Miquel Calatayud, J. A.: Estudios sobre extranjería. Librería Bosch, 1987

AutorJosé María Chico y Ortiz
Páginas619-620

Page 619

    MIQUEL CALATAYUD, J. A.: Estudios sobre extranjería. Librería Bosch, 1987.

Hay tres o cuatro razones para traer esta obra a recensión. La primera, es que se trata de una obra importante, seria y que supone una aportación decisiva a la hora de estudiar en todas sus dimensiones la figura del extranjpero. La segunda, es que es una obra de actualidad que recoge y estudia los tres puntos legislativos más recientes: la Ley de Extranjería y la Ley y Reglamento de Inversiones Extranjeras. La tercera, es que el autor es un Registrador de la Propiedad, compañero, amigo y colaborador de esta Revista a quien prometí en su día ofrecer a los lectores mi punto de vista. La cuarta, es que he vivido las sucesivas etapas de la confección del libro, desde que empezó a crecer hasta que ha alcanzado no la mayoría de edad, sino la madurez, tratándose de una obra nueva, hecha paulatinamente con materiales propios y leyes nuevas.

He apuntado cómo a Miquel Calatayud (cuidado, que es Miquel y no Miguel) le había prometido -que no jurado- hacer la recensión de este libro que no supuse iba a alcanzar la temeraria paginación que se acerca al millar y ahora, al ver su tamaño, pensé que si se lo hubiera jurado difícilmente hubiera encontrado una razón para no hacerlo. Con la «promesa» me ha entrado pereza, pero la he superado, pues en verdad ha sido siempre mi guía la idea de que antes de prometer debe uno pensarlo, pero después de haber prometido hay que cumplir siempre. Los juristas eso lo llevamos a rajatabla en recuerdo de las viejas instituciones que perfilaron la forma de obligarse en España. Más solemne es el juramento y que quizá obligue más, sobre todo si es decisorio o vincula a decir la verdad en estrados, pero hoy parece que al «juramento» se le concede un parentesco con lo religioso y litúrgico, tratándose de arrinconarlo. Aunque esto, como lo de la mano derecha, la izquierda, el puño izquierdo o derecho, no pasan de ser símbolos a los que los pueblos primitivos seguimos apegados .

Dejemos los símbolos y vayamos al libro y a su autor. El autor es «de fondo», no de superficie. Lo digo con la doble intención de la frase, pues cuando entré en su despacho, lleno de libros, vi infinidad de trofeos ganados por este hombre en «ratos libres», practicando el atletismo. Con la misma energía, con el mismo impulso, con las mismas horas de entrenamiento, se ha decidado a escribir este libro y ha conseguido, empleándose a fondo, una gran obra merecedora de...

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