La eclosión del particularismo cubano: el proyecto descentralizador de josé agustín caballero (1811)

AutorAntonio F. Franco Pérez
Páginas1-17

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I Introducción
  1. Cuando 1 se pretende abordar el estudio del modelo descentralizado de organización política colonial para Cuba en el siglo XIX, lo más lógico es comenzar a estudiarlo a partir de sus primeras manifestaciones. Sin embargo, todo indica que el lastre de la inercia historiográfica ha inducido a que el grueso de los investigadores que, en distintos momentos y desde diferentes perspectivas, han abordado el tema, lo hagan ocupándose con especial preferencia de la última etapa de desarrollo de este modelo: la etapa autonomista.2 De esta manera, la génesis de este modelo político que se articuló en el XIX cubano ha quedado en una zona de sombra, casi fuera del campo de análisis de los investigadores que se han aproximado al referido tema.3 Page 2

  2. Es de este modo como el primigenio Proyecto descentralizador de José Agustín Caballero4 para la Isla de Cuba ha permanecido a la sombra durante casi dos siglos, desde su elaboración en 1811, habida cuenta de que quienes de una u otra manera han decidido abordarlo, en la práctica sólo han pasado de puntillas sobre su sustancioso contenido,5 algo que no deja de ser sorprendente si se considera -como aquí se hace que este Proyecto descentralizador inaugura la dimensión jurídica de lo que hemos dado en denominar etapa del protoparticularismo cubano, si por tal se entiende la etapa histórica que se corresponde con las primigenias reivindicaciones identitarias cubanas, o dicho de otra manera, la que se caracterizó por la exigencia criolla de un inicial respeto por la particularidad insular, a la vez que se reclamaba una reforma del modelo centralista autoritario español de organización política colonial para, con ello, favorecer el autogobierno en la Isla, de modo que a los criollos se les permitiera la autogestión de sus propios intereses.6 Page 3

  3. Como bien antes se ha esbozado, no resulta ocioso significar aquí que hasta 1942 en cierta medida es comprensible la preterición del estudio del Proyecto descentralizador de José Agustín Caballero, pues hasta el referido año su contenido fue de difícil acceso a los investigadores por estar retenido su manuscrito en una colección privada, y no haber sido publicado el texto con anterioridad,7 según expresa declaración de su poseedor, Alfredo ZAYAS Y ALFONSO: "Poseo el manuscrito original, el borrador de ese documento de inapreciable valor, (...)."8 En más de una oportunidad tan absurda situación provocó la queja de un conspicuo investigador cubano, el Dr. CHACÓN Y CALVO, que al respecto manifestó con inocultable frustración: "El proyecto de Caballero sólo se conoce por los extractos y referencias que hace del mismo Don Alfredo Zayas y Alfonso en el estudio que consagró al célebre orador sagrado [se refiere aquí a la antes citada conferencia]. El manuscrito lo poseyó el político cubano. Pero ni lo publicó en aquella ocasión en que estudió la obra del Padre Caballero ni en ninguna de sus empresas históricas. Tampoco lo cedió a ninguna de las instituciones académicas a que perteneció y hoy ese proyecto manuscrito de Caballero es una de las grandes incógnitas de la historia de las ideas en Cuba. Por los extractos de Zayas puede afirmarse que un sentido profundamente liberal era la característica de la Exposición del Padre Caballero."9

  4. Se debe destacar, asimismo, que el texto del Proyecto que nos ocupa se publicó finalmente, por primera vez, en el citado volumen de la obra póstuma de ZAYAS Y ALFONSO,10 donde se ha consultado para el presente estudio, por no haber sido posible localizar el manuscrito original. Intentemos, pues, diseccionar el Proyecto en cuestión en una primera aproximación a su contenido.

II La pretensión primigenia: salvar la patria española
  1. En momentos en que España se estremecía por la doble tensión interior que significaban la guerra contra el invasor francés por un lado y, por el otro, la denominada crisis del "Antiguo Régimen", resultaba lógico que el clamor repetido en la Península fuese el de "salvar a nuestro soberano, a la patria y la religión (...)".11 Esto es, la trilogía Rey, Patria y Religión era, de una u otra manera, un elemento presente en el discurso político de la referida etapa de la Historia política de España. Page 4

  2. No debe extrañar, pues, que en un proyecto político-jurídico que pretendía ser debatido en las Cortes de Cádiz, cual fue el Proyecto elaborado por José Agustín CABALLERO, el introito fuese precisamente una declaración de principios entre los que destacaba, en primer lugar, "la salvación de la Patria" y, claro está, de forma explícita CABALLERO se refería a la concepción de Patria que prevalecía entre los criollos12 de Cuba a comienzos del siglo XIX: la Patria española.

  3. Es de esta manera, pues, que CABALLERO comienza su "Exposición a las Cortes españolas" considerando que "la salvación de la Patria, sin duda, consiste en defenderla de los dos grandes e inminentes peligros que la amenazan, al uno y otro lado del Océano: el primero, de ver últimamente vencida la antigua España e invadida por Napoleón, si no se consigue echar a sus ejércitos de la Península; el segundo, de ver las Indias Españolas, o sean (sic) las Españas Ultramarinas, desmembradas de su antigua madre: divididas entre sí o entregadas a la más horrible anarquía, cuando no expuestas a la invasión de sus enemigos o envidiosos, si no se logra reunirlas en un cuerpo de nación capaz de conservar en todo evento la independencia y la integridad del nombre español en el Nuevo Mundo."13

  4. Así, no cabe ninguna duda de que la defensa de la integridad de la Patria española, es decir, de la integridad territorial del Estado español de principios del XIX, era el marco maestro dentro de cuyos límites político-jurídicos proponía CABALLERO que se articulara su Proyecto descentralizador. De este modo, pues, el Presbítero cubano apreciaba una única alternativa de solución jurídica al peligroso problema que -en dos grandes frentes según tuvo el acierto de distinguir y antes se ha apuntado- amenazaba a "la Patria": la de integrar "un cuerpo de nación capaz de conservar en todo evento la independencia y la integridad del nombre español en el Nuevo Mundo."14 Era éste, según su criterio, la forma de conjurar el inminente peligro de desmembramiento y anarquía que amenazaba a la integridad del Estado español respecto de sus territorios ultramarinos, en momentos en que el referido Estado era especialmente vulnerable por la invasión napoleónica a la Península. Integrar el corpus de la Nación española articulando convenientemente las dos dimensiones del Estado español de la época, esto es, la dimensión peninsular y la ultramarina, era, en fin, la solución caballerista para los peligros que amenazaban a la Patria, española.

  5. Una vez sentada esta concepción inicial y básica, CABALLERO expresaba la fidelidad de la Isla al Gobierno central, así como la disposición insular de apoyar materialmente la causa común española frente a Napoleón, y lo hacía del siguiente modo: "Nosotros, situados a tan inmensa distancia, no hemos podido contribuir a la causa común sino con unos cortos auxilios que no guardan proporción, ni con nuestros buenos deseos, ni con los recursos de la Isla; y siempre fieles a nuestro Gobierno, (...) mantenemos nuestra pronta disposición a contribuir con la cuota proporcional que se nos señalase para el sostenimiento de la causa común."15 Page 5

  6. La salvación de la Patria (española), la defensa de la integridad del Estado español y la integración del corpus de la Nación española, configuraban, pues, el marco maestro político-jurídico en el que CABALLERO pretendía incardinar la voluntad de autogobierno insular, que pensaba articular jurídicamente a través de su Proyecto descentralizador, como se verá.

III Necesidad y oportunidad de articular un modelo descentralizado de organización política en Cuba
  1. Formuladas las anteriores declaraciones de principios y de fidelidad a la causa común española del momento histórico en el que elabora su Proyecto, CABALLERO consideraba que más que discurrir "sobre la guerra" y "sus vicisitudes", lo que correspondía a los españoles del lado americano del Atlántico -esto es, a los criollosera manifestar sus peticiones respecto del Gobierno local que más convenía dar a las Españas ultramarinas, asunto que calificaba de urgente "para el interés común del Estado y el nuestro en particular".16

  2. Así las cosas, con especial sentido de la oportunidad manifestaba CABALLERO que "debía ser ésta la ocasión favorable de alterar en nuestra antigua Constitución lo necesario para que en ella no pudiesen los delegados de la pública autoridad abusar de su poder, ni de los pueblos, (...)". Es decir, consideraba necesario "substituir al miserable sistema que desde la conquista sacrificó los grandes y naturales recursos de estos vastos dominios al interés privado de un gremio particular, (...)".17 Reclamaba de la Metrópoli, pues, modificar el sistema de gobierno vigente en los territorios españoles de Ultramar, de inequívoca impronta autoritario-centralista.

  3. En cierto modo justificaba el Presbítero habanero los brotes independentistas que habían surgido en los territorios españoles de la América continental a raíz de la invasión napoleónica a la Península, argumentando la imprudencia política de los gobiernos españoles de esta convulsa etapa "de prometer a las Américas, en una forma poco reservada, la igualdad de derechos, o sea, el goce de todas las...

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