El futuro del Banco de España

AutorFernando Zunzunegui

El Banco de España ha perdido o está en trance de perder sus principales funciones. Nuestra principal institución económica era conocida como «Banco Emisor», «Autoridad Monetaria», «Banco del Estado», gestor de la Deuda pública, o «Banco de bancos», prestamista de última instancia y supervisor financiero. No es ninguna novedad que con la moneda única y la creación del Sistema Europeo de Bancos Centrales, el Banco de España ha dejado de ser el Banco emisor de la moneda nacional. La soberanía monetaria ha sido atribuida al Eurosistema constituido por los once bancos centrales participantes y el Banco Central Europeo. A su vez, la gestión de la Deuda pública se privatiza con la fusión de la Central de Anotaciones del Banco de España y el Servicio de Compensación y liquidación de Valores, para constituir una nueva sociedad anónima: la 'Sociedad de Gestión de los Sistemas Españoles de Liquidación'. De este modo, se desgaja del Banco de España la gestión del Mercado de Deuda Pública con una doble finalidad, ganar eficiencia y competitividad, de un lado, y facilitar la participación de la nueva entidad en alianzas internacionales, de otro.

Le resta al Banco de España su función de Banco de bancos, pero ¿Por cuánto tiempo podemos seguir considerando al Banco de España prestamista de última instancia en un mercado europeo en el que los bancos forman parte de conglomerados financieros transnacionales? ¿Hasta cuando pueden seguir manteniéndose las funciones de supervisión bancaria a nivel nacional y separadas de la vigilancia de otros sectores del mercado financiero?

En este contexto se impone una reflexión sobre el futuro del Banco de España. Se deben revisar sus funciones, aprobar un programa de actuación y adecuar su organización a las nuevas necesidades. En estas mismas páginas avanzamos en octubre de 1997, la conveniencia de integrar las funciones de supervisión bancaria y del mercado de valores. Proponíamos entonces una concentración de la vigilancia de los intermediarios en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que bajo la nueva denominación de «Comisión Nacional del Mercado Financiero» se ocupara de la protección de los depositantes e inversores y de la integridad del mercado. De hecho la CNMV ha adoptado una actitud expansiva en el ejercicio de sus facultades de vigilancia del mercado, como lo demuestra la reciente Circular 3/2000, de 30 de mayo, sobre las obligaciones de información de los bancos que utilizan contratos financieros...

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