La aproximación psicológica al tratamiento de la delincuencia en España

AutorSantiago Redondo Illescas
Cargo del AutorProfesor de Criminología Universidad de Barcelona
Páginas1261-1283

Este trabajo se ha llevado a cabo dentro del Proyecto de Investigación Coordinado (SEJ2005-09170-C04- 01) que dirige el autor sobre "Delincuencia violenta: Programas de prevención, tratamiento y predicción" (2005-2008) financiado por el Ministerio de Educación. Se enmarca en las líneas de investigación que se desarrollan en el Grupo de Estudios Avanzados en Violencia (GEAV), de la Universidad de Barcelona.

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Esta obra constituye un homenaje al profesor Alfonso Serrano Gómez por el conjunto de su amplia, diversa y magnífica obra científica, en la que de modo precoz trató en España temáticas, entre otras, de tanta modernidad y actualidad como la prevención y el tratamiento de los delincuentes (Serrano Gómez, 1973, 1976), la evolución de la criminalidad (1975, 1986), la delincuencia juvenil (1969, 1970), la criminología crítica (1983), o la criminalidad y los movimientos migratorios (1969). Al profesor Serrano Gómez me une una querencia general por los asuntos criminológicos y de la justicia. Pero además, comparto con él un notable paralelismo curricular, consistente en haber iniciado nuestros primeros pasos profesionales en el campo penitenciario para después acabar recalando en el mundo académico. Como consecuencia de nuestra común experiencia profesional penitenciaria (que, créame el lector, nunca deja impasible sino que es un ejercicio inolvidable que condiciona en cierto grado los intereses posteriores), tanto el profesor Serrano Gómez como yo mismo hemos reflexionado en diversos escritos sobre lo penitenciario, y específicamente sobre la prevención y el tratamiento de la delincuencia. En el marco de este homenaje quiero hacer gala de esta notable coincidencia de experiencias e intereses compartidos, y orientar mi contribución en esta obra al campo del tratamiento psicológico de la delincuencia en España, que constituyó (y posiblemente sigue constituyendo en la actualidad) mi primera dedicación profesional y académica. Es el mejor homenaje que está en mi mano ofrecer al profesor Alfonso Serrano.

1. Introducción

La psicología internacional cuenta con una dilatada historia y tradición en los intentos de diseñar intervenciones y tratamientos apropiados para hacer frente al problema delictivo. Page 1262 Desde el propio origen de la intervención psicológica, y especialmente de la terapia de conducta, pueden encontrarse aplicaciones pioneras en el tratamiento de problemas vinculados a la violencia y la delincuencia (véase Mayor y Labrador, 1984) tales como las de Bechterev (en 1923), Kostyleff (en 1927) y Meigmant (en 1935) sobre desviaciones sexuales. Con posterioridad, autores de la máxima relevancia en el propio origen y desarrollo de la intervención clínica se han ocupado ampliamente del problema delictivo y del tratamiento de los delincuentes. Por mencionar sólo algunos nombres bien conocidos en el campo psicológico bástenos recordar las importante aportaciones del propio Skinner (1968, 1977), Eysenck (Eysenck, 1964; Eysenck y Gudjonsson, 1989), y Bandura, cuya importante teoría del aprendizaje social se desarrolló parcialmente a partir de investigación sobre comportamiento antisocial (Bandura y Walters, 1983; Kazdin, 1988; Kazdin y Buela-Casal, 1999).

Como no podía ser de otro modo, existe un íntimo encaje conceptual y operativo de las técnicas de tratamiento de los delincuentes en el marco general de la psicopatología y la intervención psicológica. Diversos trastornos estándar de las nosologías e instrumentos diagnósticos al uso se hacen eco del comportamiento antisocial y patologías vinculadas. A la vez que el análisis funcional de conducta es la herramienta operativa más relevante para la evaluación de los déficit y el diseño de las estrategias de intervención y tratamiento. Muchas de éstas se fundamentan en los mismos principios teóricos que el resto de la tecnología psicológica, a saber: 1) el manejo de contingencias de comportamiento, especialmente en instituciones juveniles y de adultos (programas de economía de fichas, contratos conductuales, sistemas ambientales de contingencias); 2) el aprendizaje social (modelado), y 3) los más recientes desarrollos cognitivo-conductuales (habilidades sociales, reestructuración cognitiva, desarrollo de la empatía, etc.).

Por último, un elemento cercano y pragmático motiva el creciente interés de la psicología en este campo: la delincuencia es en todo el mundo occidental uno de los sectores de problemáticas personales y de interacción en donde la sociedad y los poderes públicos reconocen una mayor necesidad y posible utilidad de la intervención psicológica. Prueba de ello, es el notable número de psicólogos que trabajan tanto en el ámbito de la delincuencia juvenil como adulta. De este modo, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, ha ido conformándose una Psicología del comportamiento delictivo, empíricamente fundamentada y cuyas aplicaciones son prometedoras tanto para la predicción del comportamiento delictivo (Bonta, Law, Hanson, 1998; Hanson y Bussière, 1998; Loeber y Stouthamer-Loeber, 1987; Quinsey, Harris, Rice y Cormier, 1998) como para el diseño y la aplicación de programas de tratamiento efectivos (Andrews, 1995; Andrews y Bonta, 2003; Andrews, Zinger, Hoge et al., 1990; Cullen y Gendreau, 1989; Currie, 1989; Dowden y Andrews, 2000; Lipsey, 1990; Wilson y Herrnstein, 1985).

En siguientes apartados se prestará atención a esta vertiente aplicada de la psicología: la aproximación psicológica al campo de la delincuencia y específicamente al tratamiento de los delincuentes. Para ello, se analizarán sus antecedentes internacionales y, con mayor detalle y precisión, la evolución en España y sus principales etapas desde la transición política hasta nuestros días. Page 1263

2. Precursores del tratamiento de la delincuencia
2.1. Precursores en Estados Unidos

En EEUU, las primeras aproximaciones a la evaluación y el tratamiento de delincuentes se concretan ya a principios del siglo XX (Bartol y Bartol, 1987):

* En 1909, la psicóloga clínica Grace M. Fernald, en cooperación con el psiquiatra William Healy, crea en Chicago la primera clínica para delincuentes juveniles, el Juvenile Psychopathic Institute, más tarde reconvertido en agencia pública, bajo la denominación de Institute for Juvenile Research. Este centro nació al servicio del primer Tribunal juvenil, creado en Chicago en 1896, y se especializó en diagnóstico y tratamiento. Para evaluar a los jóvenes utilizaban la Escala de Inteligencia Stanford-Binet y, además, diseñaron en 1911 la prueba Healy-Fernald tests, que evaluaba el desempeñao de los jóvenes en diversas tareas y aptitudes.

* El Departamento de Policía de Nueva York creó en 1916 el Psychopathic Laboratory, una especie de servicio diagnóstico de urgencia, en el que trabajaban psiquiatras, neurólogos, trabajadores sociales y psicólogos. Su tarea era examinar e informar a los tribunales neoyorquinos sobre ciertos delincuentes graves, con antelación al juicio.

* En los años treinta, William Healy y Augusta Bronner (experta en delincuencia juvenil femenina) publican sendas obras sobre estas materias: New Light on Delinquency and Its Treatment (1936) y The Value of Treatment and What Happened Afterward (1939).

* A finales de la década de los treinta, ya trabajaban 64 psicólogos en 13 prisiones (de las 123 que integraban el sistema federal de prisiones), y a finales de los cuarenta su número había ascendido a unos 80 psicólogos.

* En esa misma época otros muchos psicólogos, la mayoría psicólogas que trabajan en psicología aplicada, realizan tareas psicométricas de evaluación mental ("mental testing") con delincuentes jóvenes y adultos, a demanda de los tribunales.

* En el ámbito académico, constituye un hito de la presencia de la psicología en temas legales el acceso de William M. Marston en 1922 a la primera cátedra de Psicología legal creada en la American University. Marston, que había sido en Harvard discípulo de Munsterberg -considerado el padre de la psicología aplicada-, descubrió la relación entre presión sistólica y mentira -base del polígrafo, o detector de mentiras- y realizó importantes estudios sobre los jurados.

* En 1929 Slesinger y Pilpel efectuaron una revisión de los 48 artículos publicados sobre psicología forense hasta esa fecha, encontrando que 11 correspondían a psicología del testimonio, 10 a engaño, 7 al estudio de la relación entre inteligencia y delincuencia, 6 a conducta delictiva, y 14 a otras temáticas (metodología, etc.).

* Desde el punto de vista editorial, los primeros libros de psicología forense y criminal fueron escritos por juristas (p. ej., Legal Psychology -Brown, Page 1264 en 1926-, Psychology for the Lawyer -McCarty, en 1929-), correspondiendo los dos primeros escritos por psicólogos a Howard Burt (en 1931) -Legal Psychology- y Edward S. Robinson (en 1935) -Law and the Lawyers- (Bartol y Bartol, 1987).

* En los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial comienza a abrirse de un modo decidido la presencia de los psicólogos en el estudio, evaluación e intervención en relación con la delincuencia y, en general, con el ámbito de la ley. Se inician entonces campos como el análisis de los efectos de la pornografía en los adolescentes, de la influencia sobre los niños de los estilos de educación parental, los análisis de responsabilidad criminal, los...

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