Introducción

AutorIsidoro Martín Sánchez
Páginas15-16
1.
INTRODUCCIÓN
Las sociedades del mundo occidental han sido testigo, durante las últimas
décadas, de una serie de importantes cambios en el ámbito de la salud. Por
una parte hemos asistido a un progresivo aumento de la esperanza de vida,
lo que ha comportado el envejecimiento de un sector de la población cada vez
más amplio y a un incremento de las enfermedades crónicas e irreversibles.
Por otro lado, se han experimentado espectaculares avances en el campo de
la medicina, que han permitido, a su vez, mantener las funciones vitales de los
enfermos terminales hasta límites que hasta ahora eran impensables.
Estas circunstancias han comportado un replanteamiento del contexto de
la muerte y de sus implicaciones. En la actualidad, la mayoría de los enfermos
no fallecen en sus casas rodeados del afecto de sus familiares, sino en hospita-
les altamente tecnificados, soportando a veces intensos sufrimientos y priva-
dos del apoyo de sus seres queridos. A esta situación de deshumanización se
une el hecho de que con frecuencia la función de la medicina se ha concebido
como únicamente dirigida a curar a los enfermos más que a velar por su cali-
dad de vida.
Como consecuencia de todo ello, se ha producido una reacción en contra
de esta situación desde diversos ámbitos –médico, sociológico, psicológico y
jurídico– dirigida a la consecución de un ideal de muerte digna, que se basa en
que la dignidad es un derecho inherente a todo ser humano. Con esta reacción,
se persigue que las personas puedan morir en un ambiente de paz y tranquili-
dad con el mínimo sufrimiento físico, psíquico y espiritual posible, y acompa-
ñados por sus familiares.
Es preciso mencionar la contribución de varios factores en la consecución
de este ideal. El más importante de todos ha sido el cambio radical en la re-
lación médico-paciente. Así, el tradicional principio constituido por el pater-
nalismo de los profesionales sanitarios, basado en la superioridad técnica de
estos sobre los pacientes, se ha sustituido por el de la autonomía del enfermo.
Este nuevo principio implica una situación de simetría entre ambos sujetos y
no de supremacía de unos sobre otros. En definitiva, en la actualidad nos en-
contramos ante una relación “entre dos sujetos autónomos, uno de los cuales

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR