La dualidad nexo-proceso de la cooperación empresarial

AutorFrancisco Benjamín Cobo Quesada; Annie Hervé
CargoReal Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial; Universidad Nice Sophia Antipolis. Niza.
Páginas409-433

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I Introducción

La evolución del hombre a lo largo de la historia está ligada a la idea de cooperación entre individuos, tribus, instituciones o países. Durante miles de años la humanidad ha progresado gracias a la comprensión de que la prosperidad dependía del trabajo en grupo. En el entorno empresarial la cooperación también se está arraigando ya que «las compañías están empezando a aprender lo que las naciones siempre han sabido: en un mundo complejo e incierto con peligrosos enemigos es mejor no ir sólo» (Ohmae, 1989: 143).

Con el inicio de la revolución industrial el trabajo se fragmentó y se especializó, provocando el abandono de la unión y el auge del individualismo; y no ha sido hasta el momento presente, en la transición de la era post industrial a la era de la información y las comunicaciones, cuando las empresas de todo el mundo están reaprendiendo la olvidada estrategia de las alianzas, ya que ante la posibilidad de acceder a toda la información relevante para operar en sus negocios, las alianzas estratégicas se están convirtiendo en factores críticos de éxito (Dent, 1999).

Desde 1957, investigadores como Alvin Toffler, Paul Kennedy, Lester Thurow y Peter Drucker han manifestado que los modelos económicos convencionales se habían vuelto obsoletos, requiriéndose nuevos modelos más acordes con las necesidades de un mundo globalizado y competitivo, donde las relaciones económicas tienden a ser cada vez más intensas entre bloques en lugar de entre países, y donde las empresas precisan de alianzas estratégicas con otras empresas nacionales o multinacionales para estar presentes en el mercado mundial (Bernal, 2000).

En la actualidad asistimos a un aumento de la competencia mundial y a la necesidad de las empresas de abordar importantes inversiones para mantenerse en el mercado (OECD, 2000), como consecuencia de un entorno empresarial cada vez más complejo e influido Page 410 por aspectos como la globalización de los mercados, el impacto de las tecnologías de la información y las crecientes expectativas de los clientes (Cobo y González, 2006). Bajo este contexto, ninguna empresa puede estar al día en todas las áreas, lo que produce que los esfuerzos de colaboración proliferen (McKenna, 1994).

En este trabajo queremos dejar constancia de la importancia de la cooperación empresarial y del paralelo interés académico que ha suscitado. Una muestra de este interés se puede apreciar en la abundancia de definiciones sobre este concepto. En esta línea, se ha realizado un esfuerzo de recopilación de estas definiciones para extraer las características más reiteradas y relevantes, que se han agrupado en torno a dos ejes: la cooperación como nexo y la cooperación como proceso. A partir de aquí se han analizado los elementos que caracterizan estos dos ejes, concluyendo con una propuesta de definición de ambos, así como una definición final que integra el carácter dual de la cooperación empresarial.

II La evolución de la cooperación empresarial: aspectos empíricos y académicos
2.1. La relevancia de la cooperación: evidencias empíricas

La importancia de la cooperación se refleja en las enormes tasas de crecimiento que se han producido en la formación de alianzas estratégicas (Lynch, 1995; Ariño y Montes, 2001), particularmente en los mercados internacionales (Pangarkar y Klein, 2001), en donde la cooperación se ha convertido en un elemento esencial en la búsqueda del éxito (Lynch, 1995); como consecuencia de la necesidad práctica de encontrar formas organizativas que permitan a las empresas competir mejor en un entorno global y complejo (Beamish, 1998).

Las causas de esta expansión son múltiples (Ariño y Montes, 2001): el aumento de la incertidumbre en los mercados, la necesidad de aumentar el tamaño y reducir costes, la entrada en nuevos mercados. En general, la cooperación se ve impulsada por las necesidades económicas determinadas por los mercados mundiales, en los que las empresas han de mantener continuamente actualizadas sus tecnologías, y por las oportunidades que brindan estos mercados, unido a las iniciativas de liberalización emprendidas por las autoridades públicas (OECD, 2000). Page 411

En cualquier caso, las alianzas han experimentado un importante avance cuantitativo y cualitativo, y crecientemente, las empresas aceptan no solo la idea de trabajar juntas en determinados aspectos operacionales, sino también llegando a incluir esta cooperación como parte de sus planes estratégicos. Por todo ello muchos expertos predicen que las alianzas van a marcar el futuro de las relaciones interempresariales (Malhotra, Agarwal y Baalbaki, 1998).

Las evidencias empíricas de la creciente importancia de las alianzas estratégicas consolidaron el interés de la comunidad científica por la investigación de la cooperación empresarial; considerándola una respuesta válida de las empresas al cambio tecnológico y la globalización de los mercados (Ohmae, 1989; Hunt y Morgan, 1994; Lynch, 1995; Buckley y Casson, 1996; Yoshino y Srinivasa, 1996; Rialp, 1998; Renart, 1998); definiendo algunos autores esta tendencia como la «era del capitalismo de alianzas» (Dunning, 1995; Beamish, 1998).

De esta forma, el empleo frecuente de la cooperación por parte de las empresas ha hecho crecer la literatura sobre la formación, las operaciones y performace de las joint ventures (Osland y Cavusgil, 1998). De hecho, existe un cierto consenso a la hora de contemplar la cooperación como un fenómeno relativamente reciente, que no es objeto de interés hasta finales de los 70 (García Canal, 1996; García y Medina, 1998) y que eclosiona y se afianza definitivamente durante los 80 (Garrette y Dussauge, 1996).

2.2. La cooperación desde el punto de vista académico

La literatura económica y de dirección de empresas inicialmente mantuvo una visión simplificada de las relaciones interorganizativas, de forma que al no encajar dentro de los modelos teóricos al uso se planteaban como excepciones a la regla, e incluso desde la teoría económica se veían como prácticas que podrían encubrir restricciones a la libre competencia. Posteriormente, con el proceso de desarrollo y consolidación de las alianzas entre empresas y el desarrollo de nuevos paradigmas y enfoques en el estudio de las organizaciones, como la teoría de los costes de transacción, la teoría de los recursos y capacidades, la dirección estratégica o los enfoques ecológicos produjeron el crecimiento de los estudios sobre la cooperación empresarial (García Canal, 1996: 109-110). Page 412

La mayor relevancia del estudio de las relaciones interorganizativas también ha generado repercusiones negativas. El cada vez más extendido reconocimiento de que las empresas operan en un contexto relacional, donde su supervivencia y rentabilidad depende a menudo de los vínculos establecidos con otras organizaciones, ha llevado a la producción de una vasta literatura sobre el tema, pero muy fragmentada (Oliver, 1990).

La cooperación ha sido objeto de estudio por parte de investigadores de disciplinas heterogéneas como la sociología, la antropología, la psicología y las ciencias políticas (Smith, Carroll y Ashford, 1995). No obstante, debido a su vinculación directa con la realidad empresarial, se podrían destacar las aportaciones procedentes de la economía de las organizaciones, la teoría de la organización, la dirección estratégica y el marketing; existiendo entre estas disciplinas interrelaciones, como podría ser la vinculación entre la teoría de los recursos y capacidades y la dirección estratégica, como resultado de la relación entre las características internas de la empresa y su posición competitiva (García y Medina, 1998).

Esta variedad produce un problema a la hora de integrar las distintas perspectivas de estudio, articulación que se hace más difícil por los distintos posibles niveles de análisis de la cooperación, la profusión de formas organizativas, la variada terminología empleada en su denominación y la diversidad de definiciones existentes (Fernández Sánchez, 1991; Medina, 1996, García y Medina, 1998; Fernández y Arranz, 1999; García, Arenas y Espasandín, 2001).

A pesar de esta diversidad de enfoques, en la literatura sobre cooperación se pueden encontrar esfuerzos integradores. Osborn y Hagedoorn (1997) realizan una revisión de la literatura de las diferentes disciplinas que estudian la cooperación empresarial, identificando tres perspectivas principales:

- La perspectiva económica, centrada en el estudio de la cooperación en investigación y desarrollo, de los negocios internacionales y de los costes de transacción.

- La perspectiva de la estrategia corporativa, donde se plantea una evolución de las alianzas y redes desde el campo de la estrategia corporativa hacia la estrategia de negocio, basándose en la proliferación de los acuerdos de cooperación producida a partir de la década de los 80. Page 413

- La perspectiva interorganizacional de la cooperación, donde se abordan los campos de la tecnología y el aprendizaje organizacional, las características individuales y sociales de la cooperación, así como la institucionalización de las alianzas.

Tras esta revisión, Osborn y Hagedoorn (1997) consideran que en un mundo netamente caracterizado por la especialización de las empresas, también se empieza a...

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