La agricultura europea y la futura demanda mundial de alimentos

Introducción

En el pasado, la llamada "Revolución Verde", basada en una combinación de cultivo de plantas, uso de fertilizantes y plaguicidas, mejores técnicas agrícolas y regadío, ha permitido a la humanidad hacer frente al ritmo de la rápidamente creciente demanda de alimentos. Hoy en día, ya se esté de acuerdo con los optimistas (Dyson, 1996) o con los pesimistas (Brown, 1994) en cuanto a las predicciones de las necesidades de alimentos en el siglo XXI, es absolutamente esencial que mantengamos el ritmo de aumento de producción de alimentos del pasado si queremos tener posibilidades de alimentar a la población mundial en las décadas que se avecinan. Desgraciadamente, los aumentos más fáciles de la productividad agrícola ya se han alcanzado y ya se está registrando una ralentización de los rendimientos agrícolas.

Mientras se calcula que 840 millones de personas pasan hambre en el mundo hoy en día- a pesar de que la producción total bastaría para todos- la USDA (1998) prevé que 1.140 millones de personas podrían enfrentarse a la inanición en el 2007. Esto significa que está en juego algo más que la producción de alimentos. Las infraestructuras de distribución, la estabilidad política y el desarrollo económico son también factores importantes.

Este artículo intenta destacar los aspectos principales que actúan sobre la demanda de alimentos e influyen en la capacidad de la agricultura para responder a la presión.

Factores que aumentan la demanda mundial de alimentos:

El crecimiento de la población y los cambios demográficos

Estudios realizados por científicos y organizaciones como la ONU, el Banco Mundial y la UNESCO han pronosticado aumentos significativos de la población mundial. Estas estimaciones sugieren que la población mundial aumentará desde los 5.700 millones actuales a aproximadamente 8.000 millones en los próximos 25 años, con probables aumentos adicionales posteriores (véase la figura 1). ¡Algunos cálculos sitúan la población mundial en 11 o 12 mil millones en el 2050! Este hecho implica automáticamente una mayor demanda de alimentos. Por otra parte, este aumento de población no será uniforme en todo el mundo, sino que se concentrará en los trópicos y subtrópicos, que son sede de la mayor parte de la biodiversidad mundial y donde las tierras agrícolas ya están limitadas, lo que significa que dedicar más tierra a cultivo será probablemente a expensas de las áreas forestales.

El crecimiento de la población mundial impulsará automáticamente la demanda de alimentos. Sin embargo, el hecho de que el crecimiento se concentrará en áreas donde las tierras agrícolas son limitadas generará aún mayor presión

Figura 1. Crecimiento previsto de la población mundial en los próximos 40 años (en miles de millones de personas, estimaciones del Banco Mundial, 1998)

Crecimiento de ingresos

Hace aproximadamente 100 años los americanos y los europeos empezaron a aumentar la producción de carne. Los cereales para consumo directo fueron sustituidos gradualmente por cereales para la alimentación animal. Durante la posguerra en Alemania, por ejemplo, la regla general era comer carne una vez a la semana si era posible, mientras que ahora se come carne todos los días. En todos los países industrializados, cada incremento del PIB en el último siglo ha ido acompañado de un aumento paralelo en el consumo de carne. El elevado consumo de carne se ha hecho una realidad para aproximadamente 500 millones de personas en todo el mundo y es uno de los signos de bonanza económica.

En todos los países industrializados cada aumento en el PIB ha ido acompañado de un aumento paralelo en el consumo de carne. En todo el mundo, es probable que los hábitos de alimentación continúen desviándose de las dietas principalmente vegetarianas a las más ricas en calorías basadas en la carne, a medida que las economías prosperan

Otros dos mil millones de personas viven actualmente en países que han disfrutado un crecimiento económico sostenido y que están en el buen camino del desarrollo económico. Por consiguiente, es probable que en todo el mundo los hábitos alimenticios continúen desviándose de las dietas principalmente vegetarianas hacia dietas más ricas en calorías basadas en la carne, a medida que las economías prosperan. Estas preferencias sostendrán el importante crecimiento del sector de la ganadería en los países en desarrollo y esto llevará al rápido crecimiento en el consumo de cereales para piensos, que quizá sea el doble en el año 2010. El Departamento de Agricultura de EE.UU. espera un aumento de la demanda de productos animales en todo el mundo de 77Mt en 1970 a cerca de 250 Mt en el 2007.

Preferencias del consumidor y otros factores

Además de la tendencia general a consumir más carne cuando crece el PIB, otros factores socioeconómicos influyen en el cambio. Los consumidores de renta elevada en los países de la OCDE quieren dedicar menos tiempo a la compra y preparación de la comida y están dispuestos a pagar por una mayor comodidad. Los clientes ricos también exigen frescura y prefieren los mejores cortes de carne, incluso llegando a desechar piezas de baja clase o de segunda categoría.

La preferencia por la carne en los países que pueden permitírsela da lugar a industrias intensivas de cría animal. La concentración de estas industrias las hace vulnerables a las epidemias, conducentes a veces a desperdicios a gran escala, y como consecuencia a grandes pérdidas de materia prima alimenticia de gran valor. Los riesgos para la salud humana pueden al mismo tiempo ser importantes, como han puesto de manifiesto los recientes ejemplos de la encefalitis porcina en Malasia, la gripe de los pollos en Hong Kong y la encefalopatía espongiforme bovina (BSE, o "enfermedad de las vacas locas") en Europa .

La concentración de las industrias de cría animal las hace vulnerables a epidemias que conducen a veces a desperdicios a gran escala, y como consecuencia a grandes pérdidas de materia prima alimenticia de gran valor

El consumo de carne, un factor complejo

El creciente número de personas a alimentar es en sí mismo una causa de preocupación, pero cuando se une a la tendencia cambiante de los hábitos alimenticios, el problema de la alimentación de la población mundial se convierte en un importante desafío. La razón principal es que como regla empírica, por ejemplo, se necesitan alrededor de 7 calorías en forma de cereales para producir una caloría en forma de carne de vaca. Las relaciones son ligeramente más favorables para pollo y cerdo, pero no cambian el cuadro radicalmente. Por consiguiente, mientras el valor promedio per cápita del consumo (humano) directo de cereales en todo el mundo permanece más o menos estable, la demanda de cereales como alimento para el ganado (consumo indirecto) está aumentando enormemente. Esta es la principal fuerza motriz detrás del proyectado crecimiento en el consumo de cereal per cápita global.

La variación de los hábitos de consumo crea el problema de un aumento total de la demanda ya que, por ejemplo, se necesitan aproximadamente 7 calorías en forma de cereales para producir una caloría en forma de carne de vaca

El consumo indirecto de cereales per cápita está previsto que aumente aproximadamente en un 80% en todo el mundo en los próximos 20 años (cálculos del International Food Policy Research Institute, 1995), es decir, se espera que aumente desde 38 kg per cápita a 57 kg per cápita. El sur de Asia y el Africa subsahariana, las regiones con las mayores tasas de aumento en sus importaciones de cereales netas, son las dos regiones que se enfrentan al mayor desafío para satisfacer la demanda de alimentos. Las importaciones netas en el Africa subsahariana podrían multiplicarse hasta por 4 y en el sur de Asia hasta por 10 en el mismo período. En resumen, se está generalmente de acuerdo en que los suministros mundiales de alimentos deberán ser más del doble para el 2025 para cubrir la demanda en términos de cantidad y calidad.

Cuestiones económicas

La capacidad de los países en desarrollo para financiar estos crecientes costes de importación de cereales depende de un aumento en sus ingresos por exportación o "capacidad de importación", y de la ayuda alimentaria. Los ingresos por exportación están ligados a perspectivas generales de crecimiento económico y liberalización comercial en los países desarrollados, sus principales mercados de exportación. El futuro de la ayuda alimentaria depende de la disponibilidad de excedentes alimentarios en países desarrollados que exportan alimentos, como los de la Unión Europea, y de su voluntad, frente a demandas en competencia, para proporcionar ayuda alimentaria bajo las reglas del régimen de la Ronda Uruguay. Además, debemos considerar las capacidades de carga mundiales disponibles para ver si será posible la distribución de alimentos a la escala implicada. Según Daimler Chrysler Aerospace AG (1998), las capacidades de carga aérea aumentarán en un factor de 2,25 entre el momento actual y el 2015.

Conforme a los cálculos de la FAO, las mejoras en la producción agrícola de los antiguos países soviéticos podrían convertirlos en exportadores netos en el año 2010

En este contexto, la FAO ha predicho un cambio importante en la situación comercial neta de los países de Europa Oriental y de la antigua Unión Soviética. Para el año 2010, probablemente se habrán convertido en exportadores netos de cereales debido al uso más eficiente de cereales como alimento para el ganado y a una reducción en el alto nivel predominante de pérdidas después de la recolección. Como consecuencia, pueden ser capaces de compensar parte de la creciente demanda de los países en desarrollo. Debe hacerse una mención especial de China cuyo tamaño es tan grande que su comportamiento puede alterar drásticamente la oferta y demanda mundiales.

Se espera que el crecimiento de la producción y de las exportaciones netas de los países desarrollados sean adecuados para satisfacer las crecientes necesidades de importación de los países en desarrollo en los próximos diez años

Considerando las capacidades actuales, se espera que el crecimiento de la producción y de las exportaciones netas de los países desarrollados sean adecuados para satisfacer las crecientes necesidades de importación de los países en desarrollo en los próximos diez años. Se prevé que la tasa de crecimiento anual de la producción de alimentos en los países en desarrollo oscile de 1,8 a 2,1 % frente a una tasa de aumento de 2,2-2,4% en el consumo nacional (asumiendo la continuación de los crecimientos de producción actuales y del sistema regulador). Si estas tendencias se mantienen, pueden llevar a un aumento de las necesidades de importaciones desde aproximadamente 90 millones de toneladas en 1989-91 a más del doble de este volumen en el 2010. Después del 2010, se prevé que el volumen absoluto de importaciones netas y la proporción de importaciones respecto a la producción nacional aumenten de nuevo en los países en desarrollo.

Un aspecto importante a tener en cuenta es la elasticidad del uso de la tierra con respecto a los precios de los alimentos. Si la demanda aumenta rápidamente y los precios suben, la tierra marginal puede ser cultivada para aumentar la producción, ejerciendo una presión a la baja sobre los precios. Este es un mecanismo de compensación que funciona bien pero con algún retraso debido a los tiempos de rotación de las cosechas.

Opciones para aumentar la producción agrícola

Hasta ahora, la agricultura ha sido siempre capaz de satisfacer los desafíos mundiales del incremento de la demanda de alimentos aumentando la superficie cultivada, sembrando mejores variedades de cosechas, utilizando fertilizantes y plaguicidas, mejorando las técnicas agrícolas y desarrollando el regadío.

Hasta ahora, la agricultura ha sido siempre capaz de satisfacer los desafíos mundiales del incremento de la demanda de alimentos aumentando la superficie cultivada, sembrando mejores variedades de cosechas, utilizando fertilizantes y plaguicidas, mejorando las técnicas agrícolas y desarrollando el regadío

Aumento de la superficie cultivada:

Hoy en día, las tierras más fértiles en el mundo están ya sometidas a cultivo. Como la población continúa creciendo, crecen las áreas urbanas, se construyen nuevas carreteras y también nuevas fábricas. Muy a menudo, esto ocurre a expensas de las tierras agrícolas productivas (por ejemplo, en París, Bangkok y Shanghai). Como consecuencia, la posibilidad de aumentar la superficie cultivada en todo el mundo es ahora limitada.

Utilización de fertilizantes y plaguicidas:

Los productos agroquímicos han sido el motor de los últimos aumentos importantes de la producción agrícola. Aunque ya están siendo usados en todo su potencial en países industrializados y en cierto número de países en desarrollo, pueden aún esperarse algunos beneficios en las áreas restantes. Sin embargo, el uso a largo plazo de productos agroquímicos está empezando a mostrar efectos adversos sobre el medio ambiente y sobre la salud y la tendencia es moderar la dependencia de ellos en la agricultura. De nuevo, se ven limitados los beneficios potenciales para la productividad.

Mejora de las técnicas agrícolas:

La investigación científica y la transferencia de tecnología a los agricultores ha permitido que cada agricultor alimente más y más gente durante los últimos 50 años. Esto ha dado lugar a una disminución drástica de la población agrícola en muchas zonas del mundo, especialmente en los países industrializados. La difusión de estas técnicas traerá indudablemente aumentos significativos de la productividad agrícola en las áreas menos favorecidas, pero las barreras culturales y económicas hacen esto muy difícil.

Desarrollo del regadío:

En muchas áreas del mundo (por ejemplo, España, California), el riego supone más de las tres cuartas partes del consumo total de agua. En otras áreas (por ejemplo, Oriente Medio), los recursos de agua son tan escasos que hay poca agua disponible para regar. Adicionalmente, superficies grandes de tierra no pueden ser regadas económicamente. Esto significa que la mayoría de las mejoras a conseguir con el regadío dependen principalmente del perfeccionamiento de la tecnología del riego. El área disponible para regadío adicional se calcula que está limitada a un 50% más del área regada en la actualidad, 80% de la cual está situado en los países en desarrollo. De nuevo las perspectivas de incrementar la productividad son limitadas.

Cultivo de mejores variedades de cosechas:

Desde la aparición de la agricultura, el hombre ha aplicado presiones selectivas para obtener las variedades de cosechas deseadas. Las técnicas de cultivo han desempeñado un papel importante en el último siglo para permitir a la agricultura responder a las demandas cada vez mayores. Sin embargo, cada mejora adicional es más difícil y existe la cuestión clave de si los aumentos de la productividad serán capaces de satisfacer unas expectativas cada vez mayores.

A la vista de los desafíos del siglo XXI (véase cuadro 1), los esfuerzos actuales pueden ser inadecuados.

Cuadro 1. Cuestiones que ha de abordar la agricultura del siglo XXI

Aumento de la población y creciente emigración a las ciudades

Cambios en los hábitos de consumo

Recursos de agua escasos

Oscilaciones del precio de los productos alimenticios

Estancamiento de los aumentos de la productividad agrícola

Disminución de la tierra cultivable disponible

Ralentización de las mejoras del rendimiento de las cosechas mediante desarrollo convencional de semillas

Cambio climático

Presión sobre la biodiversidad

Economía cada vez más globalizada

Riesgo de conflictos relacionados con el hambre

La biotecnología, ¿un avance posible?

Los cinco enfoques descritos antes han sido capaces de proporcionar enormes mejoras, pero no hay ninguna garantía de que sean suficientes para alimentar al mundo en el siglo XXI. Un avance reciente está suscitando grandes esperanzas: la biotecnología. Esta nueva área incluye el diseño y producción de mejores plantas y animales, utilizando métodos modernos biológicos y de ingeniería genética dirigidos particularmente a proporcionar resistencia a las plagas, mejorar el uso de nutrientes y de agua y desarrollar interesantes características de los cultivos, como mejores características nutricionales. Esto promete ampliar las perspectivas de uso de tierras marginales, aumentar las producciones en las áreas cultivadas existentes (en las que se concentra la mayor parte del esfuerzo) y reducir la carga medioambiental de la agricultura debida a los plaguicidas, permitiendo el sostenimiento de una mayor población.

Las perspectivas de que la biotecnología sea un descubrimiento significativo para la producción en los próximos 10-15 años son limitadas: su principal contribución a corto plazo será proporcionar una mayor resistencia a las plagas y enfermedades y aumentar la estabilidad reduciendo la disminución periódica de las producciones

Sin embargo, las perspectivas de que la biotecnología sea un descubrimiento significativo para la producción en los próximos 10-15 años son limitadas: su principal contribución a corto plazo será proporcionar una mayor resistencia a las plagas y enfermedades y aumentar la estabilidad reduciendo la disminución periódica de las producciones. Además, una evaluación cuidadosa del riesgo puede retrasar la transferencia de tecnología a áreas en desarrollo con necesidad de mayor producción de alimentos. Obsérvese, sin embargo, por otra parte, que esta transferencia de tecnología puede aumentar la dependencia de la tecnología en los países menos desarrollados.

La biotecnología sola no es suficiente para alcanzar los aumentos de productividad requeridos. La Gestión Integrada de Plagas (Integrated Pest Management, IPM) , Gestión Integrada de Cosechas (Integrated Crop Management, ICM) y finalmente, la Gestión de Producción de Plantas (Plant Production Management, PPM) son las estrategias necesarias para conseguir una agricultura sostenible, y por consiguiente un desarrollo sostenible.

El uso optimizado e integrado de todas las tecnologías disponibles debe implantarse a nivel de cada explotación agrícola. Las posiciones extremas, cultivo orgánico o cultivo GMO intensivo, pueden proporcionar soluciones inadecuadas. Un enfoque integrador que considere la agricultura como un ecosistema industrial puede ser el mejor modo de salvaguardar suficientes alimentos para todos en el futuro.

Oportunidades para la agricultura europea

La Agenda 2000, el documento de política europea que prepara el camino para la ampliación de la Unión Europea, resume los desafíos planteados por las demandas futuras de alimentos: "Según los principales institutos de prospectiva mundiales, el panorama a largo plazo para los principales mercados agrícolas es favorable para los países exportadores. Las previsiones de mayor consumo de alimentos, principalmente en los países en desarrollo, combinadas con la posibilidad limitada de un crecimiento proporcional de la producción nacional, se espera que impulsen un alza del comercio mundial y mantengan los precios en el mundo en la próxima década".

La industria agroalimentaria en Europa se enfrenta al desafío doble de la reforma de la Agenda 2.000, preparando el camino para la expansión hacia el este de la UE, y la adaptación a los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC)

La agricultura europea está sufriendo ahora una importante transición de carácter político para adaptarse a los acuerdos firmados bajo la Organización Mundial del Comercio (OMC), para preparar la ampliación y hacer frente a presiones competitivas internacionales crecientes. Esta reestructuración debe estimular a los agricultores y responsables de la política europeos a mirar juntos hacia adelante e identificar las oportunidades de la agricultura europea en el siglo XXI. Estas oportunidades pueden aparecer en forma de nuevos mercados para los productos europeos, armonización más flexible de la agricultura europea, una balanza comercial positiva, excelencia en los sistemas logísticos y mayores capacidades de carga.

Ha llegado el momento de una discusión sustancial de la agricultura europea para definir qué modelo de agricultura quiere adoptar la sociedad europea para el siglo XXI- un modelo agrícola basado en factores sociales, económicos o ecológicos, o quizá un modelo integrador que defina diferentes estrategias para diferentes regiones europeas.

Conclusiones

Se está de acuerdo, en general, en que la producción agrícola mundial de alimentos tendrá que ser más del doble en el 2025 para satisfacer la demanda, no sólo a causa del aumento de población sino también a causa de una desviación muy generalizada de la dieta hacia un mayor consumo de carne. Esto está aportando grandes oportunidades a las regiones del mundo capaces de producir en exceso de sus necesidades, como la UE y EE.UU. También es probable que se aumente la presión para usar la biotecnología en agricultura. Las decisiones políticas que se tomen ahora son, por consiguiente, cruciales para permitir a la agricultura europea aprovechar estas oportunidades. El modelo futuro de agricultura europea debe ajustarse a una visión amplia de Europa que pueda conciliar a todas las partes implicadas para el beneficio de todos a largo plazo. Esto incluye la evaluación a largo plazo de las necesidades mundiales de alimentos y de las estrategias para afrontarlas.

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Palabras clave

demanda de alimentos, agricultura europea, biotecnología

Referencias

Alexandratos, N., ed, World Agriculture: Towards 2010, An FAO study, 1995.

OECD The future of food. Long term prospects for the agro-food sector. 1998.

Bouma, J., Varallyay, G., Batjes, N. H., Principal land use changes anticipated in Europe. Long-term perspectives for effects of rural land use changes on soil contaminants. Agriculture Ecosystems and Environment. Elsevier Science Division. 1998.

McMichael et al The Global Restructuring of Agrofood Systems. Cornell University Press. Ithaca, NY US.

Caswell, et al. Rethinking the role of Government in the Future Agrifood System. Frank Beuskens Consulting, Inc, Bloomington, IL US 1996.

Food and Agriculture Organisation of the UN. Food, Agriculture and Food Security: Developments since the World Food Conference and Prospects. Roma, IT, 1996.

Las siguientes publicaciones fueron recogidas del International Food Policy Research Institute en Washington D.C. (USA):

A 2020 Vision for Food, Agriculture, and the Environment: The vision, challenge and recommended action.

Population and food in the early twenty-first century: meeting future food demand of an increasing population.

The World Food Situation: Recent Developments, Emerging Issues, and Long-Term Prospects.

Water Resources in the Twenty-First Century: Challenges and Implications for Action by Mark Rosegrant, IFPRI 1997.

China’s Food Economy to the Twenty-First Century: Supply, Demand, and Trade by Jikun Huang, Center for Chinese Agricultural Policy; Scott Rozelle., Stanford University; y Mark Rosegrant, IFPRI 1997.

Russia’s Food Economy in Transition: Current Policy Issues and the Long-Term Outlook by Joachim von Braun, Christian Albreehts University; Eugenia Serova, Institute for the Economy in Transition; Harm tho Seeth, Christian Albrechts University; and Olga Melyukhina, Institute for the Economy in Transition 1996.

The Role of Fertilizer in Sustaining Food Security and Protecting the Environment to 2020 by Balu L. Bumb., y Carlos A. Baanante., International Fertilizer Development Center 1996.

Land Degradation in the Developing World: Implications for Food, Agriculture, and the Environment to the Year 2020 by Sara J. Scherr., y Satya Yadav., IFPRI 1996.

Contactos

Miguel Vega, IPTS

Tel.: +34 95 448 82 11, fax: +34 95 448 83 39, correo electrónico: miguel.vega@jrc.es

Laurent Bontoux, DG-XII, Comisión Europea

Tel.: +32 2 299 13 63, fax: +32 2 296 43 22, correo electrónico: laurent.bontoux@dg12.cec.be

Sobre los autores

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Miguel Vega tiene un Máster en Industria Agroalimentaria y es Ingeniero Agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid. Actualmente está trabajando como Agente Auxiliar en el IPTS en cuestiones relativas a las Ciencias de la Vida, y con anterioridad trabajó como Consultor para la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas. Sus intereses en investigación incluyen las tecnologías agroalimentarias bajo un contexto de seguridad y medioambiental.

Laurent Bontoux tiene un diploma en Ingeniería de Alimentos de ENSIA (Francia) y es doctor en Ingeniería Medioambiental por la Universidad de California en Berkeley (USA). Actualmente está trabajando en la DGXII de la Comisión Europea. Anteriormente trabajó en el IPTS como colaborador científico, y en Procter & Gambler como científico especialista en seguridad. Su experiencia abarca el tratamiento de aguas residuales, la ecotoxicología, la seguridad química, la gestión medioambiental y la gestión de residuos.

Manfred Kern se doctoró en la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, Alemania, (1994). Actualmente está trabajando en Aventis-CropSciences como Director de Comunicaciones Tecnológicas. En 1998 trabajó como Director de Comunicación Científica en IPM/ICM. En 1995 fue Director del proyecto: Seguridad alimentaria en el mundo: "Visión 2025/2050". Es miembro del Consejo Asesor Internacional de ISSRM (Sociedad para la Agricultura Sostenible y la Gestión de Recursos). Está interesado en cerebros de insectos, el desarrollo futuro mundial y la socioeconomía.

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