Las primeras regulaciones del ferrocarril en España (de mediados del siglo XIX a principios del siglo XX): Protagonismo de la iniciativa privada y progresiva intervención pública

AutorRoberto O. Bustillo Bolado
Cargo del AutorProfesor Titular de Derecho Administrativo, Campus Universitario de Ourense (Universidad de Vigo)
Páginas53-67
IV. LAS PRIMERAS REGULACIONES DEL FERROCARRIL EN
ESPAÑA (DE MEDIADOS DEL SIGLO XIX A PRINCIPIOS
DEL SIGLO XX): PROTAGONISMO DE LA INICIATIVA
PRIVADA Y PROGRESIVA INTERVENCIÓN PÚBLICA
1. La Real Orden de 31 de diciembre de 1844
A) PESE AL FRACASO DE LA NORMA, ARRANCA TÍMIDAMENTE EN LA
PENÍNSULA LA CONSTRUCCIÓN DE LÍNEAS DE FERROCARRIL A VAPOR:
BARCELONA-MATARÓ (1848)
Concluíamos el apartado anterior viendo cómo a comienzos de la
década de los años cuarenta del siglo XIX, mientras otros países euro-
peos sumaban veinte mil kilómetros de líneas de ferrocarril, en España
(exceptuando la isla de Cuba) no había ni un solo kilómetro construido.
El Gobierno español es consciente de la necesidad de desarrollar el
ferrocarril en suelo peninsular, de la escasa capacidad de la iniciativa
privada local por sí misma, de la limitada posibilidad de inversiones
públicas ante lo exangües presupuestos del Estado resultado —entre
otros causas— de la primera guerra carlista (1833-1840), y, por tanto,
de la conveniencia de promover la construcción y puesta en servicio de
tales nuevas infraestructuras con un marco regulador que aporte in-
centivos y seguridad jurídica.
El panorama europeo de la época ofrecía varios modelos diferentes.
Explica el «Informe Subercase»1 en 1844 que en Bélgica los ferrocarri-
les los construía el Gobierno; en Francia, el protagonismo se repartía
entre la Administración Pública y las empresas privadas2; y en la pio-
1 Reproducido en el apéndice documental IV.1.
2 Agustín MONTERDE explica de qué formas la Administración francesa incen-
tivaba y apoyaba a la iniciativa empresarial privada en la construcción de ferrocarriles:
«en Francia, los medios de protección han sido muy poderosos y variados; el gobierno,
los departamentos, y aun las poblaciones, han subvencionado con dinero á las com-
pañias, las han hecho préstamos reembolsables á largos plazos ó por anualidades, han
garantizado también un interés mínimo a los capitales comprometidos y, por último
han comprado los terrenos, ejecutado el movimiento de tierras ó las obras de fábrica,

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