Editorial: La esencia de la movilización de energías humanas en las organizaciones.

AutorDimitris Kyriakou, IPTS

La pregunta que puede dejar sin palabras a un auditorio lleno de ejecutivos es: "por qué querría alguien trabajar a sus órdenes?" (véase Harvard Business Review, septiembre-octubre 2000, págs. 62-70). La movilización exitosa de energías humanas en una institución refleja a menudo las respuestas dadas a esas preguntas relativas a la esencia del liderazgo. Esta movilización puede ser particularmente crucial en tiempos de transición, como son los cambios de entornos tecnológicos o competitivos.

La movilización de energías humanas equivale a modificar la relación entre las personas (sean empleados, copropietarios, ciudadanos, etc.) y la institución a la que pertenecen, desde una "participación en" la institución a un "compromiso con" la institución. No es un logro menor y puede suponer un esfuerzo sustancial de todas las partes implicadas, ya que a menudo incrementa las expectativas de las tareas de una institución (por ejemplo, en organizaciones que experimentan un cambio completo, o en países que se lanzan a reformas drásticas). En tiempos de crisis, que permiten poco campo para maniobrar es, desgraciadamente, cuando la necesidad de movilizar energías humanas parece más acuciante y cuando en realidad se emprenden dichas tareas.

Muchas instituciones existen en entornos caracterizados por un flujo perenne. El éxito a largo plazo de la institución está basado principalmente en su capacidad para adaptarse a circunstancias cambiantes. Dado que los cambios en el medio ambiente son casi continuos, y se producen en pequeñas etapas imperceptibles, y dada la fuerza de la inercia institucional, se puede no considerar seriamente el ajuste de la institución hasta que el efecto acumulativo de esos cambios haya alcanzado proporciones notables, cuando no alarmantes. Es exactamente en estas circunstancias cuando las modificaciones crecientes del plan en vigor pueden ser insuficientes, y puede necesitarse una cuidadosa reevaluación y reorientación de las prácticas institucionales, para lo cual es condición sine qua non la movilización satisfactoria de energías humanas.

Naturalmente, la importancia de la movilización de energías humanas no se limita a su papel en el tratamiento de las crisis. Se extiende a casos de menor importancia que, sin embargo, presagian cambios en el modus operandi institucional (por ejemplo, la llegada de un nuevo jefe en una organización, o un nuevo gobierno en un estado). Generalizando, la concentración de energías humanas es clave en el manejo de discontinuidades en las prácticas institucionales.

Puede argumentarse que la institución sea una máquina que trabaje convenientemente si las partes que la componen realizan sus tareas como está previsto. Para conseguir este objetivo sería suficiente : i) analizar los componentes del sistema y sus interconexiones; ii) presentar un modelo de su funcionamiento y, sobre la base de este modelo, iii) establecer y aplicar una lista de premios y castigos para dirigir las energías humanas hacia la realización de los cometidos que tienen encomendados.

Este enfoque de palo-y-zanahoria, aunque es defendible, fracasaría en aquellos casos en que lo más urgente sea el éxito en la movilización. En primer lugar, este enfoque se aplica solamente cuando las tareas están muy normalizadas, bien definidas y son invariables. Cuando la organización se enfrenta a una revisión drástica de su funcionamiento, cuando la naturaleza de las tareas es cambiante y la institución se mueve hacia aguas inexploradas, este modelo no es apropiado.

En segundo lugar, los costes de supervisión no considerados implícitamente por este modelo pueden realmente ser demasiado elevados. En ciertas industrias se pagan salarios anormalmente altos (competitivamente hablando) para impedir que los empleados se evadan en tareas en las que, tanto esta evasión como su supervisión, suponen un costo alto para la organización (tales salarios en la bibliografía se denominan normalmente "salarios de eficiencia").

En tercer lugar, un enfoque que trata a los humanos como robots puede sobreestimar su conformidad con dicho tratamiento, y subestimar su capacidad para encontrar rendijas que permitan la evasión.

En cuarto lugar, cuando los input son los esperados, y el sistema está programado para tratarlos, un modelo de palo-y-zanahoria, del tipo sugerido antes, quizá puede funcionar - (con todas las limitaciones mencionadas)- en tiempos de funcionamiento "normal" (en analogía con la ciencia "normal" de Kuhn). Sin embargo en tiempos de transición, el comportamiento del sistema puede llegar a ser caótico, en el sentido de que una pequeña perturbación, un pequeñísimo defecto de administración en una fase inicial (por ejemplo, debido a instrucciones preprogramadas impropias, adecuadas para un período "normal") pueden conducir a la larga a resultados catastróficos. En resumen, los grados de libertad del sistema en tales coyunturas varían drásticamente.

Finalmente, un sistema rígido de premio y castigo puede ser efectivo para realizar ciertas tareas de naturaleza repetitiva, pero al coste de meter a los cerebros humanos en camisas de fuerza, constriñendo su creatividad a niveles casi triviales, del tipo uno-más-uno-igual-a-dos. En los últimos años hemos sabido que "el cerebro opera sobre diferentes clases de matemáticas. Es un órgano matemático sinérgico, un dispositivo... una máquina asociativa que con uno-más-uno puede generar el infinito"1. Es esta clase de creatividad la que se sacrifica en los modos mecánicos de funcionamiento, precisamente la clase de creatividad que podría ayudarnos en los casos en que la movilización satisfactoria de energías humanas es de la máxima importancia. Debido a problemas de espacio limitaremos este análisis a las críticas y dejaremos las sugerencias de estrategias alternativas para números futuros.

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Nota

  1. Presentación de Tony Buzan sobre la creatividad en "Beyond 1992: 22 International Management Symposium" en la Universidad de St. Gallen, Suiza, Best Essays, p. 129, 1992.

The IPTS Report, is the refereed techno-economic journal of the IPTS,

edited by D. Kyriakou, published monthly in English, French, German and

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