Marco antropológico para una lectura ético-teológica del desarrollo

AutorJairo Roa
Páginas187-206

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En los capítulos anteriores se ha enfatizado acerca de la importancia de un marco antropológico como puerta de entrada a las discusiones sobre la problemática del desarrollo en la actualidad. En el capítulo cuarto, se analizó la propuesta de desarrollo de Amartya como un marco teórico que permite retomar el tema de la libertad en relación con el desarrollo. Esta propuesta confronta el reduccionismo que ha hecho, tanto del ser humano como de la libertad, el capitalismo neoliberal. El reduccionismo de la libertad propugnado por el capitalismo neoliberal, el énfasis de Amartya Sen sobre la libertad como fin y como del desarrollo, el papel que ha jugado la libertad del ser humano para la reflexión teológica; señalan la relevancia que debe tener la libertad en las discusiones actuales sobre el desarrollo y permite interrogarse por los aportes de la reflexión teológica al respecto.

Dentro de la tradición cristiana, la libertad del ser humano está profundamente relacionada con el marco antropológico en el que se fundamenta. Por esta razón, este capítulo buscar analizar los aportes conceptuales de un marco de antropología teológica que oriente una lectura ético-teológica del desarrollo como expansión de la libertad. Inicialmente se enfatizará que la libertad humana, desde la perspectiva cristiana, está fundamentada en la concepción del ser humano como imagen Page 188 y semejanza de Dios y guarda una interdependencia con la dignidad, la unidad, la comunitariedad y, la meta y el destino de las personas. Finalmente, el capítulo estará dedicado a indicar cómo la imagen y semejanza de Dios se manifiesta en Jesucristo, como paradigma de nueva humanidad.

1. Todo el ser humano y todos los seres humanos

La reflexión teológica latinoamericana al referirse al desarrollo ha enfatizado la necesidad de tener en cuenta a todo el ser humano y a todos los seres humanos. De aquí la importancia que tiene un marco de antropología teológica para dialogar respecto al desarrollo en la actualidad. Esto significa que una lectura ético-teológica del desarrollo como expansión de la libertad, antes que preguntarse por el crecimiento económico, por el mercado, por el intercambio de los bienes y servicios, por los ingresos o por los bienes primarios, considera fundamental preguntarse por la concepción del ser humano y de la libertad real de las personas. Ahora bien, cuando se habla del ser humano: ¿De qué ser humano se está hablando? ¿Qué se está entendiendo por ser humano? José Miguez se preguntaba hacia 1974, en las discusiones de la teología en América Latina, si existe el ser humano. Esta pregunta que podría parecer absurda para algunas personas, en realidad refleja la urgencia y la importancia del ser humano para la teología. Decía Miguez Bonino: "¿No es absurda la pregunta? Podemos dudar de la existencia de Dios; pero ¿Hay algo más concreto que el hombre? Y sin embargo, me parece que cada vez más nos sentimos más dudosos e inseguros, en la práctica e incluso en la teoría, de la existencia del hombre, de la realidad de la vida humana, como algo que tiene realidad y significado, como algo importante que hay que tener en cuenta307. Page 189

Las preguntas con respecto a la concepción del ser humano y del papel que juegan las personas para el desarrollo permiten establecer puntos de conexión con las problemáticas, preocupaciones y discusiones actuales en la sociedad. Las interrogantes surgidas a partir del ser humano ofrecen un campo muy amplio de discusión y enriquecimiento mutuo, entre los distintos sectores de la sociedad308. El hecho de tomar al ser humano como punto de partida no solamente amplia la discusión sino que también permite determinar algunos de los criterios fundamentales que deben orientar una lectura ético-teológica del desarrollo como expansión de la libertad. Este énfasis del ser humano como punto de partida, está en consonancia con el planeamiento del teólogo católico Edward Schiellebeeckx, para quien el quehacer cristiano implica por un lado, tomar posesión en pro del ser humano, y por otro, la construcción de un mundo mejor no sólo a partir de los medios científicos y técnicos, ya que debe asumirse una postura crítica frente a los logros humanos que pretendan absolutizarse y signifiquen una mutilación al mismo ser humano309. Schiellebeeckx deja planteados varios puntos centrales que son de singular importancia. El tomar posesión en pro del ser humano significa que las personas son la preocupación fundamental de la fe cristiana. Es precisamente a partir de allí que es posible preguntarse por los medios más adecuados que permiten una vida mejor para las personas. Además, el hecho de enfatizar la importancia de tener en cuenta a todo el ser humano y a todos los seres humanos como punto de partida, permite asumir una actitud crítica frente a los "absolutismos" o "reduccionismos" del ser humano y de la libertad por parte de cualquier sistema político o económico. Page 190

2. El ser humano como imagen y semejanza de Dios

La concepción del ser humano como la imagen y semejanza de Dios, y el tema del pecado son fundamentales para la antropología teológica. Sin desconocer la profunda relación que guardan entre sí estos dos temas; en este apartado solamente se tomará en cuenta la concepción del ser humano como imagen y semejanza de Dios. Al enfatizar en este aspecto de la antropología teológica se busca establecer los criterios y principios orientadores para una lectura ético-teológica del desarrollo como expansión de la libertad. Inicialmente se partirá de la aproximación bíblica, para posteriormente analizar la reflexión teológica al respecto.

2.1. Aproximación bíblica a la imagen y semejanza de Dios

Lo concepción bíblica del ser humano parte del relato antiguo testamentario sobre la creación. En Gn. 1:27 dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó". En este texto, se pueden resaltar tres aspectos fundamentales del ser humano. El primer aspecto es que el ser humano es una criatura de Dios. Este aspecto subraya, por un lado, la finitud del ser humano y, por otro, la relación con las demás criaturas y con el Creador. El segundo aspecto hace referencia a la imagen y semejanza de Dios. A lo largo de la historia de la iglesia han existido múltiples interpretaciones acerca de la "imagen" y "semejanza" de Dios. Algunos exégetas como Gerard von Rad consideran que a pesar de que el texto no explica directamente en qué consiste la imagen y semejanza sí muestra el destino para el cual fue concebido el ser humano. Para él, a través de la semejanza, como explicación de la imagen de Dios, se enfatiza la dimensión corporal y espiritual del ser humano. Esto implica que el ser humano está por encima de las demás criaturas y tiene una función que cumplir. Por esta Page 191 razón, el ser humano como imagen y semejanza de Dios tiene una función que es descrita con las expresiones de someter (mâlak) y dominar (kabis)310. Algunas malas interpretaciones han llevado a distorsionar el sentido del texto y a acompañar las prácticas que han legitimado la explotación, apropiación y destrucción de las demás criaturas de la creación. Sin embargo, el sentido de mâlak y kabis señala que la tarea del ser humano como imagen y semejanza de Dios conlleva a la defensa de la vida, y por tal razón, a la protección y cuidado de la naturaleza. El ser humano como "soberano" de la creación está llamado a obrar y decidir con sabiduría, antes que con astucia y necedad. Como imagen y semejanza de Dios está llamado a continuar y llenar de vida la obra de su Creador311. El tercer aspecto es que la creación del ser humano a imagen y semejanza de Dios implica tanto al hombre como a la mujer. Al ser una criatura de Dios, el ser humano establece una relacionalidad de fraternidad frente a la creación, al ser imagen de Dios establece una relación de reciprocidad, de fraternidad y de igualdad entre mujeres y hombres.

A los tres aspectos anteriores, la finitud, la imagen y semejanza y la igualdad entre mujeres y hombres, pueden agregarse los aportes del exegeta argentino Severino Croatto. Para él, la "imagen"y "semejanza" hace alusión al hecho de que el ser humano tiene un origen divino, y por esta razón puede considerarse hijo de Dios. El texto hebreo utiliza dos palabras: imagen (sêlem) y semejanza (demut). Sêlem apunta más a la forma física, al cuerpo; dmut apunta a una dimensión interior, espiritual. El énfasis del texto es que la esencia del ser humano está en sintonía, en relación estrecha con Dios. Esta relacionalidad con Dios se constituye en el reconocimiento de la dignidad del ser humano. El ser imagen y semejanza de Dios dota al ser humano de una capacidad creadora que lo convierte en Page 192 co-creador con Dios. En este sentido, es Dios quién transmite su creatividad al ser humano, ante lo cual expresa Croatto: "El transmitió su creatividad al hombre, puesto en la tierra como su lugarteniente, lo que era el rey en otras áreas culturales. Por eso con la aparición del hombre Dios cesa de crear y entra en su descanso (2:2). En adelante será el hombre, el creador en este mundo"312.

La creación del ser humano no se debe únicamente al hecho de darle vida, sino en establecerle un entorno físico, en asignarle una tarea y en recordarle su responsabilidad frente a Dios. Es también situarlo en un campo de relaciones con los demás seres de la naturaleza. Sólo de esta manera la creación está completa. En esta línea de...

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