La gestión de la propiedad intelectual en la investigación financiada con fondos públicos

CargoIPTS

Asunto: La gestión de los derechos de propiedad intelectual (DPI) se ha convertido en un tema de particular interés para todos los que participan en investigaciones de tipo cooperativo. Cómo compartir los DPI derivados de actividades de investigación financiadas con fondos públicos es un problema muy delicado: existen puntos de vista contrapuestos sobre cómo compartir los DPI y su efecto sobre las posibilidades de comercialización de la tecnología. Igualmente importante para los organismos de investigación y tecnología (OIT) (1) es establecer estrategias claras en este campo, que no se vean obstaculizadas por prácticas gerenciales, por una legislación restrictiva, por normas políticas y administrativas derivadas de la reticencia cultural frente a la investigación aplicada, o por ideas miopes sobre el concepto de propiedad pública.

Relevancia: Aunque el principal objetivo y la razón de ser de muchos OIT públicos es la investigación de carácter no comercial, a veces pueden surgir resultados de I+D potencialmente comercializables y que merecen la protección de los DPI. En un nuevo contexto, caracterizado por un menor apoyo gubernamental a la I+D y por un mayor interés del sector privado en la misma, la correcta gestión de la propiedad intelectual jugará probablemente un papel fundamental para estimular la generación de conocimientos y su traducción en beneficios económicos y sociales.

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Introducción

Europa muestra un resultado positivo en cuanto a rendimiento científico (expresado en número de publicaciones por unidad de inversión), pero su rendimiento tecnológico y comercial (expresado en número de patentes concedidas por unidad de inversión) es bajo, e incluso muestra una tendencia decreciente respecto a sus principales competidores (Estados Unidos y Japón). La propiedad y la explotación de los derechos de propiedad intelectual son factores clave para determinar el éxito de las innovaciones tecnológicas introducidas en el mercado y constituyen el mecanismo necesario para asegurar un progreso tecnológico continuo, contribuyendo de esta forma a favorecer el nivel de competitividad de la industria.

En el caso de los OIT, los DPI hacen posible desarrollar estrategias de difusión y transferencia, de modo que se consiga el máximo bienestar social. La gestión eficaz de los DPI es esencial para proporcionar incentivos correctos dirigidos a promover un proceso de innovación tecnológica continuada. Una de las principales oportunidades que ha traído consigo el progreso tecnológico consiste en la aparición de nuevos sectores económicos y nuevas oportunidades de negocios generadores de valor añadido en la industria europea. Un sistema eficaz ha de adaptarse rápidamente a los desafíos planteados por un entorno tecnológico en continua evolución.

La situación actual está marcada por la paradoja de que las exigencias del mercado mueven a la industria a centrarse en la obtención de resultados a corto plazo, mientras que los países competidores continúan realizando inversiones significativas en ciencia y tecnología. Además de las áreas científico-tecnológicas tradicionales, hay muchas nuevas áreas de investigación fundamental orientadas a apoyar las necesidades a largo plazo o a cubrir las necesidades sociales. Otras se ocupan escasamente de las posibles aplicaciones comerciales a corto plazo, y no satisfacen, por tanto, las expectativas de rentabilidad de las empresas privadas. Hay una clara necesidad de encontrar el equilibrio adecuado entre investigación fundamental e investigación orientada a objetivos. La relevancia sobre este tema aumenta, en la medida en que muchas áreas de actuación en I+D, tratan de manera creciente de cubrir las necesidades y preocupaciones expresadas por los ciudadanos, fomentando a su vez el desarrollo de posibles aplicaciones comerciales de la tecnología. Se necesita, por tanto, una cultura de la gestión que tome conciencia e integre dentro de los objetivos aspectos relativos a la propiedad intelectual que se generan a través de la investigación. Esta cultura debe reconocer el valor que conceden los organismos al desarrollo de resultados explotables y al manejo adecuado de métodos para proteger estos resultados.

La propiedad intelectual y el papel cambiante de la investigación financiada con fondos públicos

La realización de investigación básica, que genere, directa o indirectamente, beneficios para la sociedad, constituye la función principal distintiva que caracteriza a los programas de investigación que reciben financiación pública. Sin embargo, dentro del actual sistema de investigación europeo, es necesario arbitrar medidas que hagan posible una mayor difusión del conocimiento generado a través de la I+D de un modo más eficiente que hasta ahora. Ello supone la detección, identificación, protección, difusión, promoción y transferencia de los nuevos descubrimientos que se deriven de estas actividades de investigación.

En el pasado, una gran parte de la I+D pública se centraba en temas relativos a la defensa, energía y, en menor grado, sanidad pública, educación y otros objetivos sociales. Los DPI resultantes de estos esfuerzos de I+D, especialmente en el caso de la I+D militar o para la defensa, resultaban más fáciles de controlar y gestionar.

Actualmente, la I+D pública tiende a orientarse más hacia objetivos sociales, produciendo resultados científicos que abordan las principales preocupaciones de los ciudadanos (p.ej., el medio ambiente, la biotecnología, la salud y las ciencias de la vida, el desarrollo y los servicios sociales) y garantizando la seguridad y el desarrollo económicos (lo que también favorece la competencia); parece probable que esta tendencia continúe en el futuro. Al alcanzar estos objetivos, debe subrayarse que el entorno en el que se originan los resultados de la I+D está sufriendo cambios rápidos y espectaculares. Este es otro resultado de la internalización de la investigación y de la globalización de los mercados, de las limitaciones de los recursos humanos, de la privatización de varios OIT públicos, etc. Todos ellos son factores que pueden dificultar la gestión de los DPI derivados de la investigación financiada con fondos públicos.

Al debatir aspectos relativos a la identificación y protección de los descubrimientos, hay que reconocer plenamente que los descubrimientos comercializables se deben considerar como "subproductos" explotables de la investigación básica (cuyo objetivo fundamental es ampliar la frontera general del conocimiento humano) y que los organismos públicos de investigación deben formular programas no directamente encaminados al desarrollo de productos específicos. Sin embargo, los organismos de gestión de los centros de investigación deberían hacer un seguimiento e investigar los mercados emergentes, evaluando los posibles beneficios económicos y sociales derivados de las innovaciones tecnológicas.

La concesión de licencias de explotación de los resultados de la investigación es un tema muy delicado. Por una parte, las empresas que invierten en una cierta tecnología están interesadas en impedir el acceso a ella de sus competidores y exigirán licencias exclusivas para desarrollar una tecnología que suponga asumir riesgos e incertidumbre por parte de la empresa. Por otra parte, uno de los principios básicos de la investigación financiada con fondos públicos es que debe difundirse rápidamente para que beneficie a un sector lo más amplio posible de la sociedad.

Importancia de los DPI en un entorno tecno-económico cambiante

Actualmente, la competitividad de las empresas se basa, en gran medida, en su capacidad para captar los beneficios económicos de las innovaciones científicas y tecnológicas. A medida que disminuye el papel de los gobiernos en la I+D, aumenta la necesidad de instrumentar incentivos privados más fuertes y, por tanto, se precisan DPI más sólidos que proporcionen incentivos privados para la generación y el avance del conocimiento.

La Comisión ha lanzado varias iniciativas para adaptar el sistema a los cambios actuales en el entorno tecno-económico. Las iniciativas en apoyo del mercado interno tienen en cuenta también temas de propiedad intelectual y de propiedad industrial. Un ejemplo que prueba la importancia de las cuestiones de propiedad intelectual para el desarrollo de un sector emergente, es la reciente aprobación por el Consejo de Ministros de una directiva de la Comisión, largamente esperada, sobre la protección legal de los inventos en biotecnología.

El ejemplo de la biotecnología

Dado que las inversiones se realizan a largo plazo, la posible comercialización de inventos en biotecnología se basa únicamente en la exclusividad que proporcionan las patentes. Los organismos públicos de investigación no pueden desempeñar un papel acorde con su función en este importante sector, si no patentan los inventos y si no proporcionan a las empresas la protección exclusiva de los DPI. Además, el marco regulador general del sistema de patentes de la UE ha sido desfavorable para el desarrollo de la biotecnología en la UE y, actualmente, Estados Unidos detenta el 65 % de las patentes mundiales en biotecnología, mientras que la UE tiene sólo el 15 % (Oficina Europea de Patentes, 1998). En consecuencia, Europa se está convirtiendo en uno de los mejores mercados para los productos biotecnológicos norteamericanos, en lugar de ser un competidor en pie de igualdad.

Seguirán otras iniciativas reguladoras para promover la innovación y la competitividad europea en otros sectores económicos significativos, como lo indica la reciente propuesta de una directiva sobre el derecho de autor y los derechos conexos en la Sociedad de la Información y el comienzo de una discusión sobre la necesidad de preparar una directiva sobre patentes de software. Es especialmente importante definir un marco estable para regular el derecho de autor y derechos conexos, así como la protección de las nuevas formas de know-how tecnológico (como el software), si se quiere apoyar la generación de nuevas oportunidades de valor añadido, derivadas del rápido desarrollo de nuevas tecnologías y sistemas, como la Sociedad de la Información y el comercio electrónico.

Aun en el actual entorno, fuertemente competitivo, patentar las nuevas tecnologías constituye la más sólida "barrera de entrada". Hay que mencionar, sin embargo, que copiar tecnologías es algo cada vez más frecuente (De Kare-Silver, 1997):

el 60 % de todos los inventos patentados se imitan en un plazo de cuatro años, como promedio;

la relación entre tiempo de imitación y tiempo de innovación es del 70 %, en promedio;

la relación entre coste de imitación y coste de innovación es del 60 %, en promedio.

Esta es una de las razones por las que las empresas pueden decidir proteger sus descubrimientos por otros medios (p.ej., el secreto en el caso de la fórmula de la Coca-Cola) o no proteger sus DPI en absoluto (p.ej. nuevas tecnologías con ciclo de vida muy corto).

Aunque es claro que la investigación básica realizada por los OIT actúa como depósito de conocimientos y permite que se generen nuevos inventos, existe la tendencia hacia una investigación más orientada a las aplicaciones. La propuesta de 5º Programa Marco de I+DT de la UE refleja claramente la tendencia mundial reciente hacia una ciencia y una tecnología más orientadas. Esta tendencia responde también a una serie de hechos observados: reducción de los gastos de defensa de los gobiernos; deseo de los gobiernos de equilibrar sus déficits presupuestarios; interés de los contribuyentes en saber cómo contribuye la I+D a su bienestar.

Al mismo tiempo, la industria, debido a la complejidad de los procesos tecnológicos y a las presiones competitivas con las que se enfrenta, se muestra interesada en establecer colaboraciones con los OIT. Todos estos hechos contribuyen a explicar por qué la gestión de los DPI se ha hecho prioritaria en el diseño y planificación de la estrategia de un número cada vez mayor de OIT en todo el mundo.

Gestión eficaz de la propiedad intelectual en los procesos de transferencia de tecnología

Hay que estructurar mejor el proceso a través del cual los conocimientos tecnológicos financiados con fondos públicos se transfieren desde los OIT hacia las aplicaciones industriales, si se quiere obtener mayor rentabilidad de las inversiones públicas. Una de las nuevas características de la organización de la transferencia de los resultados de la investigación es la aparición de centros de transferencia de tecnología, asociados a organismos de investigación financiados con fondos públicos.

Un aspecto clave es el reconocimiento del investigador o del inventor responsable de una innovación. Con frecuencia, la explotación comercial subsiguiente descansa, en gran medida, en la aportación de esta persona al proceso de transferir el conocimiento al socio industrial, y a través del proceso de desarrollo. La organización de los OIT debe ser tal que permita introducir fácilmente las disposiciones necesarias en cuanto al personal, que apoyen esta fase del trabajo (traslados, permisos, etc.), de modo que coincidan con los intereses de todos los implicados. Esta transferencia de "tecnología blanda" es el tipo que más necesita la industria.

Los OIT necesitan también incentivos para convertir sus inventos en productos comerciales. En el pasado, los inventos y los ingresos asociados a ellos pertenecían a los gobiernos. Esto ya no es así y, en muchos casos, el sistema permite que una parte de los cánones percibidos por licencias vaya directamente al organismo para financiar nuevas actividades de investigación. También se están ensayando otras fórmulas, como el interesante ejemplo del Laboratorio Europeo de Biología Molecular, de Heidelberg, que es el primer organismo internacional de investigación que participa en una empresa de capital-riesgo (10% de sus acciones) como contrapartida de sus derechos de propiedad intelectual derivados de sus investigaciones (Nature, 5 de febrero 1998).

En general, los poderes públicos no reclaman directamente la propiedad de los DPI que resultan de la investigación financiada con fondos públicos. En su lugar, delegan en los OIT la gestión, la difusión y la transferencia de los nuevos conocimientos.

Cómo se comparten los DPI en el Programa Marco de I+DT

El Cuarto Programa Marco de I+DT de la UE incorporó, en su estructura y en sus reglamentos, no sólo amplias previsiones para la explotación y difusión de los resultados de la I+DT, sino también directrices claras sobre la propiedad de los mismos, en forma de DPI. En general, la propiedad corresponde a la parte contratante, cuando los fondos de la UE son inferiores al 50 % de los costes de la investigación, mientras que corresponde a la Comunidad Europea cuando su apoyo económico es del 100 %. Entre el 50 y el 100 %, la propiedad se comparte de acuerdo con los términos del contrato y la utilización por cualquiera de las partes exige el reconocimiento público de la contribución de la otra. En la práctica, no está claro que este sistema proporcione a la UE la flexibilidad que exige cada caso particular.

La explotación comercial de los resultados de la investigación realizada por organismos financiados con fondos públicos está experimentando un cambio gradual en los últimos años, como resultado de la creciente presión financiera para rentabilizar las inversiones públicas. Las prácticas tradicionales han sufrido cambios considerables y hay una aparente convergencia en las prácticas seguidas en todo el mundo. En Estados Unidos y en Japón existen, desde hace tiempo, disposiciones comerciales que incluyen una serie de conceptos básicos, en los que se apoya una amplia gama de prácticas de comercialización flexibles:

Todas las actividades de investigación financiadas con fondos públicos prevén cláusulas, en los acuerdos establecidos, que fijan cómo se han de compartir los DPI de los resultados que se alcancen.

La gestión de los proyectos de investigación incluye métodos para gestionar los DPI resultantes y para explotar los resultados.

No hay restricciones sobre los derechos de los propietarios de los DPI, incluidos los gobiernos, los organismos públicos o sus agentes, para que entren en acuerdos comerciales sobre el uso de estos derechos por terceros, siempre que se cumplan las leyes vigentes y las políticas generales sobre contratos del Estado.

Todos estos hechos se reflejan en un estudio realizado por el IPTS (Cahill, 1997), que cubre una muestra de casos en la UE, Japón y Estados Unidos sobre investigación financiada con fondos públicos. En todos los casos, hay un claro compromiso político para estimular la explotación comercial de los descubrimientos y de los conocimientos generados por dicha investigación. El estudio muestra también que el exceso de burocracia y de procedimientos administrativos actúa como freno para la transferencia de la PI a la industria.

En general, otros factores que mejorarían el sistema de DPI serían la simplificación y armonización de los sistemas europeos de protección de la PI (CE, 1997a, CE 1997b) y también una reducción de los costes de obtención y mantenimiento de las patentes.

Gestión de los DPI en el sistema norteamericano

Estados Unidos tiene mayor tradición que la UE en cuanto al proceso de difusión, transferencia y utilización de la tecnología federal. Los elementos más importantes de la legislación estadounidense sobre aspectos relacionados con los DPI en los OIT son:

La ley Stevenson-Wydler de Innovación Tecnológica de 1980, sobre la necesidad de difundir la información, exige a los laboratorios federales que tomen parte activa en la cooperación tecnológica y crea Oficinas de Aplicación de la Investigación y la Tecnología, así como un Centro para la Utilización de la Tecnología Federal.

La ley Bay-Dole de 1980, permite que las universidades, los organismos de investigación sin fines de lucro y las pequeñas empresas obtengan los DPI sobre los inventos desarrollados con apoyo del gobierno y también permite que dichos laboratorios concedan licencias exclusivas sobre sus patentes.

La ley federal sobre Transferencia de Tecnología de 1986 establece cómo se han de compartir los cánones percibidos con los inventores federales, define la transferencia de tecnología como responsabilidad de todos los investigadores de los laboratorios federales y como elemento que se ha de tener en cuenta en la evaluación del rendimiento de los investigadores.

Según la legislación norteamericana, el gobierno puede conceder licencias exclusivas o no exclusivas sobre los inventos de su propiedad y una parte importante de los cánones percibidos debe revertir al laboratorio de origen. La ley otorga también preferencia a las pequeñas empresas, a la hora de conceder licencias. El candidato a licenciatario debe presentar un plan para comercializar la tecnología. Nelsen (1998) ha encontrado evidencias de los efectos positivos derivados de las licencias concedidas por los OIT, como consecuencia de la ley Bay-Dole; en particular, en cuanto a creación de empresas y creación de empleo derivados del desarrollo y fabricación de productos resultantes de licencias de las universidades. También es posible, en el sistema americano, la colaboración entre laboratorios federales: el Consorcio Federal de Transferencia de Tecnología comprende más de 700 laboratorios federales de investigación y desarrollo y ofrece un foro para desarrollar estrategias y oportunidades que relacionen las tecnologías federales con el mercado.

Últimamente, el sistema norteamericano se ha orientado hacia el desarrollo de consorcios público-privados para transferir los DPI de los laboratorios públicos y las universidades a la industria. Los Acuerdos de Colaboración en Investigación y Desarrollo (CRADA) pretenden mejorar la comercialización de las tecnologías desarrolladas por los OIT creando sinergias y trabajando en estrecha cooperación con la industria. Según Nelsen (1998), permitir que las instituciones académicas y las pequeñas empresas retengan la propiedad de los inventos derivados de la investigación financiada por el Estado ha impulsado claramente el número de solicitudes de patentes de los OIT.

Gestión organizativa y propiedad intelectual

El actual sistema de solicitud de patentes y otras formas de protección de la PI es un proceso lento y lleno de trámites burocráticos y, aunque muchas instituciones tienen departamentos enteros dedicados a esta tarea, supone inevitablemente una pesada carga para los investigadores implicados. Una posibilidad sería adoptar una opción similar a la que existe en Estados Unidos, que permite cumplimentar una solicitud provisional de patente (a un coste cercano a la quinta parte de la solicitud ordinaria), manteniendo la fecha de la invención. Así, los OIT pueden ampliar el período de búsqueda para identificar posibles licenciatarios de sus tecnologías, antes de solicitar la patente ordinaria.

Un aspecto fundamental consiste en diseñar incentivos que guíen los esfuerzos de los investigadores para obtener los DPI sobre sus inventos y descubrimientos. En muchos organismos de investigación, los sistemas de promoción se basan sobre todo en las publicaciones, y no están previstos esquemas de remuneración dirigidos al inventor. La existencia de secciones independientes en el organismo facilitaría la identificación de resultados de investigación con posibilidades de explotación, que podrían haber pasado desapercibidos.

Los costes de obtención y mantenimiento de una cartera de patentes son relativamente altos y, por tanto, se necesitan criterios que permitan seleccionar las tecnologías que deban ser protegidas. Igualmente importante para la explotación de los resultados es identificar un mercado para la producción del OIT. El mercado más obvio y más conocido para un OIT es el de sus socios en la investigación patrocinada. Estas empresas también pueden proporcionar contactos a través de sus cadenas de proveedores y clientes. Los sectores más difíciles son aquéllos donde los organismos pueden tener poco o ningún contacto previo. En estos casos, puede ser necesario recurrir a intermediarios, como agencias de transferencia de tecnología o empresas de capital-riesgo. En muchos países europeos, tales agencias forman parte de una red de organizaciones financiadas con fondos públicos, que apoyan el desarrollo industrial y fomentan la colaboración, especialmente con las PYME. Un ejemplo interesante es la red europea de Innovation Relay Centres, financiados por la Comisión Europea, que actúan como centros de intercambio de información sobre oferta y demanda de tecnologías disponibles para su explotación en Europa.

Muchas empresas privadas que suministran productos y servicios de tipo estándar y que están sujetos a frecuentes modificaciones, se organizan de modo que cada familia de productos tiene un "director de producto" que se ocupa de las especificaciones técnicas del producto, a lo largo de su ciclo de vida, y un "director de enlace con el cliente" para todo lo que se relaciona con las expectativas de la cartera de clientes sobre el mismo producto: este último orienta el sentido de las innovaciones de la empresa, inspirándose en dichas expectativas. Indudablemente, los OIT podrían aprender mucho de este sistema.

La existencia de un departamento en el organismo, responsable de la gestión de la propiedad intelectual, permitiría realizar un proceso de identificación y discriminación: no todo lo que se puede patentar o proteger merece serlo. Por ejemplo, la solicitud indiscriminada de patentes provisionales, con la esperanza de poder conceder licencias al cabo de 12 meses, o de utilizarlas como elemento de negociación para otras operaciones, puede perjudicar todo el proceso, así como la reputación y la credibilidad de la institución frente a sus posibles socios industriales.

Conclusión

Los DPI -y el modo en que éstos se gestionan y transfieren- sin duda van a resultar uno de los elementos clave en la determinación de la competitividad de la industria europea, caracterizada por la necesidad de rápida adaptación a los procesos de innovación tecnológica. A su vez, la explotación de los DPI por parte de los OIT, permitirá a este tipo de organizaciones obtener un retorno sobre los resultados de investigación comercializables (aunque éste no sea el objetivo central en investigación). La tendencia a la reducción en el apoyo público a la I+D y la urgencia en traducir los resultados de la I+D con potencial innovador en bienes y servicios comerciales se verán probablemente compensadas por una mayor participación del sector privado en las actividades de I+D. Por ello es necesario redefinir el papel y la gestión de los DPI en los OIT. Para gestionar con éxito los DPI derivados de la investigación financiada con fondos públicos es necesario introducir prácticas y actitudes de gestión y organizativas que estimulen la generación y la rápida comercialización de las innovaciones tecnológicas.

Varios aspectos relativos al tema de los DPI e identificados en este artículo, podrían facilitar la ágil transferencia del conocimiento generado en los OIT hacia el sector privado:

Ofrecer los incentivos necesarios a las personas que generan las invenciones.

Introducir nuevos tipos de acuerdos contractuales que permitan a los OIT obtener los beneficios derivados de sus inventos, p.ej. participación accionarial en empresas de nueva creación, como forma de percibir un canon por una tecnología.

Conceder licencias parciales o exclusivas a empresas interesadas en comercializar la tecnología.

Aumentar la percepción social sobre la relevancia y posible aplicación de la tecnología, difundiendo información al sector privado sobre los conocimientos tecnológicos que existen en forma de DPI.

Promover acuerdos de colaboración tecnológica con el sector privado.

Garantizar una definición clara de los DPI que puedan derivarse de las actividades de investigación.

Aprender de la experiencia del sector privado, cuando sea posible, y sin comprometer el carácter público de los OIT, orientando la investigación desde sus inicios.

Desarrollar mecanismos para identificar tecnologías con posible impacto comercial y obtener la protección de la PI sobre ellas.

En resumen: en el pasado, los resultados de la investigación básica se difundían libremente y predominaban los conocimientos de dominio público; pero en la actualidad, a medida que aumentan las complejidades y los costes del proceso de innovación, la industria y los contribuyentes quieren ver un reflejo más directo de la investigación financiada con fondos públicos sobre su bienestar socio-económico. En este contexto, los DPI ocupan un lugar fundamental como mecanismo que facilita la transferencia de conocimientos desde los OIT hacia el mercado y, por tanto, a la sociedad en su conjunto.

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Palabras clave

resultados de la I+D financiada con fondos públicos, patentes, gestión, organización, comercialización, innovación, transferencia de tecnología

Nota

  1. Los Organismos de Investigación y Tecnología (OIT) incluyen centros públicos de investigación y universidades que realizan investigación y desarrollo tecnológico.

Referencias

Caracostas, P. y Muldur, U., Society, the endless frontier -A European vision of research and innovation policies for the 21st century, EC, EUR 17655, Bruselas, 1997.

Cahill, E.A., The Management of IPRs in the Public-funded Research Organizations: 6 Case-studies of self management. Documento de trabajo del IPTS no publicado, 1997.

Comisión Europea, Primer Plan de Acción sobre Innovación. Luxemburgo, 1997a.

Comisión Europea, Libro Verde sobre la Patente Comunitaria y el Sistema de Patentes en Europa. Luxemburgo, 1997b.

De Kare-Silver, M., Strategies in Crisis. MacMillan, 1997.

Rappert, B. y Webster, A., Regimes of Ordening: The Commercialization of Intellectual Property in Industrial-Academic Collaborations, Technology Analysis & Strategic Management, vol. 9, nº 2, 1997.

Anderson, M., Technology -The Law of Exploitation and Transfer. Butterworths, 1996.

Nelsen, L., The Rise of Intellectual Property Protection in the American University, Science, vol. 279, 5356, págs. 1460-1461, 1998.

Contacto

Pietro Moncada Paternò Castello, The IPTS

Tel: +34 95 448 83 88, fax: +34 95 448 82 79, correo electrónico: pietro.moncada-paterno-castello@jrc.es

Sobre los autores

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Pietro Moncada Paternò Castello es Master en Gestión de la Tecnología por el MIT Sloan School of Management y el MIT School of Engineering. Antes de incorporarse al IPTS ha trabajado, como Presidente, en la Agencia para Recursos Naturales, Energía y Tecnología (ANETEC) de Bélgica, y anteriormente en el MIT Energy Laboratory, en el Programa de Servicio Eléctrico. En la actualidad, sus áreas de interés en C&T incluyen la innovación y la transferencia de tecnología.

Jaime Rojo de la Viesca es licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid, y posee un máster en Economía industrial por la Universidad Carlos III de Madrid. Sus principales temas de investigación incluyen las relaciones entre la tecnología y el crecimiento económico, la geografía económica, y el análisis económico de los derechos de propiedad intelectual y los bienes intangibles.

Eamon Cahill es graduado medio y superior en Ingeniería Mecánica por el University College de Dublín y doctor en Ingeniería Industrial por el University College de Galway. Su carrera profesional en la industria transcurrió en compañías multinacionales, GEC, Pilkington y Rockwell International. Más recientemente ha pasado veinte años en consultoría de gestión, incluidos siete años como Director Ejecutivo del Centro Irlandés de Productividad. Actualmente es un científico visitante en el IPTS y trabaja en las áreas de tecnología, eficacia industrial y competitividad.

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