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José Luis Navarro Espigares y José Aureliano Martín Segura. Consejo Económico y Social, Madrid, 2008, 214 pp.
La responsabilidad indemnizatoria de los empresarios como consecuencia de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales es un tema clásico en la regulación de la siniestralidad laboral. La clásica responsabilidad resarcitoria contractual por daños y perjuicios derivados del accidente se desarrolla al lado y con independencia de las prestaciones económicas de seguridad social y el recargo de prestaciones no asegurables. El problema más importante que plantea la indemnización por daños es el de conseguir la íntegra compensación por los daños y perjuicios sufridos, lo que obliga a un esfuerzo de objetivización de criterios que la jurisprudencia de nuestros tribunales ha venido realizando a través de la precisión de determinados estándares de medición: restitutio in integrum, proporcionalidad, prohibición del enriquecimiento injusto, correspondencia cualitativa de daños homogéneos a reparar, y tantos otros. Pero en esta vía se mantiene siempre una cierta incertidumbre que los sujetos que actúan en el campo jurídico -abogados y jueces fundamentalmente- prefieren acudir a un sistema de baremos fijados para la valoración de los daños, del que posiblemente sea el más conocido y empleado el de las personas en accidentes de circulación. Las Sentencias del TS de julio y octubre de 2007 en unificación de doctrina que calculan de forma diferente en atención a la llamada "técnica de complementariedad o de acumulación relativa" la forma de practicar el descuento de las prestaciones de seguridad social como compensación del lucro cesante que le provoca la pérdida de salarios, por lo que el resto de componentes de la indemnización, como el daño corporal (lesiones físicas y psíquicas), el daño moral (sufrimiento psíquico o espiritual) y el daño emergente (pérdida patrimonial directamente vinculada con el hecho dañoso), hace necesario que en las demandas se desglosen con claridad los conceptos indemnizatorios con arreglo a tales reglas. Era por consiguiente necesaria la elaboración de un baremo específico, es decir, un sistema de cálculo que permitiera la cuantificación independiente de cada uno de los conceptos indemnizatorios que surjan a partir de un accidente de trabajo.
Este es el objetivo del estudio de José Luis Navarro, economista y especialista en temas de salud, y de Aureliano Martín, jurista y responsable del gabinete jurídico de CC.OO de Ceuta y ambos profesores universitarios de la Universidad de Granada. Se trata de un método basado en indicadores estadísticos normalizados entre los que destaca el denominado años de vida ajustados...
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