Seguridad informática.

AutorJosé M. Sierra.
CargoProfesor Titular Grupo de Seguridad de la Información y las Comunicaciones en la Universidad Carlos III de Madrid.
Páginas79-82

AES:

EL NUEVO ESTÁNDAR ESTADOUNIDENSE DE CIFRADO

El 12 de septiembre del año 1997 el NIST estadounidense (National Institute for Standards and Technologies) comenzó a recoger las propuestas de algoritmos criptográficos de cifrado candidatos a suceder al ya anticuado DES (Data Encryption Standard). Este último algoritmo ha sido el estándar federal estadounidense de cifrado1 durante más de veinte años y, sobre todo durante la última década, ha sido sometido a numerosas críticas por parte de muchos criptógrafos, que entendían que su nivel de seguridad no se correspondía con los últimos avances criptográficos y criptoanalíticos.

El DES fue elegido estándar federal en enero del año 1977 tras un proceso de selección en el que exclusivamente pudieron participar algoritmos de cifrado norteamericanos. El algoritmo seleccionado en aquella ocasión fue LUCIFER (diseñado por IBM), al que, a instancias del NIST (en aquellos años NBS -National Bureau of Standards-) hubo que realizar ciertas modificaciones antes de convertirse, primero en el DEA (Data Encryption Algorithm), y posteriormente en el DES.

Debido a diversas causas, principalmente la escasa longitud de su clave –56 bits-, el nivel de seguridad del DES es claramente insuficiente. Por esta razón, tras su última renovación como estándar federal en 1993, se decidió que sería sustituido a partir de 1998 por el denominado AES (Advanced Encryption Standard). Así, el complicado proceso de sucesión, que como se dijo comenzó en 1997, finalizó el 2 de octubre de 2000 seleccionando al algoritmo belga denominado RIJNDAEL (pronunciado en inglés Raindoll) como el futuro AES y sucesor del desgastado DES.

El proceso de elección del nuevo estándar AES ha sido singular por diversas razones. Primero, porque era la primera vez en la que los algoritmos candidatos podían haber sido elaborados en cualquier país del mundo y, segundo, porque las especificaciones detalladas de todos los algoritmos presentados fueron publicadas abiertamente. Este último hecho, aunque establecido por Kerckhoffs2 en el siglo XIX, no había sido practicado en anteriores procesos de selección, e implica que la seguridad de un algoritmo debe basarse, exclusivamente, en el conocimiento de la clave y no en el mantenimiento secreto del algoritmo de cifrado utilizado.

Durante los dos años de competición para elegir al AES se han evaluado un total de quince algoritmos. Todos ellos cumplían las especificaciones obligatorias impuestas por el NIST: eran...

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