'La Nueva Crónica y el Buen Gobierno' en la Economía Digital.

CargoAnalista de Regulación en Telecomunicaciones, Telefónica del Perú S.A.A. Profesora de Legislación de las Comunicaciones. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas-UPC.

Hace unos días, intentando conseguir cierta información relevante sobre las tres últimas elecciones en el Perú, me abordaron unas interrogantes: ¿qué tipo de gobierno necesitarán los ciudadanos del siglo XXI?, ¿cómo deberá ser la gestión pública en los próximos decenios?, ¿cambiará la participación ciudadana?.

Indicar que Internet y las tecnologías afines están transformando la manera en que las personas vivimos, es casi una tautología: por estos tiempos, casi todo lo que hacemos en nuestra vida diaria, en nuestro trabajo –y en las estructuras de gobierno establecidas- está experimentando una transformación fundamental, o pronto la experimentará.

Y aunque muchas personas se sentirían más cómodas con un ritmo de cambio incremental y no supersónico, la realidad hoy en día es diferente. Las tecnologías de red, de las cuales Internet es la modalidad más visible para el público, están transformando radicalmente el mundo a medida que alcanzan una masa crítica en las sociedades de nuestro planeta.

Cada vez más, al implantarse el uso de redes, se modifica la manera en que vivimos, nos comunicamos y trabajamos. Los mismos cambios tecnológicos que están transformando las empresas y la sociedad civil en todo el mundo revolucionarán también el funcionamiento del gobierno, el carácter mismos de la función pública.

A su tiempo, la “revolución digital” recompondrá los dos vínculos –distintos pero relacionados- que unen a los pueblos y los gobiernos: uno, el que existe entre el gobierno y el ciudadano como cliente o consumidor de servicios públicos y el otro, el que une al gobierno y al ciudadano, este último como “propietario” o “accionista” en la comunidad.

La era digital exige reformular el carácter y el funcionamiento de la organización que llamamos gobierno, replanteamiento que a fin de cuentas se condensa en la relación ciudadano-gobierno y empresa-gobierno.

Comercio electrónico: Modelos emergentes

Para comprender por qué y cómo las instituciones de nuestro sistema de gobiernos se verán tan profundamente afectadas, cabe examinar primero el enorme impacto de la economía digital sobre el comercio y las empresas.

Lejos de ser sencillamente otra ronda de reorganización o la adopción de la última ola de teorías empresariales, las tecnologías de red están creando nuevos modelos que marcan la desaparición de la empresa tal como fue concebida en la era industrial, es decir, la estructura básica que durante décadas prestó servicios al mercado. En todo el planeta, las empresas comerciales se esfuerzan para no morir asfixiadas por el polvo en la carrera de los nuevos participantes y pierden razón de ser a medida que los proveedores y consumidores adoptan nuevos métodos para las relaciones comerciales.

Hace muchos años, exactamente en noviembre de 1937, el economista Ronald Coase se planteaba una pregunta sencilla pero a la vez profunda en un famoso artículo(1) : ¿por qué existen las empresas?. En un mundo racional, basado en la teoría clásica de la economía, ¿por qué los trabajadores, proveedores y clientes no despiertan cada mañana, consultan el mercado y llegan a un trato?. ¿Por qué tenemos que disponer de esas enormes infraestructuras e instalaciones que son las empresas o entidades comerciales, cuando en un mundo perfecto –al menos desde el punto de vista teórico- las leyes de la oferta y la demanda fijarían los precios y antes de que se enfriase el desayuno el mundo estaría funcionando como es debido?.

La respuesta de Coase era de sentido común. La economía es demasiado compleja y el costo (en tiempo y dinero) de negociar todos los tratos es demasiado alto para poder funcionar sin esa estructura semipermanente y muy organizada que llamamos empresa.

Avancemos rápidamente a nuestros días y veremos que se están derrumbando las barreras que impedían una relación mucho más fluida entre los proveedores, consumidores e incluso mano de obra (ahora de naturaleza mental...

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