¿Cuáles son los factores necesarios para el despegue de las aplicaciones móviles?

AutorSandra Sieber
Cargo del Autore-business Center PwC&IESE

No hay duda de que las tecnologías móviles han transformado nuestra vida. De hecho, hoy en día, son pocos los que se atreven a salir de casa sin su teléfono móvil, y estar localizables (y poder localizar) se ha convertido de hecho en una necesidad fundamental en el ámbito tanto personal como profesional.

Pero mientras la comunicación de voz se ha desplegado a un ritmo vertiginoso, la transmisión de datos se está adoptando a un ritmo inferior. Si bien durante el último año las soluciones móviles de correo electrónico ya han encontrado una gran aceptación entre los profesionales, aún está por llegar la popularización de aplicaciones que mueven datos e información, bien dentro de la empresa -a nivel por ejemplo de fuerza de ventas o de empleados de campo-, bien entre las empresas y sus clientes o proveedores. De este modo, en Estados Unidos, alrededor de la mitad de las grandes empresas habían adoptado aplicaciones móviles de correo electrónico o adquirieron una BlackBerry en la primera mitad de 2005, según estimaciones de Forrester. Sin embargo, no se llega ni de lejos a estos niveles con aplicaciones más sofisticadas, cuando éstas en principio tienen impactos más claros sobre los costes y la productividad de las empresas.

Para entender esta paradoja, es útil pensar en términos generales, entendiendo que existen una serie de factores que llevan a que una innovación sea adoptada por el mercado: presentar una ventaja económica demostrable, desarrollar un ecosistema, ser consistente con intereses colindantes y vencer las resistencias internas al cambio.

En el caso de la tecnología móvil, las ventajas económicas parecen evidentes, ya que permite que el acceso a información de forma instantánea, en el lugar y el momento preciso. Ello facilita y simplifica el contacto con empleados, activos, productos y clientes dispersos. De esta manera, se pueden lograr incrementos de la productividad, mejoras de la planificación de procesos y la reducción de los costes indirectos y de trasporte. Sin olvidar los beneficios no cuantificables, tales como la mejora del servicio, la satisfacción del empleado y del cliente o la imagen.

En segundo lugar, la adopción de innovaciones requiere la creación de un ecosistema, es decir, un entorno estable y seguro y con condiciones que favorecen el desarrollo de productos nuevos. En el caso de las aplicaciones móviles, este ecosistema debería estar integrado por redes con cobertura y fiabilidad adecuadas; un mercado de...

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