Modelo de inteligencia centrado en el objetivo

AutorJosé Martín Juárez - Andrés Montero Gómez
Páginas95-106

Page 95

1. Introducción

Actualmente, la práctica de la inteligencia se enfrenta a numerosos problemas. Aunque no sea el principal, el más infraestructural desde luego es el reto de manejar una sobreabundancia de información con unas limitadasPage 96capacidades de análisis (Navarro y Esteban, 2007). Estas limitaciones no son únicamente cuantitativas sino que ligadas a ellas de manera más relevante figuran, como ya han advertido tanto desde la arena de responsabilidad política como desde el ámbito académico de la inteligencia (Davis, 2002; Jenkins, 2004; Montero, 2007), los obstáculos metodológicos y culturales que, por un lado, están convirtiendo al análisis y producción de inteligencia en un mecanismo obsoleto con respecto a las nuevas amenazas pero por otro, y precisamente por ello, están provocando una verdadera conciencia de revolución en los asuntos de inteligencia, en general, y del análisis, en particular. La denominada Comisión Rumsfeld, que cerró sus trabajos en julio de 1998 con el mandato de estudiar el riesgo de amenaza de misiles balísticos sobre los EEUU, recomendaba mejorar las capacidades de análisis de inteligencia haciéndolas más centrales con respecto a las amenazas. Esta sugerencia, por supuesto, no tiene que competir en su eventual implementación únicamente con las debilidades estructurales de los actuales procesos de análisis de información, sino que conlleva implícita la necesidad de re-enfocar nuestra aproximación en el análisis de las amenazas complejas.

El tradicional ciclo de inteligencia ha dominado y domina la disciplina desde hace medio siglo. Ha funcionado bien y continúa haciéndolo en la medida que nos enfrentamos a comportamientos lineales de los fenómenos analizados. Procedimentalmente, el ciclo de inteligencia significa que cualquiera de los objetos informativos bajo observación los introducimos en un protocolo de procesamiento, que comienza con la evaluación, continúa con el análisis más o menos estructurado y finaliza con la interpretación. A veces no nos percatamos de que la rutina del análisis, por su propia estructuración, nos lleva a enfoques arriba-abajo, cuando lo que nos están demandando las amenazas complejas es que nos centremos concretamente en ellas, nos empapemos de su peculiar fisonomía y adaptemos nuestros modelos de análisis más a los estudios idiográficos de caso que a los enfoques nomotéticos. El modelo de inteligencia centrado en el objetivo (TCIM) de Robert Clark (1996, 2006) busca, precisamente, introducir una aproximación bottom-up idiográfica para, a partir de ella, desarrollar esquemas de inteligencia puntuales, altamente efectivos, transitorios en cuanto a su dependencia de la vida de la amenaza, y enfocados específicamente a una acción de respuesta concreta ante esa amenaza (monitorizar, manipular, desmantelar, destruir o cualquiera otra). No es sólo que su enfoque sea más adecuado al tratamiento dePage 97amenazas cambiantes, flexibles y dinámicas, o que su filosofía adopte sin ambages el concepto de inteligencia accionable (actionable intelligence concept), sino que ni siquiera prescinde del ciclo de inteligencia tradicional, pues lo integra en un esquema de trabajo que lo ponga al servicio de la definición y personalidad de un objetivo concreto. Aunque surgido, como es habitual en el ámbito de inteligencia, de los esfuerzos para contener amenazas a la seguridad pública, el modelo de Clark, trasciende su aplicabilidad al ámbito exclusivo de la seguridad y la defensa y se adentra, en inteligencia empresarial, de negocio o competitiva, en la evaluación y análisis de amenazas corporativas o de acciones de competencia en ecosistemas de negocio.

2. Filosofía de la inteligencia centrada en objetivos

Desde el punto de vista procedimental, el enfoque TCI de Clark (2006) propone como objetivo superar las contradicciones planteadas por Sherman Kent alrededor del ciclo de Inteligencia tradicional (Martín Juárez, 2006). Estas contradicciones se centran en que la inteligencia entendida como un ciclo establece una forma tradicional de resolución de problemas, que consiste básicamente en razonar, y por consiguiente en operar, desde la pregunta (problema) hacia la respuesta (la solución). El flujo de procesamiento que establece es por tanto lineal y resoluble en términos finalistas, preceptos que no se corresponden con los procesos cognitivos que conforman en el razonamiento humano ni por supuesto y por añadidura con una visión «verdadera» de la realidad en términos de la sistemática de Zubiri, que desde luego es no lineal y no resoluble. Precisamente, tras el intento de...

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