Innovación y sector público

AutorIsmael Crespo Martínez - Cecilia Nicolini - Juan Parodi
Páginas59-68

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Ya hace varios años que el término innovación ha irrumpido en la literatura, en foros, en libros o en cualquier debate cotidiano. Las empresas y el sector privado en general han abanderado la innovación como un factor básico de su-

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pervivencia. Si quieres seguir existiendo tienes que ser más competitivo, más ágil y diferenciarte. En pocas palabras, o innovas o mueres. Desapareces del mercado. Como ante cualquier cambio radical y genuino al que nos enfrentamos, primero dudamos, creemos que es una moda, luego lo aceptamos, y al final lo abanderamos, esto es lo que nos permite sobrevivir.

Según la OCDE, la innovación es la aplicación de una nueva o significativa mejora en un producto, servicio o proceso; o en un método de comercialización, organización o en las relaciones con el medio. El término innovación no es nuevo, ya en la segunda mitad del siglo XX el economista Schumpeter lo relacionó con el empresario emprendedor. Ni tampoco se trata de los primeros esfuerzos en la Administración Pública, como menciona Pollitt «hay que descartar la suposición común de que es algo que sucede principal o casi exclusivamente en el sector privado, y que por lo tanto se tiene que ir allí para encontrar la manera de llevarla a cabo» (Pollitt, 2008).

Pero, ¿qué nos está pasando ahora? Vivimos en un mundo exponencial, donde los cambios comienzan gradualmente hasta que la función se dispara convirtiéndose en un cambio disruptivo que cambiará nuestras vidas para siempre. A lo largo de la historia de la humanidad, han tenido que suceder diversos cambios para ser lo que somos hoy. Desde la aparición de la primera célula hasta que el hombre se ha puesto de pie han tenido que pasar millones de años, y otros tantos más hasta la invención de la escritura o hasta que habláramos del término cultura.

Sin embargo, en los últimos siglos, los cambios disruptivos suceden más rápido y con más frecuencia, y esa exponencial del cambio nos obliga a estar preparados a vivir más de un cambio disruptivo en nuestras vidas y, consecuentemente, a adaptarnos a ello. Desde la aparición de internet, los teléfonos móviles y las redes sociales hasta la secuenciación genómica o la impresión de órganos en tres dimensiones, el tiempo que ha transcurrido ha sido más corto, y hemos tenido que adaptarnos más rápido a vivir en una nueva realidad.

3.1. ¿Por qué las Administraciones Públicas necesitan innovar?

Los cambios tecnológicos y sociales que se suceden a ritmo vertiginoso y la crisis económica señalan nuevos retos a las Administraciones Públicas. Y junto con ellos, en los últimos años se ha evidenciado un mayor interés por parte de la ciudadanía en conocer y controlar la gestión de las Administraciones Públicas, así como en participar en procesos de definiciones y en exigir mejoras en los servicios que se prestan a la comunidad.

Estos cambios en el contexto social imponen la adaptación de las organizaciones y plantean la necesidad de generar cambios en la cultura organizativa que faciliten la adopción de un nuevo paradigma basado en la innovación.

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Tal como lo reseña la Carta de Compromiso con la Calidad de las Administraciones Públicas Españolas (Ministerio de la Presidencia, 2009), «la administración no puede limitarse ya a ejercer su capacidad de regulación y a prestar servicios de forma eficaz y eficiente sino que en una democracia avanzada como la española debe preocuparse por dar respuesta a las demandas ciudadanas y rendir cuentas precisas de los modos en que gestiona y los resultados de tal gestión».

En ese contexto, la innovación adquiere la oportunidad de ser el factor que permita a las AA. PP. cumplir su principal objetivo: servir a los ciudadanos brindando respuestas a sus necesidades. Se hace evidente la necesidad de contar con AA. PP. que promuevan y valoren la iniciativa en sus miembros y que fomenten en ellos la capacidad de observar el entorno y ofrecer soluciones a los problemas del mismo desde sus funciones.

En el caso más concreto de las Administraciones Públicas españolas, la consultora PwC se plantea: ¿por qué es necesaria una transformación del sector público español y en qué hay que cambiar? (PwC, 2012). Al primer interrogante contesta con estos diez fundamentos:

  1. Porque lo público importa y no nos podemos permitir un funcionamiento inadecuado. En términos económicos, el sector público representa el 41% del gasto del total del Producto Interior Bruto (PIB) español.

  2. Porque el escenario ha cambiado y en el siglo XXI no encajan modelos de otras épocas. El papel del Estado es fundamental para desarrollar infraestructuras, garantizar el...

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