La difuminación institucional del objetivo al derecho a la educación

AutorHelena Nadal Sánchez
CargoUniversidad de Burgos
Páginas519-526

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ARA PINILLA, Ignacio. La difuminación institucional del objetivo al derecho a la educación , Madrid: Editorial Dykinson, 2013, 360 pp.

¿Qué espera una sociedad de su paideia? ¿Cómo organiza la transmisión de su bagaje cultural para reproducirse a través de las sucesivas generaciones? ¿Cómo, además, esa sociedad se las ingenia para conseguir la garantía de una «anhelada congruencia entre el funcionamiento del servicio educativo y la defensa de los valores que definen el sentido democrático» (p. 12)? En la respuesta a estas cuestiones, y a otras que pudieran derivarse de ellas, late un juego sutil de sinonimias y contradicciones entre el derecho al pleno desarrollo de la personalidad y el derecho al libre desarrollo de la personalidad que se inicia en el momento de sentar los pilares del objetivo del derecho a la educación. En el caso de no resolverse a favor de una u otra de las posibilidades, este juego conduce a la difuminación institucional del mencionado objetivo y con ello a la pérdida de coherencia entre lo que necesita para perpetuarse una sociedad que se defina como democrática y la paideia que diseñe a tal efecto.

Si bien es cierto que desde la restauración de la democracia en España los estudios sobre el derecho a la educación y al cómo de la libertad de enseñanza, llevados a cabo desde perspectivas constitucionalistas principalmente, han encontrado su verdadera razón de ser y el móvil de su desarrollo, no lo es menos el hecho de que en dichos estudios es frecuente encontrar una perspectiva del hecho educativo de carácter fenoménico. Esta perspectiva condiciona, indudablemente, tanto la elección como el enfoque del objeto analizado, dando lugar a que ocupen el centro de interés de dichos estudios las cuestiones relacionadas con las reformas escolares, la libertad de cátedra, las leyes educativas, la educación compensatoria o la historia de la teoría política.

Sin embargo, frente al interés por lo fenoménico, que indudablemente lo tiene, se hacen urgentes marcos reflexivos de carácter sustantivo que pongan en relación fundamental, esto es, en vínculo con una corriente de pensamiento concreta, el derecho y su proyección en el contexto educativo. La difuminación institucional del objetivo del derecho a la educación sale al paso de esa urgencia asumiendo una reflexión sobre el sistema educativo supera lo meramente instrumental o factual al gravitar sobre la cuestión irresuelta y radical del propósito último de la educación en los marcos sociales democráticos.

Ignacio Ara Pinilla, afronta, en esta obra, la necesaria y delicada tarea crítica de poner de manifiesto y definir los significados de «plenitud» y «libertad» dentro de la configuración de los objetivos del derecho a la educación, una vez constatado que cada vez se da una menor sensibilidad con respecto a los requerimientos de emancipación individual, condición, por otra parte, constitutiva de las sociedades democráticas (cfr. p. 12).

El problema que subyace a esta paradoja de la menor sensibilidad con respecto a los requerimientos de emancipación individual precisamente en las sociedades democráticas delata el movimiento pendular que describen los sistemas educativos cuando combinan el objetivo del pleno desarrollo de la personalidad con el del libre desarrollo de la personalidad. Este movimiento, que se hace visible desde la «dialéctica paternalismo-autonomía individual»
(p. 9), consiste en subsumir el sentido de lo libre en el sentido de lo pleno y provoca «la consolidación de estructuras educativas [de sociedades democrá-

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ticas] inconsistentes con su objetivo» que no debe ser otro que el de la emancipación individual.

En el caso de que «plenitud» sea entendida como libertad moral, es decir, como la libertad para elegir aquello que conduce a la perfección, y si «libertad» es entendida como autonomía personal, entonces ambas quedan situadas en una posición autoexcluyente. En tal caso la aparición conjunta en, por ejemplo, los artículos 26.2 y 29.1 de la Declaración de los Derechos Humanos, y los artículos 10.1 y 27.2 de la Constitución Española respectivamente, resulta, cuanto menos, controvertida puesto que la perfección impone un determinismo incompatible con la autonomía y solamente dicha aparición conjunta resulta coherente si plenitud y libertad son consideradas sinónimas, esto es, en el sentido de que, en el seno del desarrollo individual, solo lo libre es condición necesaria para lo pleno.

En el caso de que, no entendiéndose como sinónimas, se esgriman ambas como claves de los sistemas educativos, el sentido de la idea de plenitud resultará un obstáculo para el desarrollo de la idea de libertad individual ya que la primera «representa una preconcepción subjetiva por más que sea la más acomodada al modelo democrático» (p. 25). Este hecho no es ajeno a nuestros sistemas educativos sino en cierto modo constante. Dependiendo de la cuestión o el momento tanto las instituciones como la propia sociedad oscilan entre su regulación desde el pleno o el libre desarrollo de la personalidad provocando la ya mencionada difuminación institucional del objetivo del derecho a la educación.

Ara Pinilla aborda esta cuestión desde una postura favorable al ideal de autonomía de la voluntad, contenido en el propósito del libre desarrollo de la personalidad, frente al ideal de perfección, derivado del pleno desarrollo de la personalidad. En su discurso no hay lugar para sistemas educativos con concesiones a perspectivas subjetivas vinculadas a diseños concretos –ni institucionales, ni sociales– de lo que se entiende por plenitud.

Siendo cierto el hecho de que la educación es siempre una intervención en el desarrollo de la personalidad, la clave que permite combinar dicha intervención con un resultado de autonomía personal consiste en suscribir la premisa que Ara Pinilla expone en coincidencia con la de Fernando Savater y según la cual la educación es «una forma de condicionamiento (…) que no pone fin a cualquier prístina libertad originaria sino que posibilita precisamente la eclosión eficaz de lo que humanamente llamamos libertad» (p. 48).

La confianza puesta sobre las posibilidades de la educación en el libre desarrollo de la personalidad sitúa el texto de Ara Pinilla en una posición encontrada con la tradición illicheana de crítica a los sistemas institucionalizados de aprendizaje...

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