Las OPAs sólo son hostiles para el gestor, que se sabe cuestionado y en riesgo inminente de perder sus prebendas

AutorFernando Mier Méndez
CargoBrosa abogados y economistas. Socio. Director Departamento Mercantil

Hace pocos meses, la familia Serratosa lanzó una OPA para hacerse con el control de URALITA y los accionistas que quisieron acudir a la OPA vendieron sus acciones con una prima del 14,7%.

El pasado jueves 23 de enero, los medios anunciaron la OPA sorpresa de Caltagirone y Marchini sobre el 75 % de METROVACESA (ver EXPANSION 23/1/02; pag. 4). Los italianos ofrecen un precio de 25 euros por acción, lo que supone una prima del 19,6 % y más de un euro y medio sobre los máximos históricos de la acción.

En su momento, la frustrada batalla por el control de Hidrocantábrico supuso para quien supo o pudo aprovecharla, una revalorización considerable -más del 40% en un año-. Es un hecho que, en general, el mero rumor de un interés de compra implica un incremento notable de la cotización de cualquier valor.

No obstante, a pesar de éstos y otros hechos igual de concluyentes, muchas de las Compañías afectadas -en realidad sus Consejeros y directivos- aún mantienen cláusulas estatutarias de bloqueo y planifican estrategias en defensa de no se sabe bien qué o quiénes. En sus comunicados y declaraciones, muchas veces los portavoces de la empresa opada se refieren a conspiraciones y critican a la empresa agresora a la que se presentan poco menos que como un corsario despiadado.

El buen gobierno

Este tipo de situaciones son las que hacen a uno desconfiar de cualquier expectativa de un cambio real y efectivo en materia de gobierno corporativo y defensa de los derechos del inversor. De poco servirá el esfuerzo de los expertos, el debate y cualquier modificación legal que se aborde, si no se asumen como lógicas y sanas las más esenciales leyes del Mercado.

Una OPA no obliga a nadie a vender: ofrece un precio por la compra de las acciones que cada uno es libre de aceptar o no. El importe de la prima que supone el precio de la oferta en relación con el de cotización no hace más que reflejar el valor que un tercero atribuye a la compañía opada y que, por cualquier circunstancia, el Mercado no reconoce.

Desde esta perspectiva, las OPAs sólo pueden ser consideradas como un eficaz instrumento de corrección del Mercado y un acicate para los gestores, cuya obligación y responsabilidad es precisamente generar valor para los accionistas y que éste se refleje en la cotización.

Si alguien paga más por las acciones que su valor de cotización, es porque se considera capaz de obtener un beneficio con ello. Si la mayoría de los accionistas vende, están poniendo de manifiesto...

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