La localización de la inseguridad ciudadana

AutorJaume Curbet
Páginas39-67

Page 39

Ver nota 2

Paradójicamente, las ciudades, construidas inicialmente para proporcionar seguridad a todos sus habitantes, están hoy día asociadas más frecuentemente con el peligro que con la seguridad.

Zygmunt Bauman

Mientras que en la posguerra la delincuencia era un fenómeno marginal, en la actualidad se ha convertido en un dato central de nuestras sociedades. Los riesgos de victimización por delitos de todo tipo ya no son los efectos de la modernización sino que forman parte de los procesos básicos de nuestra sociedad. Los diferentes tipos de delincuencia causados por los efectos negativos del proceso de globalización refuerzan, a su vez, estos efectos negativos y generadores de inseguridad.

En realidad, es a mediados de la década de 1970 que la inseguridad asociada a la delincuencia emerge como problema social y político significativo. Desde entonces no ha dejado de ser una de las cuestiones sociales más preocupantes: la seguridad de las personas y de sus bienes, como señala Robert, se ha elevado al nivel de los problemas sociales sobre los que se discute sin saber muy bien cómo resolverlos, de manera que su exacerbación se convierte en capital político para quien sepa manipularla.

Sin embargo, la prisa por prescribir antes de diagnosticar ha producido graves dificultades para que surgieran los medios necesarios para su análisis sistemático. De resultas, el debate público se ha visto saturado por un estrépito de prescripciones normativas contradictorias sin que nadie se preocupara de conceder demasiado espacio al análisis.

Conviene insistir pues, aún a riesgo de incurrir en obviedad, en que nos hallamos ante dos fenómenos de naturaleza y características muy distintas: la delincuencia y la inseguridad ciudadana, por más que su interrelación pueda llegar a ser social y políticamente determinante. Para decirlo en pocas palabras:

Page 40

  1. la delincuencia es un hecho (aunque sea socialmente construido) que constituye un factor de inseguridad objetiva, en tanto que

  2. la inseguridad ciudadana es una sensación (por más justificada que pueda aparecer) que añade una dimensión de inseguridad subjetiva (aunque, paradójicamente, no menos real en la vivencia de quienes la experimentan).

    En el ámbito de la inseguridad ciudadana asociada a la pequeña y mediana delincuencia, esta distinción resulta relevante, por una parte, para poder disponer de diagnósticos precisos de la evolución de ambos y, por otra, para escoger estrategias adecuadas a cada situación:

  3. políticas de prevención, para hacer frente a la delincuencia;

  4. políticas de seguridad para atajar la sensación de inseguridad; o

  5. políticas integradas de prevención y seguridad, como ha sido el caso dominante en los años noventa en muchos países europeos.

    Aunque, también conviene mantener presente esta distinción, a fin de reducir las ocasiones propicias a la manipulación del fenómeno social de la inseguridad ciudadana, ya sea con propósitos políticos o bien económicos.

    Sin embargo, durante los años 90, algunos países como Inglaterra, los Países Bajos y Francia -que durante el decenio anterior habían tenido un papel importante en la elaboración de las políticas de prevención- continuaron influyendo en el desarrollo de políticas de prevención y de seguridad -inspiradas en el comunitarismo norteamericano- en diversos países europeos. Este modelo dominante que se caracterizaba por una política pública que privilegiaba la prevención de la victimización mediante medidas técnicas y situacionales- no pudo, sin embargo, contener el aumento de la pequeña y mediana delincuencia ni disminuir la inseguridad ciudadana. Con frecuencia, incitados por partidos de extrema derecha, los gobiernos de algunos países europeos (Austria, Bélgica, Italia) desarrollan, desde finales de los noventa, unas políticas aún más securitarias.

1. La situación de la delincuencia

La estadística policial o judicial no detecta todos los casos de victimización. De hecho, como señala Gondra, más de la mitad de los ilícitos penales no se denuncian y las sentencias condenatorias posiblemente no lleguen siquiera a18% de las denuncias. Disponemos, pues, de datos que no reflejan la victimización sufrida realmente por la población y, aún más, se trata de datos que no pueden reflejar ni las opiniones ni los sentimientos de la población en materia de seguridad ciudadana.

Page 41

En realidad, la estadística policial registra, únicamente, la actividad de las administraciones competentes y está basada, particularmente, en las denuncias presentadas por los ciudadanos, las cuales pueden suponer más del 90% del total de los ilícitos penales conocidos. El resto de los datos policiales, prosigue Gondra, proceden de las actuaciones realizadas de oficio por la propia policía, pero es evidente que no se denuncian ni se conocen todos los hechos. En otras palabras, la victimización -en su mayor parte- es oficialmente desconocida.

Es por todo ello que el estudio de la delincuencia desconocida -es decir, el conocimiento de la cifra negra- constituye un problema tanto para los organismos de seguridad como para la investigación criminológica y, en todo caso, un elemento indispensable a fin de detectar las demandas reales y cambiantes de seguridad que deben atender las políticas públicas.

Las encuestas de victimización

La primera encuesta de victimización, basada en una muestra representativa, se realizó en los Estados Unidos en el año 1966, como resultado de una resolución de la Comisión Presidencial sobre Seguridad Interior y Justicia. La experiencia americana se extendió, rápidamente, a nivel internacional.

En Europa las primeras experiencias se llevaron a cabo en los países escandinavos y, en la actualidad, pueden destacarse, particularmente, las encuestas que se realizan periódicamente en Inglaterra y el País de Gales, desde 1982, bajo la responsabilidad del Home Office, basándose en muestras formadas inicialmente por 10.000 entrevistas y actualmente por más de 40.000.

En Barcelona, en el año 1984, a iniciativa del Ayuntamiento, se realizó la primera encuesta de victimización, propiamente dicha, en España. A partir de 1989 se hizo extensiva a los 27 municipios de la Área Metropolitana, manteniendo una periodicidad anual. En 1999 la Generalitat de Catalunya efectuó la prueba piloto de una encuesta sobre seguridad y policía que, a partir del año 2000, se incorporó con carácter experimental en el Plan Estadístico de Catalunya, también con periodicidad anual. La existencia de dos operaciones estadísticas de dimensiones considerables en ámbitos de estudio similares o idénticos, planteó de inmediato la necesidad de una confluencia. Consecuentemente, desde el 'año 2002, se realiza anualmente la Encuesta de Seguridad Pública de Catalunya con módulos adaptados a las necesidades de cada institución -Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona.

Hoy en día, en diversos países las encuestas de victimización forman parte, de una forma u otra, de las operaciones estadísticas básicas en materia de seguridad. Varía la periodicidad, varían las dimensiones de la muestra, varía la edad de referencia (12 años, 16 años, etcétera), varían las unidades muestrales (unidades familiares, personas físicas, etcétera), se utilizan diversos sistemas de entrevista (telefónica, personal, etcétera), se aplican cuestionarios diferentes y los diseños técnicos no

Page 42

son siempre coincidentes, pero las encuestas de victimización se han abierto camino, según parece, de forma irreversible.

En esta encuesta se trata, básicamente, de entrevistar a una muestra representativa de la población acerca de sus experiencias de victimización y opiniones en materia de seguridad ciudadana, ya que las técnicas de encuesta permiten inferir, con un margen de error conocido, los valores correspondientes para el conjunto de la población.

La encuesta de victimización proporciona, pues, unos datos que no están condicionados por los filtros y las inercias del sistema penal. Expresan las vivencias, los sentimientos y las opiniones de los ciudadanos. En particular, la encuesta posibilita:

  1. La cuantificación de los ilícitos a partir de las experiencias de los ciudadanos.

  2. El estudio de las experiencias de victimización no denunciadas.

  3. Los cambios de comportamiento o de opinión inducidos por la victimización.

  4. La valoración de los servicios públicos de seguridad.

  5. El estudio de los sentimientos de inseguridad.

  6. La opinión ciudadana sobre las causas de la delincuencia y las medidas apli-cables.

  7. Las correlaciones sociodemográficas de todas estas variables.

En cualquier caso, la encuesta de victimización es la técnica que más revoluciona la forma de explicar la delincuencia. Permite conocer mejor la extensión de la actividad delictiva, su geografía social, la naturaleza del miedo, las visiones del sistema penal, las actitudes hacia los delincuentes o los significados y consecuencias del delito. Un descubrimiento importante de las encuestas de victimización es que el delito se mezcla con otros problemas sociales, confundiéndose causas y efectos, y que el miedo de la población al delito guarda relación con otras circunstancias vitales y no tanto con la realidad delictiva.

De estas encuestas se critica que no recogen datos de sectores marginales de la población o que no representan adecuadamente determinados delitos: asesinatos, delitos de las organizaciones, delitos contra la mujer o contra minorías étnicas. En particular, como señala...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR