La atención social a mujeres víctimas de trata en Granada: algunas reflexiones desde el trabajo social feminista

AutorMercedes Pittamiglio Frederick y Ana Alcázar-Campos
Páginas87-107
LA ATENCIÓN SOCIAL A MUJERES VÍCTIMAS DE TRATA
EN GRANADA: ALGUNAS REFLEXIONES DESDE EL
TRABAJO SOCIAL FEMINISTA
LA ATENCIÓN SOCIAL A MUJERES VÍCTIMAS DE TRATA EN GRANADA...
MERCEDES PITTAMIGLIO FREDERICK Y ANA ALCÁZAR-CAMPOS1
1. INTRODUCCIÓN
Este capítulo, al igual que el resto de los que componen este libro, se enmarca
dentro del proyecto de investigación: “Trata de personas, género y migracio-
nes en Costa Rica, Marruecos y Andalucía: por una defensa multi-garantista y
multi-espacial de derechos humanos” (Código: 2016SEC012), cuya Investigadora
Principal es Nuria Cordero Ramos. El mismo nos ha permitido indagar, partiendo
de unos intereses previos de las autoras (ver, por ejemplo, Alcázar-Campos y Ca-
bezas, 2017; Cabezas y Alcázar-Campos, 2016), acerca del sistema de protección
social para mujeres víctimas de trata en Granada. Si bien, en nuestro acercamien-
to, queríamos ir un poco “más allá” de los análisis centrados en la utilidad de los
programas y/o su alcance, es por ello que, en nuestro análisis, hemos incluido
las aportaciones que desde el Trabajo Social Feminista se vienen haciendo para
problematizar la intervención social. Uniendo, así, nuestras inquietudes en torno
a los estudios de género con los de Trabajo Social, estudiando la trata como una
manifestación extrema de la violencia de género.
Para ello, hemos estructurado el capítulo en distintos apartados. En primer
lugar, hemos realizado un breve estado de la cuestión acerca de en qué consiste
la trata y cuáles han sido sus abordajes principales desde el Trabajo Social. A
continuación, hemos explicado la forma en la que hemos llevado a cabo nuestra
investigación, apuntando algunas de sus fortalezas y limitaciones, para finalmen-
te, incluir dos apartados donde, primero, caracterizamos el sistema de atención
existente en Granada, y, segundo, analizamos desde un punto de vista feminista
los discursos de los y las profesionales entrevistados. Finalizamos este capítulo
con unas breves conclusiones, apuntando algunos retos que, desde nuestro punto
1 Profesora Titular en el Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de
Granada. E-mail: alcazarcampos@ugr.es
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de vista, debemos afrontar a la hora de plantear las intervenciones sociales en
esta temática.
2. ABORDAJE TEÓRICO DE LA TRATA DESDE LOS FEMINISMOS Y EL
TRABAJO SOCIAL
Como una de las autoras de este capítulo afirmaba previamente (Alcázar-
Campos y Cabezas, 2017; Cabezas y Alcázar-Campos, 2016) en los últimos años
ha tenido lugar, sobre todo en el contexto estadounidense, lo que algunas inves-
tigadoras han venido denominando: “reemergencia del pánico moral” conectado
con mujeres migrantes trabajadoras sexuales y con el discurso en torno a la trata
(Bernstein, 2007; Doezema, 2010; Kapur, 2012; Kempadoo, 2005; Limoncelli,
2010). Aspecto ampliamente denunciado por distintas autoras (Dewey, 2008;
Doezema, 2010; Kempadoo, Sanghera, y Pattanaik, 2015; O’Connell Davidson,
2012), basándose en la ausencia de casos concretos que apoyen datos, como los
proporcionados por la Oficina de Naciones Unidas para combatir las Drogas y el
Crimen (UNODC, por su siglas en inglés), de que más de 2.5 millones de personas
están siendo tratadas (UNODC, 2016). Como explica la especialista en estudios
de género, Andrea Gutiérrez García (2015:105), “dada su naturaleza clandestina
no existen datos fiables sobre el alcance de la trata de seres humanos y toda cifra
debe tomarse con cautela”. En la misma línea, el experto en políticas públicas y
migración, Frank Laczko (2005) concluye que, debido a la invisibilidad de la trata
y la dificultad del acceso a las personas, la mayoría de los estudios se basan en
muestras pequeñas, usualmente de casos identificados por las ONG u organiza-
ciones internacionales. Por lo que la generalización, para la comprensión de la
magnitud real del problema, es de extrema dificultad.
Así mismo, este abordaje, que parte de la definición de trata recogida en el
Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente
mujeres y niños, de Naciones Unidas de 2000 (conocido como Protocolo de Pa-
lermo) no está exento de cuestionamientos, ya apuntados en Alcázar-Campos y
Cabezas (2017:87–90). Los mismos se articulan en torno a tres aspectos que, si
bien no serán desarrollados aquí, sí entendemos que crean un marco de inteli-
gibilidad de lo que significa la trata que condiciona las intervenciones sociales.
Estos tres elementos serían: a) la identificación entre trata y trabajo sexual. Esto
es así, tanto por razones históricas, vinculándolo con la “trata de blancas” de
principios del siglo XX, como por estar implicados los movimientos de mujeres
de tendencia abolicionista en el proceso de negociación del Protocolo; b) el én-
fasis dado en el Protocolo a la protección especial que tienen que tener mujeres
y niños (artículo 2 del Protocolo), dando lugar a una cierta victimización de las
mujeres, que son minorizadas; y c) la diferenciación entre tráfico (smuggling en

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