Claroscuros de género en la globalización neoliberal

AutorIdoye Zabala
CargoDepartamento de Economía Aplicada I Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea
Páginas07

Claroscuros de género en la globalización neoliberal 1>/FN>

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Introducción

El desarrollo de la globalización se ha producido en un marco neoliberal caracterizado por la apertura y liberalización comercial, el impulso al libre movimiento de capitales, la privatización del sector público y la reducción del papel del Estado. Las primeras aplicaciones de ese marco se realizaron a través de los Programas de Estabilización y Ajuste Estructural promovidos en los países en desarrollo por las instituciones financieras internacionales, mientras que en los países desarrollados fueron los gobiernos conservadores quienes primero aplicaron las recetas neoliberales. El deterioro económico y social derivado de esas políticas ha llevado a replantear algunos de sus aspectos más controvertidos y a establecer políticas sociales compensatorias, aunque en lo sustancial el marco continúa vigente. Tras 25 años de políticas neoliberales se pueden observar sus consecuencias en las vidas y en los trabajos de las mujeres así como en la reconfiguración de las relaciones de género.

La globalización neoliberal está brindando oportunidades de trabajo y de autonomía económica a muchas mujeres, al tiempo que hace más precarias las condiciones laborales de buena parte de la fuerza laboral, especialmente de la femenina. La globalización aumenta la carga de trabajo de las mujeres y hace más difícil el trabajo de reproducción social a medida que el estado va reduciendo su responsabilidad en la provisión de los servicios sociales.

A lo largo de los años 90 el movimiento internacional de mujeres estuvo presente en todas las cumbres de Naciones Unidas (NN.UU.) haciendo oír sus propuestas en temas tales como los derechos reproductivos, los derechos sociales, el entorno medioambiental, la equidad de género, etc., temas todos ellos que tienen repercusiones en el bienestar de las mujeres y en la expansión de sus capacidades. A finales de la década, la mayoría de los países del mundo había firmado las propuestas de equidad de género de la Plataforma de Acción de Beijing y la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW).

A pesar de este entorno y de los avances en la legislación y en los derechos formales de las mujeres, no se han llevado a cabo unas políticas sociales y económicas que permitan el ejercicio real de estos derechos.

El marco neoliberal fomenta un discurso democrático que está permitiendo progresos en los derechos de las mujeres y en su ciudadanía, pero por otro lado Page 142 está redefiniendo dichos conceptos de derechos y ciudadanía de una manera individualista y relacionada con el mercado más que como aspectos sociales y de justicia que deben ser responsabilidad conjunta de las sociedades, sus gobiernos y las instituciones internacionales. Al tiempo que crece la retórica sobre derechos humanos, se está creando un entorno económico y social desfavorable que aumenta la vulnerabilidad, la pobreza y la desigualdad en muchas regiones del planeta, y que hace difícil expandir las capacidades y el disfrute de los derechos de muchas mujeres.

Esta ponencia pretende analizar dos aspectos que, aunque estrechamente relacionados, pueden diferenciarse en cierta medida. Por un lado, el marco neoliberal que ha marcado las reglas de juego bajo las que funciona la globalización, las consecuencias negativas que ha tenido para los grupos más vulnerables y las características o sesgos de este modelo. Por otro, la globalización entendida como la ampliación de las corrientes de comercio e inversión entre países, y como fenómeno de integración mundial de los procesos productivos y financieros. Veremos las posibilidades que ha producido la globalización en los derechos económicos y sociales de muchas mujeres, así como los límites que han tenido esas posibilidades, derivadas del marco neoliberal. Finalmente, señalaremos algunos criterios necesarios para avanzar hacia un marco económico alternativo.

El marco neoliberal
El Consenso de Washington

El marco neoliberal de políticas se generalizó a lo largo de los años 80 con la aplicación de los programas de estabilización y de ajuste estructural promovidos por el FMI y el Banco Mundial en respuesta a las dificultades financieras de los países en desarrollo que desembocaron en la crisis de la deuda. Tras unos años de aplicación de estos programas, al finalizar la década se intentó establecer un conjunto de recomendaciones que se conocieron como Consenso de Washington; este Consenso era el resultado de un proceso de convergencia intelectual del gobierno de EE.UU. y las organizaciones financieras internacionales respecto a cómo habría que hacer la reforma económica.

La aparición del Consenso de Washington se dio en un contexto concreto. El fracaso de las economías de socialismo real en el Este de Europa vino a reforzar la idea del fracaso de la planificación central como forma de asignación de recursos y elevó la economía de mercado, el sistema capitalista, a la posición de única economía posible, lo que hizo que fuera conveniente establecer cuáles eran las reglas de un buen funcionamiento macroeconómico. Por otro lado, los gobiernos de buena parte de los países industrializados siguieron siendo conservadores y esto se reflejó en las recomendaciones de las instituciones financieras Page 143 internacionales. Además, varios años de aplicación de políticas de estabilización y ajuste recomendaron el estudio de lo que había funcionado y, por tanto, de las prescripciones a mantener; aunque en un primer momento los criterios se establecieron pensando en América Latina y su situación, poco después se convirtieron en receta del buen comportamiento económico válida para cualquier momento y lugar.

El Consenso de Washington, publicado en 1990, se puede resumir en 10 propuestas (Williamson 2000):

  1. Disciplina fiscal, de forma que un déficit de más de entre el 1 y el 2% del PIB, ajustado según la inflación, es un problema.

  2. Reorientación de las prioridades del gasto público hacia ámbitos que ofrezcan altos beneficios económicos y tengan el potencial de mejorar la distribución del ingreso como la atención sanitaria primaria, la educación primaria o la infraestructura. Se recomienda la eliminación de subsidios indiscriminados y la reducción de los gastos de la administración pública.

  3. Reforma fiscal, reduciendo las tasas marginales y ampliando la base impositiva.

  4. Liberalización del tipo de interés, de forma que esté determinado por el mercado.

  5. Tipo de cambio competitivo según el mercado, considerando que un tipo de cambio unificado es mejor que un sistema de tasas múltiples.

  6. Liberalización comercial, eliminando barreras y utilizando sólo aranceles que han de ir reduciéndose. Los insumos a la producción exportable deben quedar libres de aranceles.

  7. Liberalización de los flujos de inversión directa extranjera, lo que supone establecer condiciones favorables a su acogida.

  8. Privatización, ya que las empresas estatales se consideran ineficientes y el Estado no debe tener funciones productivas.

  9. Desregulación, para abolir las barreras a la libre entrada y salida, y establecimiento de un marco de competencia.

  10. Asegurar los derechos de propiedad, lo que implica crear sistemas de regulación eficientes.

Al analizar más tarde el grado de cumplimiento de las recomendaciones, Williamson reconoció que el peor resultado se dio en la reorientación de las prioridades del gasto público, lo que supuso un empeoramiento en las condiciones de salud y educación durante la reforma económica.

Aunque no aparecieron en el documento, las instituciones financieras también recomendaron la liberalización de las cuentas de capital en los países en desarrollo y la flexibilidad del mercado de trabajo con una reducción de los costes del despido y de los derechos laborales.

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El Consenso de Washington planteó un orden económico liberal a escala mundial y el cambio hacia políticas orientadas al mercado implicó un cambio más profundo de la forma en que se enmarcaron los problemas del desarrollo y los tipos de explicación con que se justificaron las políticas.

El orden económico liberal supuso un compromiso con los mercados libres, la propiedad privada y los incentivos individuales, junto a un reducido papel del Estado. Este orden liberal fue global en cuanto a su ámbito de referencia, ya que las prescripciones que implicaba afectaban a todos los países por igual, pero fue nacionalista en el sentido metodológico ya que lo que explicaba las tendencias económicas de los países y sus resultados era su política doméstica o interna. Se ignoraron los factores externos que podían determinar esas tendencias, como la influencia de las condiciones de la demanda global en los resultados de una estrategia de apertura comercial y crecimiento orientado a las exportaciones (Gore 2000).

Consecuencias sobre la desigualdad y la pobreza

Hace unos pocos años, Wolfensohn, el actual presidente del Banco Mundial, se planteó averiguar los efectos de la reforma económica sobre la reducción de la pobreza y el aumento de las desigualdades, para lo que acordó incluir a la sociedad civil en un estudio sobre el terreno2. En ese estudio participaron funcionarios y funcionarias del Banco, de los gobiernos, y de organizaciones no gubernamentales en una muestra de países representativos de América Latina, Asia y África que habían tenido programas de ajuste estructural. Aunque el Banco posteriormente se distanció de los resultados de los estudios, la...

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