Notas de estudio. Proyecto de reforma agraria

AutorPedro S. Requena
CargoNotario
Páginas379-396

Page 379

Aspecto jurídico

Ya tiene estado parlamentario el proyecto definitivo de Reforma Agraria elaborado por la Comisión jurídica correspondiente y corregido y modificado por el Gobierno Provisional.

En vano hemos esperado, desde que el proyecto fue presentado a las Cortes, que otras plumas más doctas que la nuestra hicieran su exégesis y comentario.

El proyecto es de tal trascendencia económica, jurídica y social, que bien merece unos momentos de reflexión y de estudio ; no sólo interesa a los actuales titulares del dominio de la tierra ; afecta a múltiples aspectos de nuestra vida social y política ; a los que profesamos el Derecho ; a las instituciones que lo sirven y lo amparan y en definitiva a la economía nacional y a toda la organización jurídica actual, que, buena o mala, es la base de todo el complejo que constituye la vida actual de nuestra nación.

Y, en estos momentos revolucionarios que estamos viviendo, precisa detener un poco nuestras ansias de una organización, más humana y más justa, para que, antes de destruir el edificio que nos parece malo, pongamos con materiales seguros los cimientos del nuevo que queremos elevar.

Al conocerse por la Prensa el proyecto que formuló la Comisión de Reforma Agraria surgieron infinidad de comentarios, inspirados, sin duda, en altos móviles de equidad y de justicia, pero centrados todos en el aspecto económico que la reforma implicaba, enPage 680sus derivaciones al estado actual de la propiedad individual y a la economía nacional, como si se tratara sólo de una lucha entre una clase propietaria que quisiera defenderse de las acometidas de otra que no posee ; de una defensa del statu quo de la propiedad de las nuevas corrientes socializadoras, que han de remozar, quiérase o no, todo el derecho privado.

El Gobierno de la República, al estudiar el proyecto de la Comisión, ha elaborado en realidad un nuevo proyecto, siguiendo, es verdad, las directrices que aquélla trazara, pero presentando el problema en toda su amplitud. Al desenvolver los principios sentados en las 17 bases de la Comisión, ha redactado un proyecto complejísimo, digno de las altas mentalidades que lo componen, y cuyo prestigio y competencia no necesitamos destacar.

Pero, como era de esperar, hasta para los simplemente Iniciados en la ciencia jurídica, aquellos principios que la Comisión formulara, al desenvolverlos en el campo del derecho constituido, habían de poner al descubierto infinidad de problemas jurídicos que k reforma provoca, y que, en resumen, no son otra cosa que manifestaciones de la inmensa distancia que existe entre el derecho actual, obra de siglos y de civilizaciones, y ese nuevo derecho socializador que se dibuja en el horizonte de las ideas como una nueva forma de convivencia humana, pero que, cierto es confesarlo, constituye todavía una aspiración de todos los pueblos civilizados.

El proyecto presentado por el Gobierno a las Cortes ofrece, a los ojos del estudioso, múltiples aspectos, todos complejos y trascendentes, porque el problema que pretende resolver es tan vitalísimo para la vida española, que constituye el centro de las grandes preocupaciones sociales y económicas de nuestros días.

Nosotros hemos de limitarnos al examen del proyecto, en su aspecto jurídico, y, dentro de él, a las cuestiones más fundamentales que el texto suscita. No se trata de defender a ninguna clase social, ni de atacar sistemáticamente el proyecto, muy meritorio en muchos detalles y principios, sino simplemente de formular observaciones y señalar alguna laguna que el proyecto contiene, que es seguro no han de escapar a los doctísimos juristasPage 381 que componen las Cortes, cuando el momento llegue, de su amplia y detenida discusión.

Se ha dicho repetidas veces que se está fraguando un nuevo Estado ; que en estos momentos los españoles somos dueños de nuestros propios destinos y que está en nuestras manos la ingente obra de hacer una nueva España, y para esa obra son necesarias todas las colaboraciones, aunque sean tan modestas como la del que estas líneas escribe, el último de los ciudadanos y el más insignificante de los Notarios españoles.

Principio capital que ha inspirado las modificaciones del gobierno en el provecto de la comisión

Nos lo dijo el Sr. Alcalá Zamora, en su magnífico discurso al presentar la reforma a las Cortes, con estas palabras: «En vez de aplazar en una incertidumbre la suerte de la propiedad territorial española, amenazada de un riesgo, de una contingencia incierta que sobre su cabeza se suspendía, aclarar y delimitar cuál es el alcance de la reforma, para que sepa desde el primer instante la propiedad a que afecta el sacrificio que de ella se demanda : para que pueda toda la otra, en plena tranquilidad, restaurar el crédito territorial, intensificar el cultivo y establecer sobre la tierra la cooperación de capital y trabajo.»

Aunque otra cosa crean los teorizantes, no es la propiedad rústica española, desde Hace algunos años, la propiedad ideal a que puede aspirar el hombre para asegurarse un bienestar tranquilo al final de una vida de ludias y de trabajos; los que por nuestra vocación actuamos el derecho en ambientes rurales y estamos continuamente operando sobre esa forma de propiedad, conocemos las incertidumbres y menoscabos del capital en ella empleados por la aleatoriedad de la renta ; por las gavetas que pesan sobre esa propiedad en forma de impuestos directos; por esa serie de impuestos indirectos que representan los múltiples aranceles por que ha de pasar necesariamente su transmisión, desenvolvimiento y modificación ; la titulación, base en que descansa esa propiedad, es cara y farragosa ; absorbe muchas veces una buena parte del capital por el hermetismo de nuestra legislación hipotecaria, y pue-Page 682 de decirse, en líneas generales, que la mitad de la propiedad territorial española, después de setenta años de ley Hipotecaria, no goza de las seguridades y garantías que el estado actual de cosas exige.

El crédito territorial es todavía entre nosotros una aspiración que no hemos visto lograda, por los múltiples impuestos que gravan la hipoteca ;? por la inseguridad jurídica de la propiedad; por la falta de movilidad de esa riqueza, que hace que el capital menos timorato huya de la garantía hipotecaria ; por la carencia absoluta de organismos e instituciones que extiendan el radio de acción del crédito agrícola, en sus diversas formas hipotecaria y prendaria.

Por otra parte, la organización social del agro español está todavía por Hacer, y carecemos de las más elementales organizaciones de cooperación y crédito para proteger al pequeño y mediano propietario, al cultivador, al colono, pegujalero, etc. El avance de las justas reivindicaciones sociales, que parten de los medios industriales, al llegar al campo se desnaturalizan en demandas, muchas caprichosas y arbitrarias, queriendo imponer soluciones que sólo la industria puede aceptar, y que son inadecuadas al agro sin cercenar sus rendimientos y sin poner en peligro la seguridad y estabilidad de la propiedad.

Para nosotros es frecuente la tragedia del propietario que posee tierras, a veces en cientos de fanegas, y no encuentra capital para sus iniciativas, que busque honesta colocación en la propiedad rústica, ha de recurrir a la usura, con todos sus inconvenientes.

Todos estos males se han agudizado extraordinariamente en los últimos años por las malas cosechas, el encarecimiento de los jornales y la depreciación de los productos ; el comercio jurídico de la mediana y pequeña propiedad atraviesa una grave crisis, y ésta es la propiedad que se ha de proteger, la que ha de rodearse de seguridad y de garantías, porque constituye el grueso de la propiedad rústica española.

A la vista tenemos un meritorio estudio realizado por el Colegio Notarial de Sevilla, y en él se llega a esta conclusión terminante : el latifundio es insignificante en las provincias de Cádiz,Page 683

Huelva, Sevilla y Córdoba, por su número y por la calidad de sus terrenos; es la propiedad mediana y pequeña la predominante, y esta propiedad, afectada o no por por la reforma que se proyecta, lo primero que necesita es fortalecer su seguridad, es aumentar sus garantías para que cumpla la función, social que le está confiada, y que de ella demanda la economía nacional.

¿Responde el proyecto presentado a las Cortes a ese propósito del Gobierno y a esta urgente necesidad?

A nuestro juicio...

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