Desigualdad en el mercado de trabajo y en la economía: situación y políticas públicas

AutorMaría Pazos Moran
CargoInvestigadora del Instituto de Estudios Fiscales
Páginas83-90

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1. Introducción

La Comisión Europea ofrece cada año un informe en el que analiza las desigualdades entre hombres y mujeres. En el del año 2008 señala que: «Son innegables los avances cuantitativos que se han producido en los últimos diez años en el empleo de las mujeres, aunque aún se precisa de esfuerzos para mejorar el aspecto cualitativo». Con «avances cuantitativos» se refiere al aumento de las tasas de empleo femenino. Por aspectos «cualitativos» entiende que: «Hay varios aspectos de la calidad del trabajo femenino que siguen siendo problemáticos». ¿Cuáles? Continúa el informe: «Los indicadores de remuneración, segregación del mercado laboral y presencia de mujeres en puestos de responsabilidad no muestran ningún progreso significativo desde hace varios años (...) La segregación sectorial y ocupacional por sexo no baja e incluso aumenta en algunos países, lo que indica que las mujeres que han entrado recientemente en el mercado laboral lo han hecho en sectores y profesiones que tradicionalmente cuentan con una presencia mayoritaria de mujeres».

Más adelante, el informe destaca la significativa caída de la tasa de empleo de las mujeres con hijos pequeños a cargo (un promedio de 13,6 puntos), mientras que en el caso de los hombres esta tasa aumenta. El 76% de los trabajadores a tiempo parcial son mujeres, y también son mujeres la mayoría de los contratados temporales. El paro de larga duración sigue siendo mucho más frecuente entre las mujeres (4,5 %) que entre los hombres (3,5 %).

Finalmente el informe resume que las carreras profesionales de las mujeres son más cortas y más lentas y están peor remuneradas, lo que incide también en el riesgo de pobreza, particularmente entre las mujeres mayores de 65 años (21%, cinco puntos más que los hombres). Llamar «avances cuantitativos y no cualitativos» a estas tremendas desigualdades es un eufemismo bastante típico de los informes europeos.

2. Sin solución dentro del modelo actual

El informe citado clama por: «Empleos de calidad que favorezcan la independencia económica de las mujeres», así como por: «Un firme compromiso de realizar todos los esfuerzos necesarios para combatir las diferencias de remuneración entre Page 84 hombres y mujeres». Nada más necesario. Sin embargo, la Comisión Europea parece olvidarse de sus propios consejos cuando propone medidas concretas. Si no, ¿de qué otra forma podríamos explicarnos la propuesta de anular la actual directiva que limita la jornada a 48 horas semanales para aumentar ese tope hasta 65 horas?

Aún para las personas sin responsabilidades de cuidados, 65 horas son una barbaridad: divididas entre cinco días de trabajo semanal, salen a 13 horas al día, y si contamos 8 horas de sueño, 2 de transporte y 2 de comida, llegamos a 25 horas diarias. Imposible, estas cuentas deben de estar mal hechas. Otra posibilidad: si dividimos entre 7 días salen 9,3 horas diarias. ¿Será esto? Adiós entonces a lo de «y el séptimo descansó» que nos contaban en la escuela para inculcarnos el derecho básico al descanso semanal. Pero, ¿y la vida familiar? ¿Cómo se conjuga la jornada interminable y la flexiguridad (o flexiseguridad, o sea, el despido libre) con las llamadas «medidas de conciliación» que «aseguran» a los trabajadores con responsabilidades familiares derechos a reducciones de jornadas, excedencias con reserva del puesto de trabajo, flexibilidad en los horarios, etc.?

Sólo existe una explicación a este aparente enigma: a la hora de legislar, se sigue pensando en dos grupos de personas diferentes: uno el de los trabajadores a tiempo completo y sin dedicación al cuidado. El otro, el de las personas con responsabilidades de cuidado que se ven obligadas a sacrificar su carrera profesional. En definitiva, se sigue legislando conforme al modelo de «sustentador masculino/esposa dependiente». Como ya ha pasado en países como Holanda o Alemania, estas medidas de «conciliación» configuran un mercado de trabajo segmentado en el que las mujeres que osan tener hijos se ven condenadas al tiempo parcial y a los «trabajillos para mamás» según la denominación alemana. El asunto no afecta solamente a las mujeres con...

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