La investigación comunicativa:entre el canon teórico y la dispersión metodológica
| Autor | Enric Saperas |
| Páginas | 19-57 |
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El cuarto episodio de la serie norteamericana Numbers se inicia con una acalorada discusión entre Charlie Eppes, el matemático protagonista de la teleserie, y su amigo el profesor Larry Fleinhardt. Ante un sorprendente titubeo de Eppes entre la razón y los sentimientos, Fleinhardt le recuerda, mientras le mira fijamente a los ojos, que la ciencia consiste en un asalto implacable a segmentos de la realidad mediante métodos consistentes y teorías coherentes que nos permiten un conocimiento objetivo que trasciende nuestros sentidos y nuestra experiencia inmediata. El objetivo de este documento consiste en observar cómo llevamos a cabo el asalto implacable a segmentos de la realidad en la investigación comunicativa. En nuestra opinión este reto es de gran interés en el momento actual de la investigación comunicativa. Investigar los medios de comunicación, el proceso comunicativo, su influencia e impacto sociales y el uso y comportamiento de los ciudadanos en su proceso de recepción de los media continúa siendo un objeto de estudio de importancia objetiva en el conjunto de las ciencias sociales (muy especialmente en la sociología, la psicología social y la ciencia política)
El desarrollo de la investigación comunicativa ha sufrido importantes mutaciones en los últimos veinte años como consecuencia de las transfor-
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maciones en el sistema comunicativo, en la estructura de la comunicación mediática, en los usos y los comportamientos de sus receptores y, por último, como consecuencia de la mundialización (quizá sería más oportuno hacer referencia al concepto de globalización) de los flujos de contenidos y la universalización de los formatos audiovisuales y digitales. Este proceso de adaptación de las teorías y los métodos al cambio de las estructuras y de los sistemas de acción no es un proceso exclusivo de la investigación comunicativa. Por el contrario, este proceso es común a la totalidad de las teorías sociales. En todas las ciencias sociales se observan nuevas realidades o realidades transformadas y, todavía más importante, los grandes problemas de siempre se han vuelto a plantear pero mediante nuevas respuestas generadas por el cambio y la mutación del sistema comunicativo.
La investigación comunicativa no es más que un apéndice, aunque para nosotros dotado de centralidad en el sistema social, de las ciencias sociales que la han cincelado epistemológicamente a lo largo de su ya extenso proceso de existencia.Todos sabemos que nos encontramos en un periodo histórico cuyo perfil está formado por los límites y el alcance de los procesos de transformación de la modernidad y por el advenimiento de una sociedad distinta a la surgida tras la Segunda Guerra Mundial. Evidentemente un cambio de la realidad social de esta envergadura capaz de afectar con igual intensidad a la totalidad del sistema social provoca un inevitable proceso de revisión de las teorías sociales y de las formas del conocimiento científico de la realidad social. En los procesos de choque y de adaptación entre las teorías sociales y una realidad social transformada parece que, como ya sucedió en otros momentos de crisis y de cambio acelerado (de forma especialmente intensa en el periodo anterior a la Gran Guerra y en la décadas de los años treinta sesenta) siempre se han planteado tres posibles soluciones: una tendencia hacia la dispersión y la balcanización, la formulación de teorías sobre los elementos emergentes y la relectura de los clásicos como mecanismo para reformular los marcos teóricos
En primer lugar, como podemos observar en la sociología o la ciencia política actuales, y de forma muy intensa en la investigación comunicativa, se ha generado un proceso de dispersión y de balcanización metodológica que tiene como primera consecuencia crear conocimiento mediante la observación de objetos sociales de forma descontextualizada y con una fuerte vocación de observar nuevas realidades. En esta primera opción se suele tender a un desinterés por la fundamentación teórica. Esta fundamentación hasta nuestros días había constituido el único marco común de los científicos sociales permitiendo
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agruparnos y actuar como investigadores mediante marcos teóricos de referencia. Estos marcos, por otra parte, son la única garantía para el desarrollo de lo más la característica más esencial de las ciencias sociales: el pluralismo cognitivo y metodológico. Por el contrario la dispersión se refugia en una afirmación de la especialización, al tiempo que no renuncia a los vaivenes de las modas universitarias y sociales. En la sociología actual proliferan las sociologías asociadas a hechos sociales específicos que adquieren un rango prácticamente autónomo: las sociologías especializadas en el género, la raza, la violencia, lo urbano, el deporte, el consumo, lo juvenil, la identidad colectiva, el conflicto, el riesgo medioambiental, y un largo etcétera. En la ciencia política la dispersión se produce mediante una especialización descontextualizadora referida al proceso electoral, al comportamiento de subgrupos sociales, la digitalización y las redes sociales, las nuevas formas de ciudadanía, los spins doctors, etc. En nuestros ámbitos quizá lo digital, los nuevos formatos audiovisuales y la globalización sean los máximos exponentes de la tendencia hacia la dispersión. Aunque en algunos casos la dispersión en las ciencias sociales de referencia nos aporta nuevas propuestas de indudable interés para el planteamiento de nuevas modalidades de observación, también es cierto que de forma muy intensa incurren en lo que Robert K. Merton denominó como síndrome anatópico o síndrome palimpséstico (Merton, 1990:15): repetir como novedoso o como referido a un objeto social particular (o nuevo) aquello que otros investigadores ya observaron y describieron con anterioridad y sistematizaron en marcos teóricos que ahora algunos se empeñan en desconocer.
En segundo lugar, las ciencias sociales han impulsado, como respuesta al cambio histórico, la creación de nuevas teorías en torno a procesos sociales emergentes que definen la sociedad actual y su proceso de tránsito. Se trata de un proceso de innovación teórica que da origen a la formulación de nuevos sistemas teóricos o a la creación de teorías generales surgidas de la observación atenta y sistemática de alguno de los elementos emergentes que definen un determinado periodo histórico. En los últimos quince años, y como consecuencia del acelerado e imprevisto proceso de transformación, esta segunda opción ha sido claramente dominante: la sociedad del riesgo de Beck, la modernidad líquida de Baumann, la sociedad red de Castells y, en menor medida, la modernidad transformada de Thompson son los mejores exponentes de esta segunda modalidad de desarrollo de las ciencias sociales (Beck, 1998; Baumann, 2003; Thopmson, 1998; Castells, 2006). En este caso se produce un rearme teórico provisional en ámbitos emergentes que con el
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paso del tiempo deberán de contrastarse de nuevo y, en caso de confirmación, insertarse en los marcos teóricos que configuran una ciencia social.
La tercera forma de producir conocimiento consiste en un recurso que dio grandes resultados en periodos de construcción de las disciplinas (década de los treinta) y en sus periodos de profunda revisión (años setenta). Se trata de responder a los tiempos de cambio con una mirada hacia el pasado y una relectura de los autores clásicos y de sus programas teóricos. Talcott Parsons (1968) Alvin Gouldner (2000) y Jürgen Habermas (1982) quizá constituyen los máximos exponentes de esta tercera opción. Una nueva lectura de los padres fundadores será motivo de reencontrarnos en el único factor que nos identifica como comunidad científica: los marcos teóricos.
La investigación comunicativa no ha sido ajena a los procesos de reformulación y de nueva...
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