La disciplina militar en el futuro. Una nueva Organización militar

AutorJosé López Sánchez
Cargo del AutorDoctor en Derecho
Páginas235-262

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I Tendencia actual de la protección de la disciplina

Este último Capítulo analiza el futuro de la disciplina militar y la protección necesaria para la misma, dentro de esa Organización militar que sigue incluyendo a las FFAA y al Cuerpo de la Guardia Civil. Una disciplina que, en principio, no debe ni tiene por que sufrir un cambio copernicano, pero lo que si ha de hacerlo es la forma de protección jurídica de la misma y por lo tanto su nivel de exigencia.

Después de haber analizado la disciplina como elemento central en la Organización militar, llegamos a la conclusión de que ha sido merecedora, como bien jurídico, de una protección muy especial, pretendidamente homogénea a lo largo de estos últimos ciento veinticinco años. Las distintas regulaciones no han sido reformadas en ningún momento con la coherencia debida a los progresos de la sociedad, del Derecho penal y de la Organización militar, que han sido inopinados, sobre todo, en esta última, aunque previsibles en el de las demás.

Llega el momento de analizar y de hacer una previsión de futuro para determinar como van a jugar el Derecho penal militar, la Organización militar y la jurisdicción militar para proteger la disciplina. Es decir, si la disciplina militar va ocupar un papel nuclear tan decisivo en la Organización militar, como para que se le siga dando el papel tan trascendental que ha tenido hasta ahora y por lo tanto merecedor de la misma clase de protección, que creemos excesiva.

En primer lugar, analizaremos la Organización militar que se intuye necesaria para dar cumplimiento al mandato constitucional del art. 8, teniendo en cuenta la significación actual de la Defensa Nacional, recogida en la Ley Orgánica 5/2005 de la Defensa Nacional, que difiere esencialmente con la contenida en laPage 236 LO 6/1980 de criterios básicos de la Defensa Nacional y de la Organización militar, sobre todo, por la diferente concepción de la estructura orgánica y operativa con que se concibe la Organización; la incidencia en la misma, tanto de la profesionalización y la revolución tecnológica, como del nuevo orden internacional y nuestra situación estratégica, amén de la percepción de la amenaza compartida y no compartida actualmente, y el nuevo concepto de la guerra. En segundo lugar, después de haber revisado el Código penal militar, la conveniencia de su reforma en algunos de los aspectos señalados en el Capítulo III, por último, nos cuestionaremos la pertinencia de la jurisdicción militar para la Organización militar futura, así como la necesaria importancia que debe cobrar la justicia disciplinaria contenida en los dos Régimen Disciplinarios vigentes.

1. La evolución de la sociedad y la organización militar Influencia en la disciplina

Uno de las peculiaridades determinantes de la evolución de las organizaciones militares en las modernas sociedades, de la actualidad y del pasado inmediato, ha sido la exigencia de que el factor humano que las componen sean profesionales con un alto grado de especialización. Esta exigencia tiene su origen, primeramente, en los avances de la tecnología que incorporan a la estructura militar nuevas posibilidades en armamento y material que hacen cambiar los procedimientos de combate y con ellos la articulación de la citada estructura; y en segundo lugar, los cambios producidos por el nuevo orden internacional y su enfoque estratégico para afrontar las amenazas y la nueva fisonomía de la guerra, su concepto y la forma de su dirección y ejecución y una concepción de la Defensa Nacional, en la que lo internacional ha superado a los problemas internos entre los Estados.

Pero íntimamente relacionado con lo anterior está lo que podemos llamar un cambio o una crisis de valores dentro de la Organización militar, provocada por los cambios habidos en la propia sociedad a la que indiscutiblemente pertenece. Cambios a los que aquella es muy renuente debido, fundamentalmente, a que «los ejércitos, por propia naturaleza, son conservadores; conservadores de las propias esencias nacionales y muy particularmente de las de las propias de la institución», haciéndola poseedora de una particular forma de sentir y pensar, que se ha dado en llamar, por parte de la sociología, «mentalidad militar»340.

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La Organización militar no obstante, no ha podido permanecer impermeable a los cambios producidos y está siendo objeto de una reforma continua, consecuencia de la evolución que, desde hace un tiempo, se manifiesta en una tendencia real de sus miembros a equipararse con los demás componentes de la sociedad en aspiraciones y derechos, dentro de la especialidad que su misión supone. Pero también se manifiesta en que esta evolución, como en otras épocas de la historia, no se ha visto acompañada por la deseable evolución de la disciplina y de su protección jurídica, presentando graves dificultades a la hora de encuadrar el ordenamiento jurídico militar en el Ordenamiento general del Estado, como hemos comprobado a lo largo de estas líneas341.

Hoy la Organización militar tiene una concepción distinta en la que lo científico y lo práctico desplazan a lo relacionado con las virtudes y valores morales que tradicionalmente la han estigmatizado, como la mítica disciplina. Los criterios actuales de organización y funcionamiento se orientan, como venimos diciendo, a que la disciplina sea un eficaz instrumento para que la Organización sea capaz de asimilar las modernas técnicas de dirección, gestión y administración, propias del ámbito civil, para cumplir las misiones específicas que la legalidad le exige. Estas misiones, por su carácter, son desempeñadas por profesionales especializados y en la que concurren con las autoridades del Estado por constituir una parte importante de la Defensa y de la Seguridad Nacional e internacional, que ha dejado de ser algo exclusivamente militar.

Dentro de este nuevo concepto de la Organización militar en el que ha influido, como hemos dicho, el cambio de valores, el papel que le toca jugar a la disciplina, o cómo le puede afectar a la disciplina, es una cuestión crucial. Desde luego, uno de los rasgos definitorios de la Organización, desde hace tiempo, es el cambio de las bases en las que se asientan la autoridad y la disciplina, por las que se ha transformado la tradicional disciplina obtenida del subordinado por dominación, en la disciplina, aceptada por el mismo, por persuasión o manipulación342. Esta circunstancia abrió hace años la posibilidad de cambiar, en materia jurídica, el enfoque del tratamiento de las especialidadesPage 238 tradicionales del ámbito castrense. La Organización militar actual es tan compleja y tan tecnológicamente complicada, que la eficacia en la actuación de sus componentes en las variopintas misiones que actualmente tienen encomendadas, no puede ser garantizada exclusivamente con un alto nivel de exigencia de la disciplina, entendida como una férrea entrega a unas normas y a unas conductas predeterminadas y previstas que garanticen la uniformidad en su actuación y el respeto absoluto a la supremacía del poder político.

No por ello la disciplina ha de quedar relegada a un segundo plano. Pero sí queda fuera del papel justificativo de todas las especialidades que rodean el ordenamiento jurídico castrense. La especialización y el profesionalismo que se predican para la Organización militar actual, acercan e igualan ésta a otras organizaciones del Estado, pertenecientes a su misma Administración, en las cuales el nivel de exigencia de la disciplina es menor. Hoy, la relación de jerarquía se basa en el consentimiento voluntario prestado ante la finalidad que se persigue, que en la actualidad se sintetiza en los criterios insitos en la Defensa Nacional.

2. La equiparación de la nueva disciplina y la eficacia y operatividad

La eficacia se convierte en el requisito que se pretende, desde todas las esferas, de las Fuerzas Armadas de cualquier país. En la actualidad, se hace referencia más a unas FFAA eficaces que unas FFAA disciplinadas, ya que la disciplina se da por sentada y la eficacia está por conseguir, es una meta difícil de alcanzar.

Una de las características de la disciplina militar actual, también de la del pasado siglo XX, es la continua necesidad de su redefinición, motivada por las exigencias de la eficacia y de la operatividad de la Organización militar para cumplimentar su papel en cada momento, incluyendo a la disciplina como bien jurídico. En ésta, la eficacia y la operatividad eran ya unos de los principios de organización y funcionamiento de referencia y de obligado cumplimiento y que en la futura organización deben de constituirse en meta alcanzada en cada momento.

La eficacia es un principio constitucional de organización exigible a cualquier elemento constitutivo de la Administración y, por lo tanto, de la Administración militar, convirtiéndose en principio constitucional consagrado en el art. 103 de la CE 1978343. La eficacia de la Organización militar es...

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