Ideas para la formación en ética empresarial

AutorArantza Echaniz Barrondo
CargoProfesor de la Universidad de Deusto
Páginas03

¿Tiene sentido hablar de ética y empresa? ¿Son términos incompatibles? ¿Puede un empresario tener ética? ¿Puede el dinero tener ética? ¿De qué va esto? ¿De cómo ser «buenos» (sonrisa incluida)?

Las preguntas anteriores y muchas parecidas son las que suelen surgir cuando se habla de ética empresarial. En estas páginas vamos a tratar de reflejar algunas convicciones, dudas y preguntas que hemos acumulado en los años que llevamos impartiendo la asignatura de Deontología Empresarial a alumnos que se dirigen al mundo de la empresa, y la asignatura de Ética profesional a las estudiantes de la Escuela de Secretariado en la Universidad de Deusto. Realizamos más una reflexión por escrito que un estudio académico.

¿Tiene sentido enseñar Ética Empresarial? ¿Tiene sentido estudiarla?

En la Universidad de Deusto, con relación a la enseñanza de la ética, se sigue la política de incluir en todas las titulaciones, al menos, la asignatura obligatoria Deontología General y Profesional. Incluso en la mayoría de los estudios de posgrado se incluye también alguna materia sobre ética. Este mismo criterio se sigue en otras universidades, como, por ejemplo, en la Universidad Pontificia de Comillas o en la Universidad de Navarra.

Esta política supone un posicionamiento respecto al debate de si se debe impartir la ética como asignatura o si se debe incluir transversalmente en el resto de las asignaturas. Existen razones a favor y en contra de ambas posturas. Presentaré algunas de ellas en cuadro n.° 1:

Valorando las razones «a favor» de incluir una asignatura específica de ética vemos que son de peso, sobre todo por lo que tienen de revisión profunda del sentido de la profesión. Sin embargo, no podemos dejar de lado las razones «en contra», las dificultades con las que se enfrenta una asignatura específica de ética1.

[NO SE INCLUYE LA TABLA]

Pero todavía no hemos respondido a la pregunta de si tiene sentido impartir ética empresarial (incluso diríamos ética profesional, por extensión). Hay Escuelas de Negocios (sobre todo en Norteamérica) en las que la inclusión de la asignatura de ética ha sobrevenido como consecuencia de los grandes casos de corrupción2. Salieron a la luz grandes escándalos y eso llevó a reflexionar sobre los contenidos impartidos en las universidades. Se hizo manifiesta la necesidad de incluir una reflexión ética sobre la profesión3. La ética empresarial, como ética aplicada, se encarga de establecer un marco normativo de actuación que, más allá del marco jurídico, nos permita valorar la justicia de las acciones y decisiones empresariales.

Durante mucho tiempo el mundo de la empresa se ha regido bajo la máxima de «los negocios son los negocios». Esta afirmación, llevada al extremo, conduce a un «todo vale para conseguir beneficios» que es difícilmente defendible y, desde luego, nada deseable socialmente. La conclusión es clara: la formación de buenos profesionales (con los conocimientos técnicos necesarios) no necesariamente conduce a la formación de profesionales «buenos». De aquí la necesidad de impartir la asignatura de ética empresarial.

Pasemos a la pregunta de si tiene sentido estudiar ética. Hay que reconocer que a muchos alumnos les sorprende tener que estudiar ética, y más en las carreras técnicas. Además, hay que contar con el hecho de que los alumnos universitarios son ya adultos y tienen criterios formados en muchos ámbitos. La orientación que creemos se le debe dar a esta materia es más de contraste y reflexión que de formación. Nos enfrentamos al reto de entroncar con la dimensión ética de la profesión que es tan ineludible como la...

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