¿matar inocentes para salvar a otros? El caso del avión-bomba

AutorLuis Efrén Ríos Vega
CargoBecario del MAEC-AECID. Universidad Autónoma de Coahuila
Páginas187-225

Este artículo surge del planteamiento del profesor Ernesto Garzón Valdés discutido dentro del seminario "La relevancia moral de la dignidad humana", IDHBC-UC3M, noviembre de 2005, Madrid.

Page 188

En este trabajo planteo el debate del avión-bomba: matar intencionalmente a inocentes para proteger vidas humanas. Me interesa analizar la cuestión moral de preservar vidas humanas, sacrificando otras, tema que puede sonar a un "acto caprichoso, con ínfulas divinas, horrendo y aterrador"1, pero que forma parte de las "condiciones no ideales de nuestro mundo, con sus grandes injusticias y males sociales"2. Pretendo explicitar las razones que se podrían discutir, en el marco de un «estado de necesidad»3, para aceptar o no la decisión de matar a inocentes bajo la «relevancia moral de la dignidad humana»4, una de las constantes amenazas en la civilización moderna.

Dicho de otra manera: la lectura moral5del principio de la dignidad humana, obliga a reflexionar cuál es la mejor concepción del «ideal de igual trato»6 en casos de «emergencia suprema» que plantean el dilema de elegir a la persona a rescatar cuando sólo se puede salvar a una7. Es decir, la cuestión kantiana reside en encontrar el mejor criterio moral para el trato de la persona

Page 189

como fin en sí mismo: ¿instrumentar a uno para salvar a otro?, o bien, ¿dejar de instrumentar al inocente para no evitar la muerte de los demás?

El tema se enmarca en el atentado del 11-S. Los terroristas toman el control de un avión para impactarlo a un objetivo determinado. La finalidad es causar el mayor daño posible. El resultado querido es la muerte de todos: «terrorismo indiscriminado»8. El problema, por tanto, reside en si es aceptable derribar el avión para evitar la muerte de los más salvables. O bien, si puede tener explicación moral el ensuciarse las manos con la muerte deliberada de inocentes con el objeto de salvar la vida de otros.

Dividiré el artículo en tres partes. En la primera contextualizaré el problema como parte de la polémica libertad-seguridad (I-II), la cual tiene respuestas en Caifás o Pilatos a la hora en que se tiene que optar por la vida de uno o de todos (III), de tal manera que el dilema se examinará bajo el test kantiano de la dignidad humana (IV). En la segunda parte, describiré las diferentes razones (a favor y en contra) que pueden formularse en el debate Caifás-Pilatos, según la posición en que se encuentre el sujeto que tenga que tomar la decisión (V). Finalmente, presentaré una línea argumentativa a partir del «principio de salvación»: la «tesis de salvar lo más salvable» que implica excusar la acción de matar inocentes por exigibilidad de salvamento a favor de las personas que tengan una mayor oportunidad de sobrevivir (VI).

1. De la «Venus Kantiana» al «Marte Hobbessiano»

Después del 11-S asistimos a un giro importante en el debate de la filosofía política y del derecho9. Hemos pasado de la «Venus kantiana» que apuesta por la «paz perpetua» y rechaza las guerras humanitarias y preventivas en el marco del «pacifismo jurídico»10, a la reflexión del paradigma del

Page 190

Marte hobbessiano

que defiende la guerra preventiva con base en los poderes ilimitados de la Casa Blanca11.

El atentado a las Torres Gemelas y al Pentágono constituye un parte aguas para las democracias actuales. Se intensificó, en efecto, la discusión de cómo combatir el terrorismo: ¿si con terror, asesinatos y torturas12; o bien, reflexionando el paradigma de una constitución de excepción que autorice al gobierno a tomar medidas extraordinarias para evitar los atentados terroristas, pero que, al mismo tiempo, prohíba aquellas de naturaleza permanente que socaven las libertades fundamentales13. Las posturas son extremistas: todo por la seguridad, todo por los derechos. Pero en esta etapa de miedo e inseguridad, sea cual fuere el modelo a adoptar, siempre será pertinente discutir la moralidad de las decisiones tomadas a partir del test de la dignidad humana.

Es un tema actual. De manera reciente en el caso Liberty City Seven, la fiscal Jacqueline Arango acusó a siete personas de querer atacar la torre Sears de Chicago y el edificio del FBI en Miami, supuestamente bajo un plan (avión-bomba) que se pretendía ejecutar como el 11-S14. Por otro lado, la propuesta de algunos gobiernos es la licitud de derribar a los aviones en tales casos. En Alemania, Brasil, Grecia y Gran Bretaña, se han discutido leyes que autoricen a los ministros de defensas derribar aviones; en Italia, por el contrario, el debate surge por un acuerdo secreto que permitiría que una autoridad nacional pudiese derribar el avión15, a

partir de una directiva de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN)16.

Page 191

En el caso alemán, por ejemplo, se aprobó por el Parlamento una ley que permitía derribar los aviones. Sin embargo, el 15 de febrero de 2006 el Tribunal Constitucional Alemán (TCA) declaró inválida dicha norma por afectar el principio de la dignidad humana17. El argumento: se convierte a los inocentes en meros instrumentos de una acción estatal de salvamento (STCA: 1 BvR 357/05). En el actual Gobierno de Angela Merkel, Wolfgang Schäuble y Franz Josef Jung, ministros de Interior y de Defensa, respectivamente, han abierto de nuevo la polémica. Han propuesto cambiar la Ley Fundamental de Alemania para autorizar el derribo de aviones secuestrados por terroristas, lo cual ha generado la crítica de los partidos de oposición; incluso, gene-ró la discusión de los pilotos del ejército alemán que manifestaron que no acatarían esa orden por tratarse de un requerimiento inconstitucional. Pero lo cierto es que, con o sin norma constitucional, el dilema siempre existirá y se podrá, por tanto, materializar en un hecho real. Si hoy pasara en Alemania el avión-bomba, los ministros del Interior y de Defensa tendrían que optar por dos cosas: contemplar el avión que va directo a un blanco de inocentes sin poder hacer nada, o bien, realizar el hecho ilícito (derribar el avión) para luego alegar una causa de exclusión del delito (estado de necesidad, inexigibilidad de conducta diversa, cumplimiento del deber, etc.). Los pilotos militares, por su parte, tendrían sus dilemas: acatar o no una orden inconstitucional, apelar a la objeción de su conciencia, negarse a cumplir con esa orden (in)moral. Se trata pues de una encerrona moral que nos regresa al problema original: ¿Pilatos se lavará las manos con la constitución? O ¿Caifás se ensuciará sus manos con su conciencia?

Este tipo de normas que permitirían matar a inocentes nos lleva a discutir el principio de la inviolabilidad de la dignidad humana: la regla es que la vida de inocentes es absolutamente innegociable, absoluta y sagrada18, no

Page 192

obstante aquí podría resultar afectada para tratar de salvar a otros. Estas reglas contra el terrorismo, ciertamente, permiten la matanza útil, deliberada y masiva de ciudadanos inocentes por parte del Estado, con la finalidad de ahorrar a muchos otros inocentes de un peligro mortal19. Pues si el avión es secuestrado por terroristas para atentar contra la vida de otros seres humanos, el Derecho autorizaría derribarlo dado que sería el único medio para evitar ese peligro actual e inminente. El problema es claro: ¿el gobierno puede matar lícitamente a inocentes para salvar a otros? Moralmente, ¿qué se debe hacer?: ¿derribar o no el avión?, ¿lavarse las manos?, ¿elegir el mal menor para salvar al mayor número de víctimas?, ¿dar a cada quien la misma posibilidad de salvarse? En fin, ¿cuál es la solución moral más correcta, si la hay, a partir de la concepción de la dignidad humana?

2. Una polémica de hoy, una dicotomía clásica

No es un debate de unos cuantos desde la filosofía20. Es un tema permanente en la opinión pública: el costo que tiene que pagar la libertad para mantener la seguridad nacional en una situación excepcional. La postura mayoritaria radica en que hay que hacer cualquier cosa que sea necesaria para acabar con la maldad. Pero ¿todo se puede justificar? La respuesta de George W. Bush ha sido la «guerra preventiva sin límites», la cual escenifica Jack Bauer en la serie 24, el agente antiterrorista que tortura y mata para salvar a todos, cuyos dilemas morales se intensifican en la medida en que se le exige salvar a más personas: de matar a los "malos" pasa también a matar a los "buenos" (amigos y familiares) para salvar a la humanidad; incluso, debiendo sacrificar a los "buenos" para salvar a los "malos", los cuales paradójicamente necesita para salvar a todos. Es el problema de la bomba de relojería (ticking bomb scenario) que explica la idea de Elshtain y Posner en el

Page 193

sentido de que lo que más importa, en términos morales, es salvar la vida de muchos, en lugar de no maltratar la dignidad de un solo individuo21, todo lo cual ha construido una teoría de la tortura basada en poderes ilimitados22.

Ahora bien. ¿Es válido que el Derecho establezca permisiones o deberes de matar inocentes para salvar a otros? La dogmática penal señala que si hay un deber jurídico, cuya única forma de cumplirlo es causando el único resultado posible para evitar la muerte de otros, es una alternativa de solución a través de la «ponderación de deberes en colisión»: privilegiar el deber de actuar que se impone a otro23, con lo cual es lícito matar a los «menos para salvar a los más»24. El problema es deliberar en clave filosófica la solución correcta, no sólo aplicar o desaplicar una regla dogmática, para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR