La interpretación en los organismos internacionales

AutorMaite Valero
Páginas71-74

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Debe de haber habido intérpretes desde la prehistoria, necesarios en cuanto las tribus del neolítico se cruzaron en sus largas migraciones; San Pablo, en su segunda Epístola a los Corintios, recomienda: «Si alguien habla en lengua desconocida, sean cada vez dos, o a lo más tres, y por turno, y que uno interprete. Que si no hubiere intérprete, calle.»; Cristóbal Colón, creyendo viajar a la Tierra del Gran Khan, se llevó un intérprete de chino y otro de sánscrito en sus carabelas y, en cuanto llegó a las Antillas y le hablaron de los caníbales, pensó que se trataría de los súbditos del Khan y despachó a los dos intérpretes, que ¡ay! nunca volvieron.

Pero la profesión no se definió hasta la creación de la Sociedad de Naciones. En Europa, el problema de la diversidad de lenguas se resolvió imponiendo para la diplomacia un idioma único: primero latín y después francés. Incluso en los encuentros multilaterales, como en el famoso Congreso de Viena, todos los delegados hablaban francés. La primera reunión diplomática bilingüe fue la Conferencia de la Paz de París que siguió a la primera guerra mundial. Para entenderse, las delegaciones llevaban consigo intérpretes que trabajaban en consecutiva. En esa modalidad de interpretación, aún utilizada ahora, sobre todo en grupos pequeños de dos o tres idiomas como máximo, el intérprete se sienta en la sala con los participantes en la conferencia y toma apuntes de lo que se dice. Al finalizar cada intervención da una traducción oral con ayuda de sus notas o sin ellas. Ese fue el sistema adoptado en la Sociedad de Naciones y en la Organización Internacional del Trabajo. En las reuniones más solemnes, el intérprete subía a la tribuna de oradores a dar su versión del discurso, que podía durar a veces varías horas. Era corriente que un delegado pronunciara su discurso por la mañana, que el presidente levantara la sesiónPage 72para el almuerzo y que se reanudara la sesión por la tarde para escuchar la interpretación. El Daily Telegraph daba frecuentemente comentarios sobre la actuación de los intérpretes del día anterior. Este modo de trabajo se prestaba mucho al lucimiento de las grandes figuras que fueron los intérpretes de la entreguerra. Se trataba de personas relativamente mayores, de gran cultura, experiencia y dotes oratorias; la mayoría se había dedicado antes al derecho, al periodismo o a la diplomacia y, naturalmente, todos dominaban a la perfección uno o más idiomas además del propio. De esos años que algunos llaman «la belle époque» de la interpretación son las anécdotas más conocidas y los profesionales más famosos: André Kaminker, Jean Herbert, Antoine Velleman o el coronel Dostert.

En la Sociedad de Naciones se ofrecieron por primera vez servicios de intérpretes contratados por la organización y que traducían oralmente todas las intervenciones a las dos lenguas de trabajo: inglés y francés. Pero había delegados soviéticos que no hablaban ninguno de estos dos idiomas y recurrían a un miembro de su delegación que les traducía en ruso al oído lo que iba diciendo el orador desde la tribuna y que después repetía en francés o en inglés, en voz alta y frase a frase, lo que decía el delegado soviético en ruso.

En la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el problema era aún más complejo, ya que por su carácter tripartito reunía muchas veces a personas ajenas a ia diplomacia y poco acostumbradas a tratos emocionales, sindicalistas o representantes de patronales que no entendían ni el inglés ni el francés. Estos delegados recurrían al mismo método descrito de chuchotage o interpretación susurrada. Con tanto murmullo la situación debió hacerse insoportable en la oit, pues ahí es precisamente donde se llevaron a cabo los primeros ensayos de interpretación simultánea, con ayuda de un aparato llamado «hushaphone». El intérprete se sentaba cerca de la tribuna de oradores o en cualquier lugar desde donde pudiera oír el discurso que se pronunciaba e iba intepretándolo en voz baja en este «hushaphone», una especie de micrófono de mano conectado telefónicamente a los auriculares de sus oyentes. El sistema presentaba problemas de acústica y además limitaba la conferencia a dos idiomas.

La Conferencia de San Francisco, donde se fundaron las Naciones Unidas, fue también sólo en inglés y francés y con interpretación consecutiva, pero la Carta de las Naciones Unidas que en ella se redactó estipula que las lenguas oficiales de la nueva organización son cinco: inglés, francés, ruso, español y chino. Sin embargo, en los primeros meses siguieron empleándose sólo el inglés y el francés. El español se utilizó por primera vez en el comité encargado de redactar la Carta de la Organización Mundial de la Salud, al que asistían numerosos delegados hispanoamericanos que exigieron ejercer el derecho que les confería la Carta dePage 73hablar en su idioma. Jean Herbert, primer jefe del servicio de interpretación de la onu, hizo venir precipitadamente a dos conocidos suyos de México y así es como en 48 horas quedó establecida la interpretación al español.

Sin embargo, la primera vez que se utilizó la interpretación simultánea no fue en ninguno de los organismos internacionales sino en los juicios de Nüremberg. El encargado de organizaría fue el coronel Dostert, un militar estadounidense i lingüista que reunió a un grupo de personas con buenos conocimientos de los idiomas en que se celebraron los juicios: inglés, francés, ruso y alemán. Se instalaron unos cubículos de cristal desde donde los intérpretes traducían todo lo que testigos, jueces, abogados y fiscales decían en la sala. Pero se tenía que recurrir también a la consecutiva, pues holandeses, checos y noruegos, es decir, los aliados de la segunda guerra mundial, intervenían en sus respectivos idiomas. Sin embargo, los juicios duraron casi un año; sin interpretación simultánea se hubieran alargado muchísimo más.

En 1941, en plena guerra mundial, y en Ginebra, que se mantenía neutral rodeada por los horrores, Antoine Velleman, una de esas personas que habían oficiado de intérprete improvisado en la sdn, pensó en crear una escuela en que se formase a personas capaces de encargarse de interpretar profesionalmente en las negociaciones de paz que ya intuía que tendrían que organizarse para poner orden en la Europa destrozada que surgiría del conflicto. La Escuela de Intérpretes de Ginebra fue en sus inicios una institución parauniversitaria, sin subvención estatal. Pero pronto el cantón de Ginebra se interesó en el proyecto que venía a sumarse a sus esfuerzos por hacer de la ciudad el centro internacional que es hoy. La Escuela pasó a depender de la Facultad de Letras y luego adquirió un estatuto independiente de escuela universitaria con el nombre de Escuela de Traducción y de Interpretación (eti). La eti es pues una institución ginebrina, pero mantiene estrechas relaciones de jacto con los organismos internacionales; los cursos de «molieres» (derecho, economía) son impartidos en general por funcionarios internacionales y todas las clases de interpretación están a cargo de intérpretes permanentes o freelance en activo; además, el jefe de intérpretes de las Naciones Unidas forma parte del jurado de los exámenes de la eti y de la prueba de admisión a la interpretación. Pero el diploma de la eti, aunque es una excelente referencia, no constituye ninguna garantía para poder trabajar en los organismos internacionales. Los nuevos freelance deben aprobar un examen de entrada, aunque esto no es necesario cuando el ¡efe de intérpretes o de cabina conoce profesionalmente al candidato o éste es ya miembro de la Asociación Internacional de Intérpretes de Conferencia (aiic): en estos casos es el primer contrato, breve, el que sirve de prueba en vivo.

Las condiciones de trabajo, las normas técnicas de las cabinas y lasPage 74tarifas de los intérpretes freelance son negociadas por la AIIC por intermedio de! Comité Consultivo de Cuestiones Administrativas (ccar) y se aplican a todos los organismos del sistema de las Naciones Unidas y a todos los intérpretes, sean o no miembros de la Asociación. El primer acuerdo ccaq fue en 1962 y el año que viene habrá de negociarse el que ahora vence; el proceso proroete ser difícil en vista de la crisis financiera que atraviesan las Naciones Unidas: desde hace unos años se ha impuesto la famosa regla del «crecimiento cero» al presupuesto de todo el sistema de organismos intergubernamentales, que ha motivado una reducción del número y frecuencia de reuniones y un gran recorte de la partida asignada a los servicios de interpretación, aunque ésta, de 78 millones de dólares -en el último bienio, sólo representa el 2, 3 % del presupuesto total (3.400 millones de dólares).

Muchos ven con pesimismo la evolución de la profesión. Es cierto -que se ha despersonalizado mucho desde sus comienzos, pero también está mucho mejor definida y organizada. La diplomacia multilateral, aunque sometida a constantes altibajos, es una realidad inamovible del mundo contemporáneo, y los jóvenes que hoy se forman en las diversas escuelas de intérpretes del mundo están bien preparados para, corno decía Velle-man, «permettre, par delà la confusión des langages, d'authentiques échantes d'idées».

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