Zolo, D., I signori della pace. Una critica del globalismo giuridico, Carocci ed., Roma, 1998.
| Autor | Cristina García Pascual |
| Cargo | Universitat De Valencia |
| Páginas | 421-425 |
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Una de las reflexiones recurrentes en la historia de la filosofía, especialmente de la filosofía jurídica y política ha girado en torno a la posibilidad de construir un orden mundial o cosmopolita, esto es, un marco conceptual donde los hombres compartieran un mismo espacio, unas mismas instituciones políticas, unos mismos derechos y un mismo ámbito de relaciones económicas. Una y otra vez filósofos y pensadores a través del tiempo, bien impelidos por los acontecimientos históricos, bien llevados por la mera reflexión especulativa, han roto la barrera de la polis, del feudo medieval o del Estado nación como único escenario donde plantear los clásicos problemas de la filosofía político-jurídica.
La posibilidad de concebir el mundo como una entidad sometida a unas mismas reglas o pautas interpretativas resulta inherente, por otra parte, a cualquier pensamiento con pretensiones de totalidad, a cualquier deseo de explicar, por ejemplo, la estructura del Derecho en cualquier contexto o en cualquier tiempo. Someter las propias teorías a lo que podríamos denominar la prueba de su mundialización parece una exigencia de coherencia si, como decía antes, se pretende afirmar la validez de las mismas por encima de condicionamientos espacio-temporales.
En este sentido, el libro de Danilo Zolo, I signori della pace, constituye prima facie la expresión de un conjunto de circunstancias que son el fundamento del creciente interés en nuestros días por la reflexión filosófico-jurídica de tras-fondo cosmopolita. De un lado, la concurrencia de teorías con pretensiones de dar una explicación y solución global a los grandes problemas de la humanidad y de otro lado una serie de factores como la aparición de una opinión pública mundial o la internacionalización de los mercados de capitales... que con independencia de esas pretensiones intelectuales obligan a cualquier pensador a replantear sus teorías en el ámbito de una sociedad globalizada y a confrontarse con una realidad difícil de ignorar y de valorar.
Consciente de ello, D. Zolo recoge en este su último libro algunos de los artículos que, sobre lo que él mismo denomina «globalismo jurídico», ha venido publicando en revistas especializadas a lo largo de 1998. A ellos añade un capítulo final y unas conclusiones hasta el momento inéditas. Concretamente el profesor italiano aborda en las páginas de su obra, y desde una posición claramente crítica, las tesis iusirenistas de H. Kelsen, J. Habermas y N. Bobbio, trazando entre ellas lazos de unión que permiten, mutatis mutandi, encuadrar a los tres pensadores contemporáneos en una misma teoría del Derecho y de la política institucional. Las teorías de Kelsen, Habermas y Bobbio referentes al orden internacional encontrarían su origen en la obra de Kant, La paz perpetua, y sobre ella construirían una ideología de la pacificación que se extiende con fuerza y, según Zolo, con carácter vencedor en nuestros días, tanto en el ámbito anglosajón (recuérdese a Falk y a Held y sus teorías sobre un constitucionalismo global, o al mismísimo Rawls y su propuesta de ius gentium), como en el ámbito de la cultura continental. Una premisa filosófica uniría en su diversidad a todos los iusirenistas del siglo XX, la idea kantiana de la unidad moral del genero humano como presupuesto de cualquier propuesta de construcción de un Derecho cosmopolita. A partir de dicha premisa kantiana las propuestas de los filósofos y pensadores contemporáneos se multiplican siempre girando en torno a la necesidad de la reforma y creación de instituciones mundiales que hagan efectivo el respeto a los derechos humanos.
Pero, como apuntaba, el planteamiento del sociólogo italiano es profundamente crítico con ese florecimiento actual de doctrinas de corte cosmopolita.Page 422
Zolo desconfía del éxito de dichas teorías que, en su opinión, esconden una defensa de posiciones claramente eurocentristas y un proyecto de unificación del mundo frente a lo que él considera la más deseable revaloración de las identidades étnico-nacionales. Basta señalar que la insistencia actual en la construcción de una jurisdicción penal mundial se presenta a los ojos de Zolo como la perpetuación del modelo de la Santa Alianza, «que confía el destino del mundo a algunos señores de la paz...
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