El tercer lado

AutorJordi Pérez i Montiel
Páginas42-49

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Históricamente, la familia extensa ha sido el recurso de elección en la atención de las necesidades de sus miembros43. Cuando alguno de ellos necesitaba apoyo para resolver una situación o un conflicto, atender a los hijos o a los ancianos, asistencia en enfermedades, apoyo económico, oportunidades laborales, se esperaba que, en primer lugar pidiera ayuda "a los suyos". Sin embargo, es evidente que la familia actual ha dejado de ser el referente para sus miembros y cuando tienen alguna necesidad, generalmente, buscan la solución fuera de ella.

La familia extensa como estructura, no ha podido adaptarse a los cambios a que la ha sometido la Revolución Industrial, la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado y el capitalismo avanzado. Ha dejado de ser el modo de organización familiar por excelencia y está siendo sustituida por la familia nuclear a través de nuevos modelos de familia, como horizontal, binuclear, homoparental, etc. La virtual desaparición de la familia como referente estable, ha supuesto para la ciudadanía la pérdida de su red de apoyo tradicional. Esta realidad tiene un costo muy elevado, no sólo para sus miembros y las propias familias sino, para el conjunto de la sociedad.

Una respuesta a esta situación es el proyecto La ciudad de los niños44 que el pedagogo italiano Francesco Tonucci puso en marcha en 1991, en la ciudad italiana de Fano. Su propuesta era que las ciudades deben ser diseñadas y mantenidas de modo que sean habitables y seguras para los niños, bien entendido que los niños participan de modo activo en todas sus fases. Para ello, considera necesario que todos los actores significativos se impliquen en su diseño y mantenimiento y, afirma que, las personas del entorno tienen la capacidad de intervenir positivamente en la gestión de la convivencia.

El tercer lado se basa en la evidencia de que, cuando dos miembros de una comunidad están en conflicto, toda la comunidad es

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afectada y queda concernida desde los primeros estadios. Un conflicto entre dos actores involucra y afecta, de modo más o menos intenso y evidente a todas las personas de su entorno inmediato y a sus respectivos grupos de pertenencia, sea la relación entre ellos directa o indirecta.

El tercer lado es el conjunto de la sociedad que tiene alguna significación para los actores. Cuantos más y mejores sean los recursos de los que disponga el tercer lado, más fácilmente podrá colaborar a preservar una convivencia de calidad y resolver los desencuentros y los conflictos manifiestos. William Ury45cuenta que, en una visita a un poblado bosquimano del desierto de Kalahari, le explicaron que, cuando se produce un conflicto, las personas allegadas se comprometían a hablar con los actores del conflicto para ayudarles a resolverlo y que, si alguno de ellos no quería asistir a la reunión, iban todos al lugar en que éste se hallaba y hablaban hasta que el conflicto se resolvía.

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En esta imagen46podemos ver una representación del tercer lado. Los actores (lados 1 y 2) están conectados a través de los de adentro (amigos, familiares, incluso los grupos de apoyo) y por los de afuera (vecinos, neutrales, observadores). Quien causa el daño y quien lo recibe, quien lo conoce y quien lo observa, todos son corresponsa-

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bles del conflicto, en todas sus fases, sin necesidad de estar expresamente implicados en su producción. Pero como dice William Ury, hacen falta dos lados para pelear, y un tercero para detener la confrontación47. Este es el papel del tercer lado, intervenir cuando se presenta el conflicto, colaborar activamente en su resolución con una actitud neutral e imparcial y provenir (sic) eventuales conflictos futuros. De hecho, la noción de ser parte del tercer lado o, simplemente conocer su existencia cambia el desarrollo del conflicto. La cibernética de segundo orden48sugiere que el observador es parte de lo observado, en consecuencia, no es posible conocer un conflicto y no ser parte activa del mismo.

Consideramos útil recordar que, en el año 1882 el Gobierno de España aprobó la Ley de Enjuiciamiento Criminal. En su artículo 159 dice: Aquel que presenciare la perpetración de...

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