Horarios escolares

AutorPilar Laguna Sánchez
Cargo del AutorProfesora Titular de Economía Financiera y Contabilidad. Vicerrectora de Títulos Propios y Postgrado de la Universidad Rey Juan Carlos
Páginas29-44

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I Horarios escolares
1. Introducción

En este capítulo se pretende proporcionar al lector una visión global de la situación en la que se encuentra actualmente el debate de los tiempos escolares, un debate miope y mal enfocado, pues no se trata de discernir sobre si la jornada debe ser continua, partida o mixta. Otra de las realidades que transcienden en el debate, es la confrontación de intereses entre las partes implicadas o tal vez habría que decir, entre algunas de las partes implicadas, pues mientras colectivos de profesores, sindicatos, padres y sus asociaciones discuten entre si, o con la administración, los principales afectados se convierten en actores pasivos, sufridores de los cambios en los ritmos de la sociedad, en las jornadas de los padres, en la sociedad en su conjunto.

Así mismo, trataremos de responder o al menos reflexionar sobre cuestiones tan relevantes como la jornada escolar y los tiempos de ocio infantil, o qué ocurre con el fracaso escolar y los tipos de jornada, ¿existe relación?

El capítulo se organiza en cinco apartados. En primer lugar trataremos de proporcionar una visión de la situación actual en Europa, acerca de los horarios y tiempos escolares para, posteriormente, centrarnos en la realidad española, compleja, como compleja es la estructura y el sistema de competencias delegadas en materia de educación.

A continuación se centra el debate conduciéndonos a una serie de cuestiones que o no quedan muy claras o que normalmente se confunden, hablaremos de los tres tipos de horarios escolares, el de los profesores, alumnos y centros. En el apartado 1.6. se abordan la familia, la escuela y la sociedad como realidades que no se pueden dividir o separar. Para terminar, se exponen las conclusiones del capítulo.

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2. Situación actual de los horarios escolares en Europa

No se puede hablar de homogeneidad en cuanto a la jornada escolar, pues varía en función del país, del nivel educativo y del centro. En este sentido nos podemos encontrar diferentes tipos de jornadas2: 1) Jornada Continua, 2) Jornada Partida, 3) Jornada de Mañana o Tarde, 4) Jornada Mixta.

Concretamente encontramos jornada continua en Alemania, Austria, Dinamarca, España, Finlandia, y Suecia, partida en Bélgica, España, Irlanda, Países Bajos y Reino Unido, de mañana o tarde en Grecia y Portugal, y por último, mixta en Francia y Luxemburgo.

Grecia y Portugal tienen jornada continua de mañana o tarde debido a la rotación de los alumnos por la falta de centros escolares. Y cuando se habla de jornadas mixtas se trata de combinar días con jornada de mañana y tarde, con días solo de mañana, incluso hay países en los que la semana escolar es de lunes a sábado con un día entre semana que se dedica a actividades extraescolares, como ha venido ocurriendo hasta hace muy poco en Francia3.

Al analizar los diferentes tipos de jornada también es importante reflexionar sobre la carga lectiva, y como podemos observar en el cuadro a continuación (Cuadro 1.1), en lo que respecta a educación primaria, nos encontramos en la media con relación a los restantes países de Europa.

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Cuadro 1.1.

Promedio de Horas Diarias en Primaria. Curso Escolar 2004/05

Horas Lectivas/ Curso

Fuente: EURYDICE EUROPEAN UNIT

A continuación en el Cuadro 1.2., se recoge el promedio de horas diarias en secundaria.

Destaca Suecia muy por debajo de la media, mientras que para el resto, la desviación es bastante baja.

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Cuadro 1.2.

Promedio de Horas Diarias en Secundaria. Curso Escolar 2004/05

Horas Lectivas/ Curso

Fuente: EURYDICE EUROPEAN UNIT

En este caso y a diferencia de lo que ocurría en primaria, España se situaría en el extremo superior, de lo que se deduce que no existe un déficit en el número de horas lectivas.

3. La situación en España, reflejo de una compleja realidad

En España, las competencias en materia de educación se encuentran completamente delegadas en las Comunidades Autónomas, pasando de un modelo centralista del sistema educativo a otro completamente descentralizado. Todas las leyes orgánicas que diseñan la estructura y organización de la educación incorporan partes que deben ser desarrolladas con normativas específicas de cada comunidad autónoma. "Esta estructura organizativa conduce a diferencias en este

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ámbito entre las Comunidades y es precisamente, lo que ha permitido que exista la dispersión actual en cuanto a la jornada escolar se refiere"4.

Dependiendo de la Comunidad en la que nos encontremos y más aún, y en aras de fomentar la autonomía pedagógica y organizativa de los centros, la manera en la que se ha procedido a regular los procedimientos para establecer los diferentes tipos de jornadas, ha llevado a que nos encontremos con jornadas continuas y partidas, indistintamente, a lo largo y ancho de toda nuestra geografía nacional, pero también, diferentes tipos de jornadas incluso dentro de un mismo municipio.

A continuación, relacionamos las Comunidades Autónomas que han desarrollado el procedimiento para poner a disposición de la comunidad educativa los instrumentos necesarios para establecer diferentes modelos de jornada escolar: Galicia, Canarias, Andalucía, Extremadura, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Murcia, Madrid, Asturias y La Rioja. Todas estas comunidades suponen el 65 % del total del alumnado de educación infantil y primaria de España. La jornada continua se ha generalizado en los últimos años en comunidades autónomas como Canarias, Andalucía y Extremadura. Sin embargo, hay comunidades como el País vasco y Cataluña, donde este debate se planteó y fue rechazado contundentemente. Todo apunta a que allí donde existe una escuela concertada con una implantación importante y con jornadas, como ya se ha señalado, partidas, la escuela pública mantiene su jornada. Sería importante pararse a reflexionar porque existen diferencias significativas ente centros públicos, privados y concertados a la hora de elegir el tipo de jornada.

4. El debate, ¿una cuestión de intereses?

Como se comentaba al principio, el debate se ha centrado y más aún, se ha convertido en un problema de tipo laboral, donde se escuchan argumentos en un sentido y en otro. Nuestra intención no es posicionarnos en un sentido o en otro, sino más bien tratar de plantear determinadas cuestiones que proporcionen un escenario claro que haga posible la reflexión.

La discusión ente jornada continua o partida se basa, en ocasiones en argumentos más aparentes que reales, pero sobre todo olvida muchos factores a tener en cuenta. ¿Puede considerarse la jornada continua como una opción pedagógica?, ¿Qué ocurre con los ritmos escolares?, ¿qué pasa con el tiempo de

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ocio infantil?, ¿a cambiado la función de la escuela con los cambios que se han producido en la sociedad?

La decisión sobre el tipo de jornada se ha convertido en una opción democrática, pero ¿están realmente preparados para tomar ese tipo de decisiones todos los agentes que deben adoptarla?, si bien es cierto que es ,importante el que los horarios puedan dar respuesta a las necesidades de la sociedad como son las jornadas de los padres, profesores, la cultura o el clima, también habría que cuestionarse si es precisamente esta la vía para encontrar cierto tipo de soluciones, pues estaría recayendo sobre los niños y niñas y los adolescentes las consecuencias de la solución de determinados problemas. El discurso de la elección en el ámbito educativo suele ser un campo plagado de minas, cuando no una trampa, especialmente cuando la elección corresponde a personas cuyo universo cultural está lejos del de la escuela. En estas ocasiones, suelen cumplirse los designios de la institución escolar5.

Otro de los riesgos del sistema democrático de elección de jornada, como además se está poniendo de manifiesto, es que la jornada continua se concentre en barrios de menor nivel de renta y de educación, e incluso se están creando diferencias entre los centro públicos de un lado, y centros privados y concertados, de otro.

Por otro lado, la jornada continua podría dar posibilidades al profesorado para su formación continua, podrían disponer del tiempo necesario para participar en diferentes acciones formativas que les ayuden a mejorar la calidad de su trabajo pero la cuestión que surge inmediatamente es si efectivamente se están dando esas posibilidades de formación continua al profesorado en aquellos centros donde existe la jornada continua y más aún, si se están aprovechando.

Si se realiza una revisión de la normativa que regula la implantación de la jornada continua en las diferentes comunidades autónomas podemos observar como en líneas generales es necesario que el centro facilite el servicio de transporte escolar y de comedor. Del mismo modo que se debe garantizar que se ofrecerá un servicio de actividades extraescolares fuera del horario...

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