La recesión también ha puesto de relieve
varias cuestiones relativas a la medición
correcta del desempleo, a saber: el uso exclu-
sivo de la tasa de desempleo como indicador
resulta insuficiente como base para la formu-
lación de políticas.
Aunque es preciso seguir investigando, los
resultados preliminares sugieren que las
estadísticas habituales de la duración del
desempleo basadas en períodos incompletos
(es decir, períodos todavía en curso en el
momento de la observación) tienden a pasar
por alto numerosos períodos de desempleo
cortos que se producen entre períodos de
observación, dando lugar a una sobreestima-
ción de la duración media de los períodos
completados. En la UE, en el período 2005-
2008, la duración media de los períodos com-
pletados en situación de desempleo era prác-
ticamente la mitad de la obtenida al incluir
en el cálculo los períodos incompletos, es
decir, la obtenida en las estadísticas oficiales.
Si bien una medición basada en los perío-
dos completados puede ser más apropiada
para evaluar las implicaciones del desempleo
en el bienestar, las estadísticas habituales
sobre la duración del desempleo ofrecen una
serie de ventajas prácticas en términos de
oportunidad, transparencia, disponibilidad
de los datos y facilidad de cálculo, lo que jus-
tifica que se sigan utilizando, a pesar del
posible sesgo.
Por otra parte, la evaluación de una serie
de aspectos relacionados con la duración del
desempleo, como su relación con la multiplici-
dad de períodos de desempleo, requiere la uti-
lización de datos longitudinales [de las
estadísticas comunitarias sobre la renta y las
condiciones de vida (EU-SILC)]. Existen tres
aspectos, en particular, que hacen recomen-
dable la utilización de datos longitudinales
para medir la duración del desempleo. En pri-
mer lugar, su uso permite una cobertura más
completa de los períodos de desempleo más
breves. En segundo lugar, permiten calcular
indicadores alternativos de desempleo de lar-
ga duración, que registran de manera fiable
las interrupciones breves del desempleo,
como la fracción de personas desempleadas
que pasan un total de doce o más meses en
paro durante un cierto número de años. En
tercer lugar, los datos pueden utilizarse para
realizar un seguimiento de múltiples perío-
dos de desempleo, permitiendo calcular
estadísticas de la duración del desempleo por
número de períodos.
De las consideraciones anteriores se infie-
re caramente la necesidad de calcular varios
indicadores de la duración del desempleo y
evaluar sus méritos relativos. Esto es espe-
cialmente importante durante recesiones
graves, asociadas normalmente a incremen-
tos significativos de la duración del desem-
pleo que podrían tener importantes repercu-
siones negativas de larga duración en la
empleabilidad de las personas afectadas.
1.4. Apoyar las transiciones positivas
en el mercado laboral: clave para
reducir la duración del desempleo
y preservar la empleabilidad
La probabilidad de salir del desempleo dis-
minuye al tiempo que aumenta su duración
(existe, por tanto, una «dependencia negativa
con respecto a su duración») (sin embargo,
una vez examinadas las características indi-
viduales, la magnitud de este efecto parece
bastante limitada); esto obedece, en parte, a
que la empleabilidad tiende a reducirse más
cuanto mayor es el tiempo que las personas
permanecen alejadas del mercado laboral.
Así pues, el aumento de la duración del
desempleo, tras una crisis económica, puede
terminar consolidándose, de tal modo que un
problema cíclico puede terminar convirtién-
dose en uno estructural. En este contexto, a la
hora de responder con políticas adecuadas
pude ser necesario, entre otras cosas, orien-
tar mejor el gasto destinado a las políticas
activas del mercado laboral centrándolo en
las personas que mayor riesgo corren de per-
DOCUMENTACIÓN E INFORMES
372 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 87