Notas breves: La tecnología medioambiental innovadora no debería desalentar a las Empresas Pequeñas

AutorMario Demicheli
CargoIPTS

Se prevé la difusión por los países oleícolas del Mediterráneo de una novedosa tecnología para la extracción de aceite de oliva la cual prescinde del uso del agua. No obstante, esta tecnología precisa de nuevas formas de aprovechamiento de las grandes cantidades de residuos generadas (una torta plástica con un contenido de humedad entre el 50-60%). Uno de los enfoques más radicales que se está adoptando es la de su combustión para la generación de calor y/o energía (p.ej. Vetejar - España, Ansaldo - Italia, CRES y otros -Grecia). Sin embargo, para que este enfoque sea factible, debe pensarse en una pequeña instalación de generación de energía, la cual supone una inversión que los pequeños productores aislados no están dispuestos a realizar. Existe también el riesgo de la escasez de combustible, resaltada en los pasados años por la sequía requiriendo que las plantas dispongan de reservas de biomasa/combustibles fósiles para cubrir las situaciones de urgencia.

Una alternativa más cautelosa ha sido ideada por las empresas cooperativas medianas oleícolas en España. Han concentrado sus esfuerzos en métodos para mejorar las tecnologías de almacenamiento, el transporte y el secado de residuos, además de buscar nuevos mercados para sus derivados. En la región Andaluza (España), por ejemplo, el aumento de la demanda local de orujo seco (el 45% en masa del alperujo crudo) para el uso como combustible hizo que se duplicara el precio el año pasado (si bien esa temporada fue anormal a causa de la reducida cosecha de aceitunas).

Este enfoque parece convenir más a los fabricantes nuevos y a pequeños y medianos productores, al permitirles beneficiarse de las buenas perspectivas comerciales que tiene el aceite de oliva y sus derivados, mientras que evitan los elevados costes de la planta generadora y limitan el riesgo de la inversión.

No obstante, debe puntualizarse que en este segundo enfoque es necesario tener en cuenta los costes adicionales del capital así como de la operación y mantenimiento relativos al acondicionamiento del combustible (en otras palabras, el secado). Además los secadores corrientes utilizan combustibles fósiles. Por lo tanto parece ser apropiado antes de promover la aplicación generalizada de tales proyectos pequeños un análisis económico, medioambiental y energético del sistema global (desde la producción de las aceitunas hasta la producción del aceite de oliva y la generación de energía).

Al usar el orujo seco para la calefacción y/o generación de electricidad, una compañía pequeña en este sector podría ahorrar energía e incluso vender la energía sobrante. No obstante, resulta más económico ycon menor impacto medioambiental que una asociación de empresas cooperativas pequeñas/medianas, creada para este fin, emprenda la generación energética a mayor escala. En un sistema genérico de combustión de biomasa, un incremento de la capacidad de la planta generadora de 5 a 50 MW, por ejemplo, puede incrementar su eficiencia (% de bajo valor calorífico) de 18 a más de 30. Asimismo, los costes capitales únicos de la planta generadora disminuyen de 6000 dólares EEUU a 2000 dólares EEUU por kWe, mientras que el coste de la producción eléctrica se reduce de 17 a 9 céntimos de dólar por kWh.

Por supuesto, las condiciones necesarias para la creación de tales empresas conjuntas dependerán de las economías locales, la situación y estructura de las granjas/cooperativas, así como de la cultura empresarial.

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