Proceso administrativo para la protección de los derechos fundamentales, de E. González Salinas.

AutorJosé María Chico y Ortiz
Páginas1285-1286

    GONZÁLEZ SALINAS, E.: Proceso administrativo para la protección de los derechos fundamentales, Edit. Cívitas, 1989.

Page 1285

Acabo de tener una nieta, y este hecho, que humanamente lo recibo con júbilo, me produce, sin embargo, la sensación de esos anuncios que antiguamente se utilizaban en los librillos de papel de fumar: quedan cinco hojas y que hoy contienen los avisos de los depósitos de gasolina en los coches o en los talonarios de cheques. Es la luz roja que se enciende y que anuncia algo que uno no desea o, por lo menos, no quiere saber. Pero la nieta, en este caso, tiene otro significado: una y otra familia, la del padre y la de la madre, quieren sacarle parecidos y semejanzas y la verdad es que, sin parecerse a nadie provisionalmente, la discusión se concilla cediendo zonas para una parte y otras para la otra: la barbilla, la boca y las orejas para unos; los ojos, la frente, el pelo y la sonrisa para otros. Pero en el caso presente la autora de este libro -no físicamente, porque no la conozco- es igual que su padre: utiliza la misma técnica expositiva, se somete al rigor de los esquemas, y explica el contenido de su monografía con el método claro y sencillo que su padre ha manejado en todos sus múltiples trabajos. Quien a los suyos se parece, honra merece.

La verdad es que -aparte la gran amistad y el compañerismo que tengo con el padre de la autora- a ésta no la conozco más que de nombre y poco más de lo dicho puedo aportar aquí. Es Abogada del Ilustre Colegio de Madrid y de su estudio se deduce el dominio de la materia que toca y que para mi concepción privatística del Derecho resulta novedoso, aleccionador e instructivo. Los que al escribir idealizamos -aunque en la labor cotidiana descendemos al caso concreto- nos nutrimos de principios y de ideales y nos parece casi insólito que un «derecho fundamental» sea conculcado y tenga un procedimiento adecuado para su reconocimiento. Hay en esta concepción un transporte a un paraíso ideal donde los derechos -y en todo caso los fundamentales- se respetan sin necesidad de tener que acudir al procedimiento o al proceso que los protege. Claro que uno piensa en culturas superiores donde el derecho individual se empequeñece por el respeto que implica el que a los demás corresponde y en nuestro país -por ahora y durante muchos años- la incultura agranda el derecho individual por desconocer el que a los demás les puede corresponder.

No creo que haga falta especificar que el estudio...

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