Iglesias, Juan : Derecho Romano. Instituciones de Derecho Privado
| Autor | Germán Gallego del Campo |
| Páginas | 457-461 |
Iglesias, Juan : Derecho Romano. Instituciones de Derecho Privado. Ediciones Ariel, 5.a edición, 718 págs.
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La presente obra del profesor Iglesias, ampliamente conocida y reiteradamente manejada en los medios universitarios, ha sabido conjugar en perfecto equilibrio, el mas exigente rigorismo científico con la claridad expresiva y sistemática que le confiere un innegable valor pedagógico.
Su amplia introducción se abre con unas breves nociones acerca del derecho y su interpretación, destacándose por encima de la metódica preconizada por Ihering, el carácter dinámico de un derecho entendido en su vocación funcional de justicia. Sigue un resumen -no por sucinto menos completo- de la historia socio-política de Roma, donde desde su fase primitiva pasando por la República y el Principado hasta llegar al Imperio absoluto, se pone de manifiesto el constante y evolutivo concierto de Política y Derecho en la labor constructiva de la asociación y del Estado.
Ajeno a todo dogmatismo, entroncando las Instituciones con sus presupuestos vitales, se enfrenta el autor al estudio de las distintas fases de desarrollo del Derecho Romano: El «ius civile», vinculado al Estado-ciudad y asentado sobre el formalismo de sus normas consuetudinarias; el «ius gentium», en plena etapa de expansión dominadora, canalizado por la jurisprudencia y la legislación imperial y, en fin, el derecho bizantino, nacido en la quiebra de la vieja civilización itálica. Con rigurosa metódica histórico-jurídica busca una visión general y conjunta, lejos de divisiones cerradas e impermeables, evitando el cómodo uniformismo y calibrando en todas sus dimensiones el devenir constante de convicciones e ideas.
Después de analizar la evolución de la ciencia romanística y su estado actual, se muestra contrario a admitir en ella cualquier síntoma de decadencia o crisis, por cuanto el Derecho Romano sigue proyectando sobre el mundo de hoy su espíritu, su esencia y un cúmulo de posibilidades no agotadas.
Cerrando la parte introductora, aparece un breve comentario a las ideas romanas del derecho, en el que importa destacar la noción todavía vigente de la «Aequitas» y la visión de una «Iurisprudentia» más atenta a la solución de problemas vitales que a la rigidez de puros esquemas doctrinales.
El núcleo central de la obra aparece sistematizado en cinco libros o grandes apartados: Parte general; Derechos reales; Derecho de obligaciones; Derecho de familia; Sucesiones y donaciones.
La parte general se abre con el estudio del sujeto de derecho bajo la distinción de personas físicas y jurídicas. Se recoge la doctrina justinianea en torno al nacimiento así como el régimen de protección del «nasciturus», y se analiza ampliamente la problemática de una capacidad condicionada por el «Status»: libertad, esclavitud y patronato, ciudadanía y situación familiar.
En torno al tratamiento doctrinal de la persona jurídica, evita el autor entrar en el fatigoso análisis de la polémica tradicional y parece mostrarse decididamente vitalista, al señalar que el derecho sanciona tan sólo una existencia impuesta por la suprema realidad del suceso humano. Afirma, asimismo la personalidad de la asociación romana al margen del reconocimiento gubernativo y niega, aún en la legislación justinianea, la existencia de un concepto moderno de fundación, como «patrimonio de fin» dotado de autonomía institucional.Page 460
Se enfrenta a continuación con la temática del negocio jurídico. Y entiende que su teoría general es obra del artífice moderno a través de la generalización homogénea de elementos romanos Señala la ausencia de un reconocimiento pleno de la idea de representación y analiza brevemente los elementos accidentales del negocio, finalizando con una apretada síntesis del procedimiento civil.
El libro segundo, dedicado a...
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