreno del reforzamiento y regeneración democrática y también de las políticas económicas y sociales. Y son propuestas viables.

Creo, en cambio, que no existe alternativa en el sentido político del término. No existe, no está maduro, un proyecto político a nivel europeo que sea capaz de aplicarse, al menos a corto plazo.

Y ello en un contexto en que cada vez resulta más necesario construir pronto esta alternativa política, que es vital para la izquierda y los valores que representa, pero también para mantener el modelo social europeo y la propia Unión Europea, como algo más que un espacio económico común.

Existe la necesidad imperiosa, existen los mimbres, o sea las propuestas para ello. No existe, al menos de momento, el artesano que convierta los mimbres en cesto. Falta el sujeto político, de hecho el sujeto social con capacidad para trabajar los mimbres y convertirlos en proyecto político real.

Page 234

Cualquier alternativa política pasa inicialmente por tener bien identificado el diagnóstico de los problemas y los retos a afrontar.

Y ni siquiera el diagnóstico sobre los retos y problemas es pacífico. No existe claridad, no sólo entre el conjunto de fuerzas sociales y políticas, sino ni tan siquiera en el conjunto de las fuerzas de izquierda y progresistas.

2. Elementos de un diagnóstico alternativo

Siendo la austeridad la respuesta dominante a la crisis, lo primero que cabe preguntarse y despejar es de qué crisis estamos hablando.

Se habla de crisis en singular, cuando de hecho estamos asistiendo a la confluencia de crisis distintas, aunque solapadas en el tiempo y en el espacio.

La idea dominante es que ésta es una crisis financiera, provocada por el sobreendeudamiento de algunos países, que ha terminado contagiándose al conjunto de sus economías y, por irradiación, a la economía del conjunto de la UE.

Sin duda ha existido una crisis financiera, pero ni es la única crisis, ni es la causa profunda de esta crisis. En todo caso, la crisis financiera ha actuado como el detonante de otras crisis con causas más profundas.

Un detonante que, como el cigarro mal apagado, ha prendido en la hojarasca, en este caso un sistema económico y social construido sobre aumentos incesantes de desigualdad, elevados endeudamientos, sobre todo del sector privado de la economía.

La crisis no es sólo financiera, ni tan siquiera sólo económica. Es una crisis más profunda de dimensiones sociales y políticas muy profundas. Que además se expresa de manera distinta en cada país de la UE. Y no sólo porque sus condiciones económicas fueran distintas, sino porque son distintas sus realidades sociales y políticas.

Aunque la dimensión de estas crisis sea en parte supranacional, sus consecuencias se viven a nivel de cada sociedad, de cada país.

En España, como en ningún otro país, es evidente que confluyen crisis que tienen dimensiones territoriales distintas. La crisis provocada por la (no) gobernanza de la globalización económica, la crisis del proyecto europeo y la crisis propia fruto del agotamiento no sólo de un modelo económico, sino también del proyecto político surgido de la transición.

En España, la confluencia de esta crisis múltiple se está manifestando, visualizando en forma de agotamiento del Pacto Social de la Transición.

Agotamiento que tiene un triple origen:

- El provocado por el desgaste producido por el paso del tiempo, que no sólo sufren los materiales, también las instituciones sociales y políticas. Un desgaste que tiene

Page 235

una clara expresión de conflicto intergeneracional que se suma, y en ocasiones se confunde, con otros conflictos de naturaleza distinta, social, de clase.

- El provocado por los desequilibrios que ha generado una globalización sin gobernanza política. Que se expresa en forma de gran desequilibrio entre la fuerza y los poderes de la economía y el mercado frente a la debilidad de la sociedad y sus organizaciones sociales e instituciones políticas.

- El provocado por la aceleración en este proceso de agotamiento, inducido por la crisis financiera y su expansión al conjunto de la economía.

Este agotamiento profundo y acelerado del modelo económico y social imperante durante más de tres décadas genera una triple necesidad de regeneración:

- Regeneración democrática. Que pasa por cambios importantes en nuestras instituciones, la Constitución en primer lugar. Pero que ya no puede limitarse al ámbito del Estado español, porque la regeneración democrática pasa por la reconstrucción del "Demos" y de su capacidad para controlar el poder "Cracia" económico. Y este proceso hoy no es posible hacerlo sólo a nivel de los estados-nación de los dos últimos siglos. La reconstrucción del "Demos" frente a la "Cracia" debe plantearse también y especialmente a nivel europeo.

- Regeneración económica social, de modelo productivo. Los grandes impulsos propulsores del crecimiento económico -que no necesariamente desarrollo- de España (entrada en la UE y en el Euro y burbuja especulativa) no sólo están agotados, sino que hoy son un gran obstáculo para el desarrollo de un modelo económico y social sostenible. Y determinadas respuestas a la crisis dificultan aún más la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR