Déficits tecnológicos y desarrollo sostenible en las Regiones Menos Favorecidas de la UE

AutorJames P. Gavigan, Cecilia Cabello, Franois Farhi

Introducción

La muy exhaustiva, aunque vaga definición de desarrollo sostenible dada en el Informe Brundtland (WECD, 1987) ha significado que, desde entonces, la noción se ha considerado y utilizado ante todo de manera bastante restrictiva, principalmente en función de sus aspectos de preservación ambiental (calentamiento mundial, agotamiento y gestión de recursos, etc.)

A pesar de que en el fondo las discusiones teóricas sobre la amplia noción de sostenibilidad continúan (Kyriakou, IPTS, 1995), y de que las acciones políticas como el Quinto Programa de Acciones Medioambientales de la Unión Europea. -la iniciativa de Ciudades Sostenibles- y partes del Programa Marco de I+D pretenden adoptar el sentido amplio de sostenibilidad, el modo en que son percibidas tales iniciativas está fuertemente marcado por sus orígenes esencialmente ecológicos y ambientales. Como resultado, muchos políticos de otras esferas siguen convencidos de que la sostenibilidad representa, en gran medida, un lujo intelectual, y esto a pesar de declaraciones de alto nivel, como el nuevo modelo de desarrollo defendido en el Libro Blanco de la Comisión publicado en 1994.

En lugar de una característica añadida del desarrollo, a tener en cuenta de mala gana, la sostenibilidad, en su interpretación amplia, completa, debería entenderse como una parte integral de los fundamentos del desarrollo. Para esquematizar, la concepción amplia de sostenibilidad implica que el desarrollo no se conseguirá a pesar de, sino más bien en sintonía con, y gracias a la sostenibilidad.

Es por lo tanto bastante lamentable que en el área de la política de desarrollo regional, por ejemplo, donde los aspectos económicos, sociales y ambientales deben considerarse necesariamente al unísono, toda la extensión de la línea de pensamiento sostenible no ha conseguido hasta el momento realizar avances significativos. El objetivo de este artículo es tratar de abrir una vía en las ideas sobre este tema, proponiendo un marco provisional, basado en conjuntos de criterios con los cuales evaluar el conjunto de las características sostenibles de las iniciativas de desarrollo tecnológico y centrado en la innovación en las Regiones Menos Favorecidas. Las ideas se elaboraron en torno a trabajos realizados con ejemplos tomados de las industrias agroalimentarias en Andalucía, Irlanda, el sur de Brandenburgo y Macedonia Central (CM International, IPTS, 1996) y se proponían estimular más la discusión en lugar de ser operativas.

El contexto del desarrollo regional en la UE

La política de desarrollo regional en la UE está dirigida por el deseo de establecer niveles convergentes de renta y bienestar financiero para todos los ciudadanos de la Unión. Sin embargo, el reconocimiento de que la renta es solo un factor, aunque importante, de los que determinan la calidad de vida, mitiga el grado en que los indicadores de renta deben prevalecer en este asunto. El desafío para la política es encontrar vías para impulsar actividades económicas viables que generen riqueza localmente, que mejoren la competitividad local (no sólo basada en los costes), y que sean compatibles con la cultura, las costumbres y los valores éticos de las comunidades implicadas.

Las estadísticas que revelan la desigualdad de la renta entre regiones ricas y pobres, y el aún mayor desequilibrio tecnológico (en términos de I+D y gasto tecnológico), han prestado una adecuada y creciente atención al papel de la tecnología en sucesivas fases de los programas de Fondos Estructurales de la UE. Esto ha evolucionado desde un énfasis en I+D e infraestructuras relacionadas, hacia el énfasis en innovación actualmente emergente y más maduro. Dado que 'tecnología e innovación' son logros sociales, y al mismo tiempo son los vectores primarios del desarrollo, proporcionan el foco más apropiado para que la política fomente las iniciativas de desarrollo desde la base, con la garantía de que estarán involucradas más firmemente en el sistema socioeconómico y la cultura local y regional.

Los pasos en esta dirección son también claramente consistentes con el deseo de preservar y construir la fuerza internacional europea basada en su profunda y rica diversidad cultural y demográfica. Por tanto, el reconocimiento de que aplicar un modelo de innovación único en toda Europa es impracticable, puede trasladar la perspectiva del desarrollo regional desde un tipo monocéntrico a uno más policéntrico. Esto, a su vez, permite que surja, para cada región o grupo de regiones, el modelo de desarrollo y el sistema de innovación más apropiados.

Integración de la sostenibilidad

Si el éxito y la popularidad del plan Sistemas de Innovación Regional , realizado conjuntamente por las DGs XIII y XVI de la Comisión Europea, es un criterio válido (las autoridades regionales de 40 regiones diferentes están actualmente implicadas en este ejercicio), el razonamiento anterior recoge bien esta necesidad hasta ahora latente. Sin embargo, a la luz de estas consideraciones, quizás la siguiente cuestión clave necesita ser muy cuidadosamente considerada:

¿Hasta qué punto el desarrollo de esta acción está todavía marcado -implícita o explícitamente- por la idea de implantar "EL" modelo de negocio y de innovación que ha probado su valor en las regiones de la UE industrialmente avanzadas?

En realidad, una cuestión similar pero más amplia podría plantearse en relación con el conjunto total de las acciones de política regional de la UE. Esto sirve para subrayar el hecho de que los enfoques demasiado marcados por la visión de algún modelo uniforme 'armonizado' o 'normalizado', pueden fácilmente desperdiciar la oportunidad de vincular el desarrollo de una región a sus principales activos diferenciadores - la gente y su cultura, tradiciones, valores, etc. A nuestro modo de ver, un intento de captar alguna medida y algún equilibrio de las tres dimensiones de la sostenibilidad completa - ambiental, económica y social - puede proporcionar este input perdido. Además, empezar a partir de una perspectiva 'regional' antes que 'mundial', conduce a una diferenciación de enfoques del desarrollo regional sostenible, que es lo que debería requerirse para reflejar la diversidad regional y la variabilidad contextual. Pero, ¿cómo debería procederse?.

Un reciente informe técnico del IPTS (M. Weber y G. Fahrenkrog, IPTS, 1996) identifica cuatro estrategias políticas mediante las cuales el cambio tecnológico futuro podría dirigirse hacia la sostenibilidad: (1) una estrategia dirigida hacia la tecnología; (2) una estrategia orientada hacia la demanda y basada en disposiciones legales; (3) una estrategia que tenga en cuenta las condiciones del contexto; y (4) una estrategia basada en criterios y procedimientos que guíen los procesos de decisión. Lo que sigue a continuación es una descripción de un intento preliminar, con un enfoque basado en criterios (un ejemplo de la cuarta opción), que parecía ser el más adecuado para el objetivo del estudio piloto en cuestión, de obtener alguna medida global completa de 'sostenibilidad' de cualquier iniciativa tecnológica dada -ya estuviese finalizada, en curso o en proyecto.

Criterios de sostenibilidad - una propuesta de aproximación.

Los siguientes conjuntos de criterios se establecieron como parte de un ejercicio piloto, en un estudio de iniciativas pasadas, presentes y en proyecto, o futuras, basadas en tecnología e innovación, para desarrollar el sector agroalimentario, en cuatro regiones menos favorecidas muy diferentes (las llamadas regiones objetivo 1) de la UE -Andalucía, Irlanda, Macedonia Central y el sur de Brandenburgo (para más detalles ver CM International, IPTS, 1996). La intención era establecer un marco para definir el punto de referencia de algunos efectos directos e indirectos, así como las condiciones contextuales, para demostrar a los políticos, mediante un ejemplo, cómo sería posible evaluar todas las características de sostenibilidad de una iniciativa tecnológica o innovadora dada, a través de una óptica tridimensional, económica, ambiental y social.

El marco de criterios establecido se basó en una evaluación a dos bandas de los tres diferentes niveles, tal como se representa en la figura (Fig. 1)

Figura 1: Mercado futuro por aplicaciones

(Figura Omitida)

La hipótesis de partida era que el desarrollo sostenible sólo es posible si está basado en resultados económicos exitosos a largo plazo a nivel empresarial, y valores específicos fiables y competitivos a nivel regional. Sobre esta base, se otorgó una consideración adecuada a los criterios de sostenibilidad a nivel social y ético, tales como minimizar la contaminación o mejorar las relaciones sociales. Esto condujo a una orientación radical desde el punto de partida más usual, "mundial, a largo plazo, ambiental", para consideraciones sobre sostenibilidad, hacia una aproximación más profunda.

Por lo tanto, la vía elegida para la evaluación de los criterios de sostenibilidad empezó con la 'empresa', pasando después a tener en cuenta aspectos al nivel más agregado de "región" y "sociedad". Se hizo una distinción, a cada nivel, entre criterios de una naturaleza más estática - esto es aquellos diseñados para evaluar el nivel de coherencia y compatibilidad de la iniciativa tecnológica e innovadora con los recursos existentes, y el uso hecho de ellos, incluyendo aquellos recursos disponibles en la empresa o región, y los recursos y competencias externos que la empresa o región es capaz de movilizar - y aquellos criterios que tienen más en cuenta los efectos dinámicos - esto es para evaluar la contribución de la iniciativa a la creación de valor añadido, en términos de su contribución a un proceso acumulativo de desarrollo de recursos y aptitudes, mejorando la receptividad de una empresa, el impacto dentro de una empresa o sector, o el efecto potencial de "desbordamiento" en otras empresas o actores regionales.

A nivel de empresas, los criterios deberían evaluar la adecuación de una iniciativa tecnológica o innovadora dada a las capacidades propias de una empresa, y el potencial para mejorar su competitividad (ver Cuadro 1).

A nivel de región, el sistema de evaluación propuesto se diseñó para centrarse en la contribución de la iniciativa tecnológica o innovadora al desarrollo global de la región, o para modelar su ventaja comparativa, incluyendo en esta última no solo la creación de recursos, sino también el conjunto de conocimientos, la conducta socio-cultural y la propensión a iniciar negocios e innovar (ver Cuadro 2).

Finalmente, a nivel social y ético, los criterios propuestos deberían reflejar cómo la iniciativa tecnológica o innovadora responde al deseo de mantener y reforzar el potencial, tanto presente como futuro, para satisfacer las necesidades sociales a un nivel más macro. Esto incluye los más usuales aspectos ambientales y sociales de la sostenibilidad (ver Cuadro 3).

Cuadro 1: Nivel de empresa

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Conjunto de criterios 1 - Coherencia con los recursos existentes en la empresa - Se interpretó como sobre todo en relación con la capacidad innovadora de la empresa en términos de recursos tecnológicos, humanos y financieros, y capacidades organizativas y de gestión. Los temas prepuestos para los criterios fueron:

adaptación a la cartera tecnológica presente de la empresa

capacidad y competencia de los recursos humanos

disponibilidad de los recursos financieros necesarios para la innovación

cultura organizativa e interrelaciones entre el personal perteneciente a distintas áreas de actividad

establecimiento de redes y relaciones con los clientes y proveedores

visión de los directivos o estrategia futura de negocio y capacidad competitiva de la empresa

Conjunto de criterios 2 - Desarrollo de una posición competitiva - la capacidad de la empresa para desarrollar y aplicar conocimientos nuevos a través de un proceso acumulativo de aprendizaje evaluado mediante medidas de:

efectos sobre el aprendizaje interno y/o el proceso organizativo

mejora del establecimiento de redes externas y potencial de asociación

adquisición de aptitudes tecnológicas incorporadas que puedan difundirse dentro de la empresa

introducción de nuevas aptitudes tecnológicas y de desarrollo (contratando experiencia técnica)

aprendizaje del uso de activos complementarios, tales como técnicas de gestión de la innovación

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Cuadro 2: nivel regional

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Conjunto de criterios 3 - Coherencia con la capacidad innovadora de la región - Refleja la capacidad innovadora de una región en términos de la infraestructura de I+D disponible, y de las redes internas y externas entre actores públicos y/o privados. Además, se consideró que el ambiente innovador de una región se basa en las relaciones económicas, políticas e institucionales, que a su vez generan un proceso de aprendizaje colectivo que puede disparar la difusión del conocimiento y la adopción de los mejores procedimientos prácticos. Pueden considerarse cinco criterios principales como medidas clave de la capacidad innovadora de una región:

disponibilidad de competencias en Investigación y Tecnología (centros de I+D)

disponibilidad de organismos de apoyo (innovación - centros de alerta- gestión de proyectos, formación¿)

disponibilidad de recursos complementarios (proveedores, innovación - especialistas en gestión- recursos financieros)

cultura empresarial (nivel de identidad regional, confianza colectiva,¿)

grado de apertura del sistema regional de innovación (cooperación científica, relaciones transnacionales entre empresas,¿)

Conjunto de criterios 4 - Configuración de la ventaja comparativa de una región - Refleja la noción de que la iniciativa tecnológica o innovadora debería contribuir al desarrollo de las relaciones competitivas y cooperativas dentro de la región entre el sistema de producción local, la cultura técnica y las diversas instituciones y actores locales. Podrían tenerse en cuenta seis criterios principales:

contribución de los diferentes actores al establecimiento de redes, en particular a lo largo de la cadena de valores.

difusión de las nuevas tecnologías o técnicas más allá del campo de la acción (es decir, efecto de demostración)

aumento de la cuota de mercado de los inputs regionales en la producción regional

aumento de los indicadores económicos para los productos regionales (cuota de mercado, exportaciones, empleo,¿)

aumento de la eficiencia del apoyo regional

desarrollo de puntos de referencia y adopción de los mejores procedimientos prácticos

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Cuadro 3: Nivel social y ético

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Conjunto de criterios 5 - Coherencia con el tejido socioeconómico regional - Mide la compatibilidad, a nivel social y ético, con los recursos regionales disponibles (ambientales, infraestructura -como transporte, energía, etc.). La principal cuestión tenida en cuenta fue si la iniciativa podría implementarse sin detrimento de la cantidad y calidad de los recursos regionales globales de los cuales depende la actividad humana continuada y el posterior desarrollo. Los siguientes cuatro temas pueden considerarse importantes:

Contribución a un sistema de producción sostenible

Coherencia con la estrategia global de desarrollo regional (si existe una)

Aceptación social y ética (reconocimiento de las demandas sociales)

Impacto ambiental (tecnologías limpias, consumo de energía, reducción de la contaminación y la degradación)

Conjunto de criterios 6 - Dinámica positiva dentro del tejido socioeconómico - Trata de reflejar si la iniciativa creaba una dinámica positiva dentro del tejido socioeconómico, en cuanto a reforzar el potencial para proporcionar una satisfacción presente y futura de las necesidades humanas tanto a nivel global como local. Esto podría entenderse por:

Integración de una dimensión trans-generacional (garantizar la bio-diversidad, mejorar la calidad de vida, paisaje,¿)

Articulación de las dimensiones global y local

Integración de la demanda social (nuevas pautas de consumo que integran la calidad y los productos inocuos para el medio ambiente, servicios,¿)

Asignación de valor añadido (creación de riqueza para la región en forma de bienes, transferencias de capital, personal entrenado, generación de empleo,¿)

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Lecciones aprendidas y conclusiones

En el estudio exploratorio realizado, los conjuntos de criterios mencionados anteriormente se utilizaron de un modo cualitativo, sin desarrollar los puntos de referencia cuantitativos o los indicadores que requeriría un estudio más riguroso. En primer lugar, se realizó una evaluación retrospectiva del inventario de iniciativas tecnológicas o de desarrollo emprendidas por cada región. La mayoría de las iniciativas mostraron haber tenido como objetivo explícito la 'superación' de restricciones tecnológicas inmediatas a corto plazo, lo cual, aún satisfaciendo el lado 'coherente' del esquema de evaluación, casi nunca reflejaba los aspectos más dinámicos relacionados con la creación de valor añadido o una potencial contribución al aprendizaje.

Mientras que, por una parte, los criterios que forman parte de este estudio trazaron una distinción entre (i) coherencia y (ii)incremento del valor añadido, por otra parte resultó que los principales aspectos tecnológicos relacionados con el sector agroalimentario tienen que ver con (iii) calidad y (iv) diversidad de productos. La figura 2 representa un intento de situar las iniciativas tecnológicas e innovadoras en el sector agroalimentario en cada región con respecto a estos cuatro aspectos, con la flecha indicando la dirección en que evolucionan las cosas.

Figura 2

(Figura Omitida)

La diversidad que encierra esta figura y la deducción obvia de que las pautas de desarrollo y las políticas relacionadas indicadas para cada región son diferentes (mientras que para una región es más adecuado trabajar para incrementar el valor añadido y evolucionar para tratar de salvar el desequilibrio cualitativo, otra región está interesada en aspectos sobre coherencia y se desarrolla en la dirección de conseguir más apoyo para "outsourcing" y la diversidad de sus productos), apoya el argumento a favor de un enfoque político 'diferenciado' para el desarrollo regional totalmente sostenible.

En segundo lugar, los criterios propuestos se usaron para intentar concretar aspectos clave de las nuevas o futuras iniciativas tecnológicas o innovadoras con vistas al desarrollo regional totalmente sostenible. Los resultados, descritos en el informe (CM International, IPTS, 1996) tienen sobre todo un valor ilustrativo, de acuerdo con la naturaleza experimental del ejercicio.

Finalmente, con la intención de abrir este debate, creemos que existen campos para discutir, de una forma más minuciosa y rigurosa, vías para apoyar a quienes toman decisiones, tanto a nivel privado como público, en el diseño de iniciativas regionales sostenibles, así como para mejorar la evaluación de la utilidad de las acciones de apoyo. En efecto, un estudio más detallado podría demostrar que un enfoque basado en un conjunto de criterios, similar al experimento citado anteriormente, podría ser útil a este respecto

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Palabras clave

desarrollo regional, desarrollo sostenible, desequilibrios tecnológicos, sector agroalimentario

Referencias

CM International, IPTS, Technology gaps and sustainable regional development: case of the agri-food sector in Andalucía, Ireland, South Brandenburg and Central Macedonia, Informe final IPTS EUR 17287 EN, 1986

Kyriakou, D., IPTS, Sustainable development: towards a synthesis, Serie Informes Técnicos IPTS, EUR 16297 EN, 1995

Weber, M. y Fahrenkrog, G., IPTS, Sustainability and technology: a framework discussion. Serie Informes Técnicos IPTS, EUR 16457 EN, 1996.

Comisión Mundial sobre Medioambiente y Desarrollo (WCED), Our common future. Oxford University Press, 1987.

Notas

Para más información, contactar con R. Miège, DG XII. D.4 fax: 352 430134544, http://www.cordis.lu./innovation/scr/2bar_int.htm.

Agradecimientos

El autor agradece las críticas constructivas y los comentarios recibidos de otros mien¡mbros de la plantilla del IPTS, y de Alexander Grablowitz y Mathias Braun del VDI-Technologiezentrum de Alemania.

Contactos en el IPTS

James P. Gavigan, IPTS Tel. +34 5 44 88 319 fax. +34 5 44 88 326

correo electrónico: james.gavigan@jcr.es

Franois Farhi, Centrale Management International Paris Tel. +33 1 30 67 23 02 fax. +33 1 30 67 23 39 correo electrónico 101317.3414@CompuServe.com

Sobre los autores

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James P. Gavigan es BA(Mod) y PhD en Física Experimental por la Universidad de Dublín, Trinity College. Después de cinco años de trabajo como físico investigador en Francia, Irlanda, Italia y el Reino Unido se incorporó como científico a la CE en 1990, trabajando primero para la DGXII en la gestión de contratos y el diseño de acciones políticas específicas para PYMES, en I+D de tecnologías industriales y de materiales. En 1995 ingresó en el IPTS, donde coordina conjuntamente el programa de actividades sobre tecnología-empleo-competitividad. Su interés se centra actualmente en la previsión tecnológica, las prácticas organizativas de las empresas y los sistemas de innovación.

Franois Farhi es socio principal de la compañía consultora CM International especializada en gestión de la tecnología y de la innovación, estrategia y evaluación, ejecución y diseño de política pública. Ha dirigido muchos proyectos de la Comisión Europea cuyo objetivo es desarrollar, ejecutar y/o evaluar Programas de Desarrollo Regional y Políticas de Innovación en la U.E. También es consultor de procesos para las regiones de Aquisgrán y Neubrandeburgo (Alemania), Yorkshire y Humber (Reino Unido) en ese área. Asímismo, el señor Farhi ha dirigido varios proyectos para empresas, que incluyen la Planificación Económica de operaciones basadas en la Tecnología, la evaluación e incorporación de colaboradores tecnológicos y el establecimiento de sistemas de inteligencia competitivos.

Franois Farhi es también profesor (de gestión de la innovación y de la tecnología) en la Universidad de Paris-Dauphine, la principal Universidad de gestión francesa.

Cecilia Cabello - ver número 9

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