In Memoriam de Álvaro D`Ors (1915-2004)

AutorRafael Domingo
Páginas942-949

    In Memoriam de Álvaro D`Ors (1915-2004)

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Acompañado del cariño de su numerosa familia, el día 1 de febrero de 2004 falleció en la Clínica Universitaria de Navarra, Álvaro d`Ors, a los ochenta y ocho años de edad.

Perteneció al Consejo de redacción del Anuario durante treinta años (1954-1984); en él ha dejado escritas centenares de páginas desde que inició su colaboración en el volumen 13, de 1941, con la serie "Varia romana" (pp. 25-30), y algunas necrológicas (pp. 500-503) hasta sus dos últimos artículos sobre El préstamo de géneros y el "vilicus iniquitatis", y La ley Flavia municipal, respectivamente, publicados en el volumen 54, de 1984, pp. 523-534 y 535-573.

Patriarca del Derecho romano en España, intelectual conspicuo, pensador original, humanista crítico, maestro de una pléyade de romanistas españoles y extranjeros, historiador del Derecho, epigrafista, papirólogo y filósofo del Derecho, con su frontis auctoritas, ardor oculorum y praestantia gestus, personificaba d`Ors la misma idea de cultura.

Ya su propio nacimiento, el día 14 de abril de 1915, fue pronto conocido por la intelectualidad de la época, a través de una carta que Eugenio d`Ors dirigió a su querido amigo Juan Ramón Jiménez (cf. Punta Europa 104, 1964, p. 22): "Sepa usted y diga a mis amigos que mi tercer retoño ha nacido estos días, varón como los otros dos y que se cristiana mañana con nombre de Álvaro. Tómese nota de él como de un futuro residente [se refiere a la Residencia de estudiantes en "La Colina de los Chopos"]. Ya ve usted, yo estoy hecho ya un joven patriarca, mientras que, por lo visto, usted continúa en Zenobita". El poeta, casado con Zenobia, seguía sin descendencia.

De educación atípica e irregular, debido a su resistencia a la escolarización, gustaba de recordar el día en que, ya con seis años, su madre María Pérez-Peix, escultora, le enseñó a leer en una tarde. Esto le permitió sumergirse en la voluminosa biblioteca de su padre, en la que pasó muchas horas aprovechando los frecuentes viajes de Xènius. No es de extrañar, pues, que, en este ambiente familiar, d`Ors fortaleciera su propio temperamento esteticista, y que años después afirmara que el torno de alfarero, las colecciones de insectos, el dibujo de mapas y las traducciones (ya de niño aprendió el catalán, el francés y el inglés) contribuyeran definitivamente en su primera formación.

El pensamiento de Álvaro d`Ors no se entiende sin la impronta de su padre. De él aprendió "el amor a Roma y la Gramática, y la exigencia de una íntima congruencia intelectual de coordinar la parte con el todo, la anécdota con la categoría" (Papeles del oficio universitario, Madrid, 1961, p. 349), a la que Eugenio d`Ors llamaba "sintaxis":

Patri syntaxin debeo

Nomicen autem vestro.

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Ésta fue la inscripción grabada por Álvaro d`Ors a navaja en uno de los maderos del bar de la casa gallega de Alfonso Otero y Ánima Schmitt para dejar constancia del agradecimiento a su padre por la sintaxis, y a su amigo Carl Schmitt, a quien había conocido en Granada en 1944, por la ciencia del nomos (cf. Papeles, p. 349).

Amante de la concreción y del estudio riguroso y "microscópico", Álvaro d`Ors siguió, a pesar de su impronta, un camino distinto al de Xènius. Éstas son sus palabras: "Aunque fue admirable la cosmovisión -la Weltanschauung- de mi padre, me atrevería a decir que, desde las raíces jurídicas, pero con consecuencias de mucho mayor ámbito, mi propio ensamblaje de ideas ha sido más riguroso e inequívoco que el suyo, que siempre fue esencialmente estético, y, por eso, compatible con la ambigüedad" (Catalipómenos metaescolásticos, § 2 pro manuscripto).

Con el traslado de la familia a Madrid en 1923, Álvaro d`Ors se escolarizó en la Preparatoria del Instituto Escuela, donde conoció y se educó con los hijos de los más influyentes intelectuales de la época. Con algunos de ellos -Ortega Spottorno, Pérez de Ayala y Miret Magdalena, entre otros- fundó una revista llamada Juventud, que quizá no llegara a una docena de números, pero que sirvió para cultivar sus aficiones literarias. Con ironía, me comentó d`Ors que, en cierta ocasión, fue calificada por un popular torero de "birria con buenos apellidos".

La atracción por la belleza clásica embriaga su época de adolescente. En efecto, en 1931 pasa el verano en Londres, donde sus visitas diarias al Museo Británico le convierten al mundo clásico. Mucho influyó en esta decisión la famosa "Oda a la urna griega", de John Keats, y más concretamente sus dos últimos versos:

Beauty is truth, truth beauty", that is all

Ye know on earth, and all ye need to know.

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Comenzada la carrera de Derecho en el curso 1932-33, su interés por el mundo clásico le llevó a intensificar el estudio del Derecho Romano, animado por José Castillejo. Empezó entonces a trabajar en el Centro de Estudios Históricos, donde el profesor italiano Giuliano Bonfante se había encargado de promover los estudios clásicos. Tras la guerra civil, en el mismo año 1939, asumió parte de la docencia en la Universidad Central, de cuya cátedra de Derecho Romano se encargaba Ursicino Álvarez, excedente de Murcia. En 1940 se trasladó Álvaro d`Ors a Roma para ampliar estudios de Derecho Romano bajo la dirección de Emilio Albertario. Allí elaboró una gran parte de su tesis doctoral sobre la Constitutio Antoniniana, que fue leída en Madrid, en 1941, y galardonada con el Premio Extraordinario de Doctorado.

Durante esos años de docencia en Madrid, trabajó asiduamente en el Instituto Nebrija de Estudios Clásicos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y concretamente en la redacción de la revista Emerita. Fue entonces cuando, estimulado por el tema de su tesis doctoral, se dedicó con interés a la papirología, en la que es reconocido como precursor dentro del ámbito español. La ocasión de poder estudiar y publicar los nuevos fragmentos de El Rubio, de la ley colonial de Osuna, le adentró en el campo de la epigrafía. Asimismo, trabajó en el Instituto Nacional de Estudios Jurídicos, y especial- mente en la redacción del Anuario de Historia del Derecho Español.

En 1943 publicó sus Presupuestos críticos para el estudio del Derecho Romano, que, aunque calificado diminutivamente por él mismo de "librillo programático", marcó, tras la guerra civil española, junto con el Horizonte actual del Derecho Romano (1944) de Ursicino Álvarez, un nuevo rumbo a los estudios romanísticos en España. A partir de ese momento, centró su atención investigadora en la crítica palingenésica y en el sistema de acciones romano. En diciembre de ese mismo año, ganó por oposición la cátedra de Derecho Romano de Granada, pero, ya en verano de 1944, se trasladó por permuta a la de Santiago de Compostela. Allí conoció y se casó, en 1945, con Palmira Lois, con la que tuvo...

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