La civilización de los jubilados (recensión)

AutorLuis Fernández Briceño
Páginas233-235

LA CIVILIZACION DE LOS JUBILADOS

DIDIER PÈNE * Ediciones Encuentro Madrid. 1999. 255 páginas ¿Qué sentido tiene hablar de una civiliza ción de la jubilación? ¿Existe tal civilización? Razones económicas y metodológicas expli can, desde la psicología y la filosofía, la preo cupación ante este nuevo tipo de sociedad y la dificultad para captarla íntegramente. La ci vilización de la jubilación no ha nacido en un día. Aparece a finales de la década de los seten ta y principios de los ochenta. Los dos fenóme nos que originaron su aparición han sido la mayor esperanza de vida desde los años poste riores a la segunda guerra mundial, junto con la caída de la natalidad que comenzó en los años setenta. Estos han desatado el proceso de rápido envejecimiento de la población en los viejos países industriales. La civilización de la jubilación, al incluir a trabajadores activos prejubilados y al estar ligada con el envejeci miento demográfico, ha comenzado una mar cha imparable. Para Didier Pène, la civilización de la jubi lación es hija natural de la civilización indus trial y la urbanización, es decir de la sociedad moderna. Así, a principios del siglo XX, tan solo un 11,5% de la población activa francesa, excluyendo a los pensionistas del Estado, se beneficiaba de un régimen de jubilación. A partir de 1910 se establece el primer sistema general. En 1930 este sistema se extendió por ley a todos los asalariados de la industria y el comercio; su contenido se inspiraba en el sis tema alemán introducido por Bismark en 1889. En Francia, antes de la guerra mun dial, de nueve millones de asalariados sólo seis estaban asegurados. La generalización de los sistemas de pensiones se produce tras la segunda guerra mundial. El debilitamiento de los vínculos familia res llevó a la socialización decidiéndose por generalizar el sistema de reparto. En los años setenta y ochenta se generalizan las pensio nes y aparece la civilización de la jubilación. La jubilación se ha convertido en un elemen to crucial de nuestras sociedades. Y en el fu turo cercano representará un peso cada vez mayor sobre el conjunto de los mecanismos económicos y sociales. El autor se pregunta si el envejecimiento demográfico de la población favorece al desarrollo económico y examina el mayor peso de los jubilados en la economía. Los mercados financieros, omnipotentes, imponen a la economía una ley de hierro. El envejecimiento de la población en los países ricos llevan a un crecimiento constante del po der financiero en el mundo de la jubilación por el aumento del número de jubilados y por la progresión de sus rentas y ahorros. El mundo de los jubilados se enriquece rápidamente, el peso de la jubilación da forma a la economía fi nanciera internacional y la economía de la ju bilación invade el mundo. La mundialización impone su ley y es necesaria la protección con tra el riesgo que engendra la especulación. El autor se pregunta si tienen que padecer este riesgo los jubilados. La riqueza de las pensiones y ahorros de los jubilados actuales 233 * Licenciado en Letras y Derecho y Diplomado por el Institut d'Études Politiques de París y por la Businness School de Stanford. Es profesor de Economía y Finanzas del Grupo HEC. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 29 y futuros impulsan a los mercados financie ros y los convierten en mercados muy podero sos no exentos de riesgos tales como el de fluctuaciones crónicas, el desarrollo incontro lado de mercados desorganizados e incluso el de crack. Además los problemas vinculados a la jubilación, que los mercados han de resol ver de modo prioritario, se refieren sobre todo a la rentabilidad de las economías y de sus in versiones. Didier Pène reflexiona sobre el envejeci miento que lleva a una sociedad más tranquila pero replegada sobre si misma. El envejeci miento de la población confiere a los jubilados y a quienes están cerca de la jubilación un poder político cada vez más importante. Los jubilados representan casi la tercera parte de los electo res en la mayoría de los viejos países industria lizados. La dicotomía jubiladosactivos puede sustituir a la oposición. En algunos países como Suiza y Holanda los jubilados se han organiza do políticamente. De esta forma, democracia, jubilación y poder electoral son intrínsecos a una civilización de la jubilación. Algunos economistas, opinan que el enveje cimiento de la población y la jubilación no ten drán efecto alguno sobre el funcionamiento de la economía internacional. Otros defienden que la gran correlación entre envejecimiento o im portancia del sistema de pensiones influirá en el funcionamiento de la economía internacio nal, en el reparto de las producciones entre los países, en los intercambios, en el funcio namiento de las empresas y en el nuevo «or den mundial». La mundialización de la economía no es neutral; la civilización de la jubilación transformará la economía mun dial. La apertura económica necesaria es un arma de doble filo y la empresa será clave en esta evolución. La empresa actual debe some terse a un nuevo tipo de flexibilidad que se percibirá como un proceso casi permanente de crecimiento externo. El desarrollo de los mercados financieros y la integración cre ciente de los bancos han facilitado las fusio nes y adquisiciones empresariales. En el nuevo orden mundial preocupan el crecimiento demográfico y la defensa del me dio ambiente. Las soluciones propuestas son una gota de agua en el océano. Las proyeccio nes demográficas son angustiosas. En Fran cia se han hecho predicciones hasta el año 2040. La tasa de dependencia, es decir, el nú mero de activos por jubilado, podría pasar de 2 a 1 a principios de los años noventa a 1,4 a 1 en el 2040. Y para los restantes países industriali zados las previsiones son parecidas. Ante estas situaciones apocalípticas, los expertos se han centrado en el famoso «triángulo\maldito»: au mentar las cotizaciones, reducir las presta ciones y alargar el período de cotización. Algunos esperan de la pensión por capita lización la solución a todos los problemas si guiendo el ejemplo de los anglosajones. Los sistemas de reparto no merecen tanto recha zo ya que ofrecen la ventaja de tener efectos inmediatos puesto que las cotizaciones de los activos se pagan instantáneamente a los jubi lados. Asimismo es el único sistema que per mite garantizar una serie de rentas para los días de vejez de quienes, por una otra razón, no han podido cotizar suficientemente. Es un mecanismo de solidaridad y de distribución de la renta. Las ventajas en materia de riesgo son evidentes pero mientras haya activos que paguen se financiará el sistema. Cabe preguntarse con el autor si las pen siones por capitalización carecen de puntos flacos. Casi no existe ningún país con un sis tema de pensiones por capitalización puro. Uno de los principales problemas que plantea la capitalización es el riesgo. Hay riesgos de mercado y de gestión. A pesar de estos incon venientes, la capitalización progresa en todo el mundo ante la imposibilidad de que las pensiones por reparto crezcan al ritmo de las necesidades. El Banco Mundial sugiere un sistema de tres pilares con un ahorro obliga torio, de gestión privada por capitalización integral; un ahorro obligatorio financiado vía impuestos; y un ahorro voluntario por capita 234 RECENSIONES REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 29 lización integral que complete el primer aho rro. Ningún sistema financiero, de capitaliza ción o de reparto, puede compensar un dese quilibrio demográfico creciente debido al envejecimiento, que hace que cada vez menos activos tengan que financiar a más inactivos. Ante esto hay que analizar tres soluciones: la prolongación de la vida profesional, el creci miento de la natalidad y una emigración selec tiva. Ninguna puede frenar el envejecimiento, pero si pueden limitar las consecuencias y frenarlo a medio y a largo plazo. CONCLUSIONES El autor insiste en el peso del envejeci miento y de la jubilación en nuestra sociedad. Sin embargo el envejecimiento y la jubilación no agotan las características de nuestra épo ca aunque son fenómenos importantes en los viejos países industrializados. La civilización de la jubilación es una civilización del consu mo que también coexiste con la civilización tecnológica y con la civilización de la comuni cación. La civilización de la jubilización nos pone frente a nuestras contradicciones. La prolon gación de la vida humana es un sueño de la hu manidad. Vamos hacia una civilización en la que los sexagenarios serán más numerosos que los menores de veinte años. La civilización de la jubilación no conlleva sólo aspectos negativos. Esta civilización tiene un poder económico, fi nanciero y político que influye de muy diferen tes formas en el funcionamiento de nuestras sociedades, en la economía nacional e inter nacional y quizás en el nuevo orden mundial. Hay que evitar oponerse a esta civilización de la jubilación. Es preciso recordar que la ci vilización de la jubilación nace de la prolon gación de la vida humana y de la disminución importante de la natalidad. Ha conllevado un aumento de los costes de financiación de nuestras sociedades por el coste de la jubila ción, de la sanidad y del paro, pero también es un factor moderador al frenar la demanda interna. Solamente una sede de acciones coordina das permitirá hacer soportable la nueva civi lización de los jubilados. Las soluciones más evidentes «teóricamente» como la prolonga ción de la vida activa, una recuperación de la natalidad y de la inmigración chocan con las actuales concepciones de gestión del empleo o encuentran fuertes resistencias. Lo único que podemos contemplar es un «coctail de medi das» cuya dosificación resulta necesariamen te compleja. LUIS FERNÁNDEZ BRICEÑO 235 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 29

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