Repercusión de la constitución gaditana de 1812 en el reino de Cerdeña

AutorMaría Dolores Álamo Martell
Páginas359-365

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La Constitución gaditana de 19 de marzo de 1812 nace como símbolo uni-ficador, de civilización social y emancipación política pero, sobre todo, como solución a los problemas de España1. Es en expresión de Sánchez Agesta2«un mito del constitucionalismo español». Y no sólo en España, sino, también en Europa y América, porque la Constitución de Cádiz, fue considerada en todas partes, más que ninguna otra, como el modelo del liberalismo decimonónico, superando a la francesa de 1791 por el espíritu nacional que respiraba3. Es decir, la agitación española fue la semilla de todas las demás de tipo liberal habidas en los años 1820-1825, siendo Italia y Portugal donde va a ejercer una mayor influencia4. En lo referente a la península italiana, tras la reorganizaciónPage 360 europea llevada a cabo por el Congreso de Viena que restauró el régimen absoluto anterior a la Revolución francesa, asistimos al nacimiento formal del «Risorgimento»5italiano. Su eje principal es el principio de las nacionalidades basado en la igualdad, libertad y soberanía nacional6. Como señala Ferrari7, en virtud de este movimiento de independencia nacional «los italianos ya no desearán tan solo liberar sus tierras de los extranjeros, sino que pretenderán la unidad de Italia como Estado Nacional». No podemos omitir que en los primeros años de la restauración del régimen absoluto las ideas liberales se propagan a través de sociedades secretas, constituyendo la burguesía el germen de éstas, que se siente desplazada del sistema instaurado8. Estas sociedades conocidas como la Carbonería y los Federados piamonteses9, tenían como finalidad establecer la Constitución de Cádiz como ley fundamental, pues el joven liberalismo había vuelto sus ojos a la carta magna española de 1812 convertida en estandarte de las revoluciones. Por tanto, la España constitucional decimonónica aparece ante los italianos como ejemplo a seguir. Así, la Revolución del 2 de mayo de 1808 contra las tropas francesas, el modelo constitucional gaditano de 1812 que constituye, según Mirkine-Guetzevich10el comienzo del constitucionalismo liberal del siglo XIX, y el pronunciamiento del general Riego en enero de 1820 considerado como la primera revolución general europea hecha en nombre de la Constitución de Cádiz, constituyen un patrón a imitar por Italia, pues «ropinione pubblica italiana non aveva atteso davvero il pronunciamiento del Riego per occuparsi con passione ed ammirazione della Spagna e del popólo spagnolo» 11. Es decir, se origina desde las campañas napoleónicas todo un mito español, una corriente de entusiasmo por España como tierra de grandes empresas, que constituye la promesa de las renovaciones italianas del 1820-1821. Parafraseando a Balbo de Simone12, la Constitución de 1812 es «la parola, il nome, il vesillo, attorno a cuisi raccozzavano tutte le opinioni liberali, le speranza liberali d Italia».Page 361

Respecto a la situación en el reino de Cerdeña, los liberales, al observar la actitud del príncipe Víctor Manuel I adversa a toda innovación drástica, centran su atención en Carlos Alberto, príncipe de Carignano, presunto heredero al trono13. Era vox populi la actitud liberal y antiaustriaca que el príncipe albergaba. El conde Santorre de Santarosa14, uno de los principales escritores de la revolución piamontesa, informa a Carlos Alberto, que los conjurados confian en él, «que todo estaba preparado y que sólo de su palabra estaban pendientes». El príncipe, en palabras de Santorre15consiente.

Sin embargo, a Carlos Alberto empiezan a atormentarle las dudas poniendo en peligro la revolución. Pero en la noche del 9 de marzo de 1821 la revuelta estalla en Alejandría, centro de las fuerzas constitucionales, proclamándose la Constitución española de 1812 16. La insurrección se propaga otorgándose la carta magna a Vercelli, Biella, etc.17Ante tales acontecimientos, el ministro del interior Próspero Balbó ordena preparar un proyecto de constitución como medida precautoria por «se egli eventi fossero precipitati» 18. Este trabajo, fechado el 11 de marzo de 1821, que en palabras de Passamonti19es «una pre-videnza di ministro», constituye un documento importante para la historia de la Revolución italiana de 1821, pues aunque nunca fue presentado a la firma del monarca sus artículos presentan una gran similitud con los preceptos de la constitución de Cádiz 181220. Poniéndose de manifiesto como antes de laPage 362 abdicación del rey Víctor Manuel I, miembros cercanos a su gobierno absoluto albergaban la idea de abrazar el sistema constitucional.

El monarca convoca al Consejo de la Corona con carácter de urgencia21y después de deliberar publica una proclama declarando que no se permitirá ningún acto dirigido «a subvertir los legítimos órdenes políticos existentes en Europa»22. Se envía al príncipe de Carignano y al general Gifflenga a parlamentar con los rebeldes, pero éstos reinciden en su deseo de promulgar la Constitución española y en la lucha contra Austria23. Víctor Manuel I informa el 12 de marzo a su Consejo el propósito de abdicar en favor de su hermano Carlos Félix24. Se nombra en ausencia del mismo a Carlos Alberto como regente del reino, quien la asume desde el 13 hasta el 23 de marzo25. El príncipe de Carignano, después de intentar sortear las presiones por parte de los revolucionarios26, concede bajo reserva de aprobación regia la carta magna gaditana, siendo promulgada la noche del 13 al 14 de marzo con la siguiente proclama: «(...) La Costituzione di Spagna sará promulgata, ed osservata come legge dello Stato, sotto quelle modificazioni, che dalla Rappresentanza Nazio-nale, in un con Sua Meatá il Re, verranno delibérate»27. El 15 de marzo el regente ante la Junta Provisional, que había sido constituida el día anterior por Carlos Alberto «en tanto que se proceda a la convocatoria del Parlamento Nacional» 28, jura la carta magna bajo las siguientes modificaciones 29: 1.") Relativo al orden sucesorio de la corona, exigiendo que se mantenga lo regulado en las leyes antiguas y costumbres de este reino y por los públicos tratados; 2.°) ordenando la observación de la religión católica, apostólica y romana como culto oficial del Estado. No quedan excluidas la práctica de otras religiones que habían sido permitidos hasta ahora30.Page 363

Apenas promulgada la constitución española, el regente nombra a sus nuevos ministros31y seguidamente erige la Junta de Gobierno, institución que junto con él debía dirigir el Estado hasta la convocatoria del Parlamento32. Pero, cual sería la sorpresa de sus colaboradores más cercanos cuando observan que Carlos Alberto manifiesta irresolución e indolencia hacia el nuevo sistema constitucional, al obsesionarle la idea de un posible ataque de Austria y Prusia33. La situación se agudida para el príncipe de Carignano cuando el soberano Carlos Félix, ausente en Módena, al conocer la concesión de la Constitución española de 1812 por Carlos Alberto, declara el 16 de marzo rebeldes a los constitucionales, anula los actos de la regencia, incita a los fieles a resistir y «promete también la...

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