De las luciérnagas a la sublevación: Didi-Huberman sobre la antropología política pasoliniana de la rabia

AutorJosé Antonio González Alcantud
Páginas133-145
246
De las luciérnagas a la sublevación: Didi-Huberman
sobre la antropología política
pasoliniana
de la rabia
JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ALCANTUD
UNIVERSIDAD DE GRANADA
0. Historias de luciérnagas
El tema arriba propuesto exige lucidez, es decir que exige cierta atmósfera de
confesión amén de complicidad. Así pues, en ese clima cómplice diré que yo tam-
bién había olvidado, a fuerza de vivir bajo los reflectores del poder, la existencia
previa, en mi niñez y adolescencia, de las luciérnagas. No recordaba que en los
veranos de infancia los niños íbamos a mirar de vez en cuando en las noches
oscuras las escasas luciérnagas visibles, alguna especie de las dos mil que dicen
que existen. No sabíamos nada de ellas, éramos niños, y los padres cambiaban sus
confidencias entre susurros y miedos larvados amparados en la oscuridad. Las
orejas del régimen franquista acechaban en las tinieblas. Eran los sesenta y nues-
tro terreno de juego estaba sobre esos campos llenos de pinos donde habían sido
sacrificados cientos de republicanos españoles treinta años antes, entre ellos Fe-
derico García Lorca. Mi esposa, Nardi, que vivió su infancia en Fuente Vaqueros,
el pueblo de García Lorca, en la vega granadina, recuerda igualmente aquellas
luciérnagas estivales asociadas a la noche campesina. Mis hijos no han visto ni
una sola luciérnaga. No lo había notado a fuerza de vivir bajo la noche iluminada.
También había olvidado la rabia, ese sentimiento elemental, humano, que a
fuerza de domesticarlo nos ha vuelto dóciles y educados. La rabia, casi lo había
olvidado también, nos condujo en aquellos mismos años, cuando salíamos de la
adolescencia, a militar en la izquierda revolucionaria. Recuerdo el horror de la co-
lonia de veraneantes, asentados sin mucho conocimiento sobre la ruina republi-
cana, cuando aquella pandilla proustiana fue detenida por la policía política del
franquismo en septiembre de 1975.1 Las madres ululaban su dolor; los padres
intentaban rescatarnos de un régimen, bajo el cual, como en el fascismo italiano
invocado por Pier Paolo Pasolini, habíamos entrevisto aún luciérnagas. Pasamos
repentinamente de cándidos adolescentes soñadores en mundos mejores a hom-
bres por un golpe de la policía política, justo en el mismo año en que Pasolini
daba a la luz en Italia su célebre ensayo sobre las luciérnagas. En las noches estiva-
les cuando aquella pandilla de insurrectos salía a pasear y hacerse confidencias,
yo me preguntaba absorto en voz alta: ¿por qué Carlos Marx no quiso mirar las
estrellas? La pregunta me llenaba. Los reflectores de la transición política españo-
RA_246_DIDI_HUBERMAN.pmd 12/04/2017, 11:01133

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR