Exigencias de la calidad en la Universidad

AutorRamón Pérez Juste
Cargo del AutorUniversidad Nacional de Educación a Distancia

EXIGENCIAS DE LA CALIDAD EN LA UNIVERSIDAD

RAMÓN PÉREZ JUSTE

Universidad Nacional de Educación a Distancia

INTRODUCCIÓN

El término calidad es uno de los más utilizados en nuestro tiempo al hablar no sólo de educación sino de cualquier otra realidad, trátese de diseños, procesos, productos o servicios.

La proliferación de trabajos, seminarios, encuentros y publicaciones pone de relieve el vigor y actualidad del término, explicable por múltiples razones, entre las que cabe reseñar expresamente esa tendencia del ser humano a aumentar constantemente sus necesidades, como indicaba el profesor Mariano Yela al hablar de las necesidades básicas de la Humanidad. En tal sentido, dado que en el marco de los sistemas educativos muchas de las necesidades de carácter cuantitativo –más profesores, más centros, más recursos económicos...- han sido razonablemente satisfechas, aparece con fuerza la demanda de que tan importante servicio se preste con niveles cada vez mayores de calidad.

Junto a ello, no podemos olvidar los profundos cambios sociales que han llevado la competencia a un sector en el que apenas existía. La respuesta es el ofrecimiento de calidad, en la medida de lo posible certificada mediante auditorías o evaluaciones externas, tomando como referencia modelos más o menos reconocidos, como pueden ser las Normas ISO o el denominado Modelo Europeo de Gestión de la Calidad, debido a la European Foundation for Quality Management (EFQM), puesto en marcha en Europa en los primeros años 90 y recientemente actualizado.

Sin embargo, preciso es dejar constancia desde un primer momento de que bajo el término calidad se hace referencia a realidades diferentes, como bien ponen de relieve con sus definiciones las personas que lo utilizan.

Probablemente, la diferencia más notable se da entre quienes aplican el término calidad a la realidad concreta de que se trate y quienes lo hacen a los sistemas de gestión de la calidad, dispuestos y utilizados justamente al servicio de aquélla.

  1. CALIDAD Y CALIDAD DE LA EDUCACIÓN

    En general, se reconoce una gran dificultad para definir el término calidad(1), lo que no es obstáculo para que algunos lo tengan muy claro con expresiones como la siguiente:

    “La calidad es competitividad”(2)

    o como esta otra:

    “La calidad total en educación es un proceso que supone incidir en lo siguiente: cumplir y superar las expectativas del cliente, mejora continua, compartir responsabilidades con los empleados y reducir los desechos y la reelaboración”(3)

    o esta otra:

    “La calidad es la satisfacción de las necesidades y expectativas de los clientes”(4).

    Sin embargo, en el marco específico de la Educación, hay voces autorizadas que hasta renuncian a una definición formal del término. Veamos lo que afirma la OCDE(5):

    “Dificultad sobresaliente es que el concepto de calidad resulta tan ampliamente interpretado, tanto dentro y a través de los países, como para desafiar un análisis preciso. Habida cuenta de ello, resultaría útil que la OCDE propusiera una definición estricta y universalmente aceptada... El concepto de calidad es complejo”.

    La complejidad del concepto y la correspondiente dificultad para acotarlo, ha dado lugar al tratamiento de la calidad al margen de definiciones formales; en ocasiones, se ha hecho sinónimo de alguna de sus manifestaciones, siendo las más comunes las de eficacia o de eficiencia y, en los últimos años, la de satisfacción.

    Otra de las formas de abordar el tema consiste en reseñar una serie de notas o características del concepto; tal es el caso de la LOGSE en su Título IV, La Calidad de la Educación, en cuyo artículo 55 se habla de los factores que facilitan la calidad, en concreto los siguientes:

    - La cualificación y formación del profesorado.

    - La programación docente.

    - Los recursos educativos y la función directiva.

    -La innovación y la investigación educativa. -La orientación educativa y profesional.

    -La inspección educativa.

    -La evaluación del sistema educativo.

    Por su parte, en el caso de la Universidad, el enfoque es multidimensional, siendo las dimensiones reseñadas las siguientes(6):

    -Dimensión de la disciplina.

    -Dimensión de la reputación.

    -Dimensión de la perfección y consistencia.

    -Dimensión económica o de resultados.

    -Dimensión de la satisfacción de los usuarios.

    -Dimensión de la organización.

    Como se puede apreciar, la calidad, en el campo que nos ocupa, el de la educación, es un concepto complejo y multidimensional, pero eso no nos debería llevar a la idea de algo desestructurado, desorganizado y sin unidad.

    Nuestra posición, por el contrario, es la de una concepción integral, integrada e integradora de la calidad, lo que implica que los diversos factores, criterios, dimensiones, características... deben encontrarse al servicio de un elemento directriz, unificador, armonizador, que no puede ser sino el Proyecto educativo o la Misión de la Universidad(7).

    Definir un Proyecto o establecer la Misión de la Universidad nos sitúa ante la necesidad de actualizar, en atención a las circunstancias de lugar y tiempo, la idea central de cualquier proyecto educativo: formar la persona, mejorarla, poner en acto todo su potencial.

    Bien podríamos decir que nos movemos entre lo permanente –formar la persona- y los cambios, esto es, acomodar esa formación a las circunstancias, al aquí y ahora, lo que nos lleva a la necesidad de acercarnos a las demandas de la sociedad.

  2. LAS DEMANDAS DE LA SOCIEDAD

    No es fácil tratar de desarrollar con un mínimo de detalle lo que puede ser todo un curso de Sociología.

    Sin embargo, está en la mente de todos una serie de transformaciones que han cambiado la faz de nuestro planeta en apenas unas décadas, y que anuncian o presagian cambios más profundos y, cada vez, a mayor velocidad.

    La globalización y las nuevas tecnologías están acercando los cambios a la mayoría de las personas, aunque, en muchos casos, lo que ven u oyen les quede muy alejado.

    El caso es que el mundo actual, tan lleno de posibilidades como de conflictos, problemas y necesidades sin cubrir por el egoísmo de quienes tienen más, cuenta con los medios necesarios para satisfacer muchas de tales necesidades y para resolver la mayoría de los problemas. Si no es así, no es por ausencia de medios, sino por el egoísmo de muchos, lo que no deja de ser un problema ético de enorme envergadura y trascendencia.

    Junto a ello, preciso es reconocer que la profundidad de tales cambios, su aceleración y amplitud deja a muchos seres humanos preocupados por sus repercusiones y confusos por sus implicaciones(8). Y eso ocurre en un mundo que, entre sus cambios más profundos y trascendentes, se encuentra el experimentado por la Familia, la primera sociedad educadora, que conduce a carencias para dar la necesaria respuesta a las necesidades formativas de los hijos.

    Un aspecto de especial relevancia, de consecuencias imprevisibles y, hoy por hoy, sin soluciones adecuadas y experimentadas, es el de los...

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