El sujeto del Derecho: El sexo

AutorJosé María Mengual
CargoNotario
Páginas187-191

El sujeto del Derecho: El sexo 1

Page 187

(Continuación.)

El Cristianismo, rompiendo las cadenas del antiguo absolutismo, más que con preceptos coactivos, con estímulos de carácter moral, dignificó al matrimonio, y con él a la mujer, aunque insignes partidarias del (feminismo tengan sus ojos, picarescos y sugestivos, cerrados a la realidad incontrovertible y consoladora de la historia.2

Una serie de preceptos morales dedicados al hombre, enseñan que de la mujer se desterró para siempre aquella concepción en que la sumieron los pueblos paganos 3.

És verdad que textos de los Santos Padres 4 y cierta doctrina de la Iglesia Católica anatematizaron a la mujer ; pero estos anatemas, aparte que son una consecuencia del criterio que sustentaban,Page 188 según el cual, el matrimonio reconocía como origen el pecado original, revisten, en nuestro sentir, ciertas amenazas contra posibles extravíos feministas debidos al temperamento y al exceso de sensibilidad de la mujer 5.

Nada, pues, significan estos preceptos y doctrinas contra la emancipación y dignificación de la mujer por el Cristianismo y contra la cristalización de los principios esenciales del mismo en los preceptos de las legislaciones positivas. Estudiemos a la mujer ante aquellos principios y veremos, en efecto, si su nueva situación social tomó carta de naturaleza en los preceptos del derecho legislado.

Un escritor verdaderamente ilustre, Augusto Nicolás, hablando de la influencia del Cristianismo en la consideración social de la mujer, escribe : «El Cristianismo ha creado la Mujer, la Virgen, la Esposa, la Madre, la Señora» 6. Y preguntamos ahora nosotros : ¿será verdad esta tesis, lan brillantemente sostenida por aquel insigne escritor francés?

Observemos que, como dice Mr. De Maistre, «rodas las antiguas legislaciones desprecian a las mujeres, las humillan y las maltratan, más o menos» 7. Tengamos en cuenta que, como afirma Troplong 8, «las religiones primitivas y las constituciones políticas de todas las naciones antiguas, colocaron a las mujeres en un estado deplorable de inferioridad». Así lo han entendido también estimables escritores de la escuela católica, como Chateaubriand 9, Balmes 10 y Labouleye 11.Page 189

Pero llega el Cristianismo y la mujer se dignifica. El ya citado Augusto Nicolás escribe a este fin estos hermosos versos a propósito del realzamiento de la mujer cristiana :

Compagnes d'un époux, et reines en tous lieux libres sans deshoneur, fideles sans contrainte. Et ne devant jamáis leur vertus a la crainte.

Es decir : «Son compañeras de un esposo y reinas en todas partes; libres sin deshonor y fieles sin opresión; nunca deben al temor sus virtudes».

No andan, aun los mismos escritores de la escuela católica, de acuerdo acerca de si fue el Cristianismo la expresión de las tendencias y de las necesidades contemporáneas y el generalizadorigualmentede la idea de la redención de la mujer, o si, por el contrario, fue el creador de las reivindicaciones del sexo...

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